La inteligencia artificial llegó para quedarse. Mientras hay gente que la utiliza para modificar las fotos de las vacaciones, hay empresas usándola para mejorar su oferta de servicios, para protegerse frente a amenazas digitales o para múltiples aplicaciones prácticas que van desde la medicina hasta los juegos de azar, como es el caso de Betsson casino. Aquí algunos ejemplos del cambio y cómo opera.
¿Estoy hablando con un robot? Uno de los cambios más visibles que la IA está impulsando es la mejora en la atención al cliente, especialmente en plataformas digitales como un casino en línea. Aunque los chatbots existen hace años, la incorporación de modelos de lenguaje en la ecuación cambió todo.
A través de asistentes virtuales alimentados por inteligencia artificial los usuarios pueden resolver dudas o gestionar reclamos de forma automática, muchas veces sin saber que están hablando con un robot, ya que estos asistentes se configuran para tener un lenguaje similar al de los asistentes humanos del casino. Todo esto sin necesidad de esperar largas colas.
Estos bots conversacionales están programados para comprender preguntas comunes y ofrecer respuestas inmediatas. Se trata de una herramienta que ha demostrado ser particularmente útil en las casas de apuestas y sitios de juegos de casino, donde la inmediatez puede marcar la diferencia entre la fidelización o la frustración del usuario.
Además, los bots más avanzados aprenden de cada interacción. Esto quiere decir que no solo responden, sino que también mejoran con el tiempo y tienen acceso a una base de datos que “recuerda” las conversaciones anteriores.
Así, los casinos online, sitios de apuestas y otros sectores que requieren un fuerte esfuerzo de atención al cliente pueden generar confianza y mantener una base de usuarios activos.
Inteligencia artificial en los algoritmos de juego. La IA también tiene un papel relevante en el detrás de escena de los casinos, puntualmente en los propios motores de los juegos de casino. Dos siglas básicas garantizan una experiencia justa para todos. Hablamos del RNG (Generador de Números Aleatorios) y del RTP (Retorno al Jugador).
El RNG es la maquinaria algorítmica que permite que cada giro de una tragamonedas, cada carta en un blackjack digital o cada resultado de la ruleta sea completamente aleatorio, mientras que el RTP indica el porcentaje teórico que un juego devolverá a los jugadores a lo largo del tiempo.
Ambas siglas son la expresión de las matemáticas del juego y contribuyen a la transparencia del sector, ya que son auditables y certificables. Si bien son independientes del concepto de IA tal como lo conocemos, se benefician de tecnologías inteligentes para su verificación y optimización.
Gracias a la inteligencia artificial, los desarrolladores pueden ajustar la experiencia de juego en tiempo real, detectar irregularidades o comportamientos sospechosos y garantizar una experiencia segura y entretenida para todos.
Contenidos e imágenes que parecen reales, pero no lo son. La IA generativa ha abierto la puerta a una nueva era de creación de contenido. Textos, imágenes, voces y hasta videos generados por modelos de lenguaje e imagen como los de Midjourney, OpenAI o Google están revolucionando la gestión digital.
Lo que antes podía tardar días ahora puede desarrollarse en cuestión de segundos, abriendo la puerta a que miles de empresas pequeñas puedan tener publicidades con calidad de cine, por ejemplo, o que cualquier persona pueda plasmar con facilidad sus ideas.
Sin embargo, este avance tiene una cara compleja. La facilidad con la que se puede fabricar contenido falso ha potenciado la propagación de noticias engañosas, deepfakes y desinformación.
En cuestión de minutos, alguien puede crear un video que parezca mostrar a una figura pública diciendo algo que jamás dijo, o inventar una imagen “realista” de un suceso inexistente.
Ciberseguridad, el juego del gato y el ratón llevado a otro nivel. La seguridad en línea es otro campo donde la IA está teniendo un impacto transformador. El Parlamento Europeo hizo un informe en el que se identifican las amenazas latentes y se denuncia también el hecho de que los lenguajes son como “cajas negras”, difíciles de auditar, que pueden tener sus propias dificultades y vulnerabilidades.
En el informe parlamentario dan cuenta de un aumento de los casos de hackeos en los que se usa esta tecnología. Es decir, los cibercriminales también están usando la IA a su favor. Pueden generar correos de phishing más sofisticados, diseñar malware adaptativo e incluso descifrar contraseñas con mayor rapidez. Es una carrera constante entre atacantes y defensores, donde ponerse un paso adelante juega un rol pivotante.
Al mismo tiempo y justamente como consecuencia de lo anterior, grandes empresas tecnológicas también están empleando IA para blindarse. Google, por ejemplo, ha reportado que su modelo Gemini ha reducido el tiempo de análisis de ciberincidentes en un 51%.
Herramientas antivirus de última generación, como las que integran IA generativa, mejoran la detección de dichas amenazas y reducen los falsos positivos, lo cual hace más eficiente la protección en tiempo real.