La problemática de la falta de lluvias con el intenso calor que genera la sequía es cada vez más alarmante, debido a que se está dando en un momento sumamente importante para uno de los principales cultivos, la soja, que se encuentra en periodo de floración y llenado de granos. Muchos de los productores ya evidencian plantas perdidas a raíz de la falta de humedad.
Al respecto, desde la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) se muestran al igual que otros gremios preocupados, ya que si las condiciones no mejoran se podrían generar grandes perjuicios a todo el sector, y por ende, a la economía local.
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“Se están empezando a ver niveles de daños irreversibles, porque cada día que pasa sin lluvia, el daño aumenta. Lastimosamente se da en una etapa de formación, porque el cultivo tiene sus etapas y esta que es entre finales de diciembre e inicios de enero es la más crítica porque las vainas se tienen que llenar con los granos”, expresó a la 920 AM el director ejecutivo de Capeco, Hugo Pastore.
Rubro más afectado
El representante del gremio lamentó la situación, aunque quiso ser conciso de que todavía no se puede recabar un nivel de daño estimativo, atendiendo que en ciertos momentos y zonas se llegaron a dar algunas precipitaciones dispersas, no las necesarias, pero regaron un poco las plantaciones, por lo que habrá que esperar el momento de la cosecha.
“A algunos les cayeron unos 40 mm, pero a su vecinos o a unos 5 o 10 km tienen otra realidad sin ninguna gota de lluvia, y ya tendremos que ir viendo en el momento de la cosecha como se va desarrollando en especial la soja que es el cultivo más afectado”, mencionó el referente del sector.
Pastore indicó que los pronósticos de precipitaciones para febrero son todavía de alerta, por lo que se espera que las lluvias se retomen con una mayor secuencia y frecuencia. El directivo del gremio añadió que a más de la soja, el sésamo es un cultivo que también está peleando la falta de agua.
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“Paraguay puede ser una potencia global de la industria alimentaria”
El flamante titular de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales señala que las proyecciones para el país son brillantes, pero que es fundamental una política industrial robusta y decidida.
El sector industrial de Paraguay tiene grandes oportunidades de crecimiento a nivel regional y global, pero al mismo tiempo enfrenta desafíos que requieren líderes con visión estratégica.
En una nueva entrega de Hacedores, La Nación/Nación Media conversó con Raúl Valdez, actual presidente de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), un profesional y gremialista cuya trayectoria lo convirtió en un referente del desarrollo productivo y naviero del país, sector donde ocupó la titularidad del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (Cafym). Valdez, con alma de cervecero y corazón de cerrista, apunta a convertir al Paraguay en un actor importante en la producción de alimentos con valor agregado. Esta es su charla con nuestro diario:
–¿Cuál es su filosofía de trabajo y liderazgo?
–Creo firmemente en el poder del trabajo en equipo como motor del crecimiento sostenible. La constancia, la disciplina y la escucha activa son pilares de mi estilo de liderazgo. Me enfoco en construir relaciones de confianza, fomentar el talento y crear espacios donde las ideas se traduzcan en resultados.
–¿Cómo toma el desafío de pasar del ámbito naviero al sector productivo e industrial? ¿De qué manera esa experiencia puede aportar a su nuevo rol?
–Con profunda motivación. Fue un cambio planificado y estructurado. Son grandes sectores industriales que son eslabones de una misma cadena de valor. La logística y la producción están íntimamente ligadas: sin una logística eficiente, la industrialización no puede prosperar. Mi paso por el sector naviero me da una visión estratégica integral, clave para impulsar el desarrollo industrial que el país necesita.
Creo que aportará una perspectiva valiosa. La logística no es solo un componente operativo, es un factor determinante para la competitividad. Conozco en profundidad las limitaciones estructurales que enfrentamos y cómo abordarlas para lograr que nuestros productos industrializados lleguen con eficiencia, calidad y a precios competitivos a los mercados regionales y globales.
–¿Cómo ve la situación actual del sector de la industria de oleaginosas y cereales?
–Es como tener un gigante dormido: necesitamos políticas activas que lo despierten y lo impulsen hacia su máximo rendimiento. Es un sector con un potencial extraordinario, pero hoy subutilizado. Las inversiones están hechas, las capacidades están instaladas, pero no estamos operando ni cerca del nivel que podríamos.
PROYECCIONES
–¿Cuáles son las proyecciones a largo plazo para la industria?
–Las proyecciones son brillantes. Paraguay tiene la oportunidad histórica de posicionarse como un actor estratégico en la producción de alimentos con valor agregado. No estamos hablando solo de potencial, sino de una oportunidad sin precedentes: diversos estudios indican que en los próximos 30 años el mundo necesitará producir más alimentos que en toda la historia de la humanidad en su conjunto.
Esto se debe al crecimiento poblacional sostenido, la urbanización, el cambio en los hábitos alimentarios — con un aumento en el consumo de proteínas vegetales y animales— y el ascenso económico de países emergentes que demandan productos de mayor calidad y valor nutricional, en especial las proteínas animales y vegetales.
Estoy convencido de que nuestra industria puede ser una potencia global de la industria alimentaria produciendo proteínas animales y vegetales, aceites, biocombustibles y alimentos procesados. Si hacemos bien las cosas, Paraguay puede ser parte fundamental de la solución a un desafío global relacionado con la seguridad alimentaria y sustentable.
PRINCIPALES RETOS
–¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta el sector?
–El principal desafío es utilizar al máximo la capacidad instalada. Para lograrlo, es imprescindible un trabajo articulado con el sector público. La industria necesita políticas claras, incentivos inteligentes y condiciones que fomenten la producción continua y sostenida.
Paraguay tiene un desafío gigantesco en términos de mejorar la infraestructura, la institucionalidad de aquellas instituciones que están relacionadas con la gobernanza de toda la logística, específicamente la hidrovía. Entonces, en definitiva, creo que ese va a ser un aporte importante para apuntalar el crecimiento de la industria también.
–¿Qué cambios considera necesarios para que el sector pueda crecer y aportar más valor agregado?
–Es fundamental una política industrial robusta y decidida. Necesitamos un marco que incentive la transformación local de nuestras materias primas, que reduzca las asimetrías con otros países de mayor escala en la región, y que fomente la inversión, la innovación y la exportación. De la mano con el desarrollo agroindustrial del procesamiento de la soja, podemos proyectar el arribo de otras grandes industrias de producción de proteínas animales y bioenergía que podrán encontrar en nuestro país todo lo que necesitan para ser competitivos globalmente, con lo cual el efecto multiplicador del valor agregado puede ser exponencialmente beneficioso.
–¿Qué legado le gustaría dejar en el desarrollo del país?
–Me gustaría haber contribuido a construir un Paraguay más productivo, competitivo y justo. Que mi paso por los distintos espacios haya impulsado decisiones y acciones concretas que fortalecieron la industria nacional, generaron empleo y mejoraron la calidad de vida de las personas. Considero que es un deber patriótico aportar desde donde a uno le toque, con responsabilidad y visión de largo plazo, para la construcción de un país mejor para todos.
SIGUIENTE PASO: AVANZAR HACIA LA INDUSTRIALIZACIÓN
–¿Qué factores limitan el crecimiento de la industrialización en Paraguay?
–La principal limitación es la falta de políticas públicas consistentes y de largo plazo. Paraguay cuenta con recursos y capacidades, pero necesita condiciones estructurales para despegar y dar el gran salto. En definitiva, tenemos una capacidad productiva de escala absolutamente relevante. Tenemos condiciones muy favorables en términos de productividad: tierras fértiles, energía limpia, mano de obra altamente calificada y un marco impositivo muy atractivo.
En este sentido, el siguiente paso es avanzar hacia la industrialización, logrando que el procesamiento de nuestras materias primas no sea solo un componente de exportación, sino que también atraiga mayores inversiones industriales. Esto incluiría otros tipos de industrias que requieren los insumos que producimos o las materias primas que tenemos disponibles.
Considero que Paraguay debe dar ese paso determinante, potenciando la industrialización de su principal producto, que es el más relevante en términos de aportes macroeconómicos para el ingreso de divisas en exportaciones, en cuanto a la capacidad productiva agrícola y otros factores que hacen que el complejo de la soja sea absolutamente relevante para el funcionamiento económico de nuestro país.
PERFIL
RAÚL VALDEZ
Actualmente preside la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro)
Director de logística de ADM Paraguay SRL/ Naviera Chaco SRL desde 2020
Director de la Comisión Permanente de Transporte de la Cuenca del Plata (CPTCP)
Miembro del Consejo de la Sociedad Civil del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
Miembro de la Comisión Nacional de Transporte Terrestre
Miembro de la Comisión Nacional de Hidrovías
Fue director de Operaciones de Imperial Logistics Paraguay 2017 – 2019
Fue gerente comercial de ADM Paraguay / Naviera Chaco SRL 2011 – 2017
Es magíster en Administración de Negocios (MBA) por la Universidad de Chile, 2021
Executive Master in International Business (EMIB) por ESCP Business School of Paris, 2021
Licenciado en Administración de Empresas por Universidad Católica de Asunción, 2007
Está casado con Cecilia. Es padre de Maxi de 10 años y Vale de 4 años
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Pausa fitosanitaria para el cultivo de soja iniciará el 1 de junio
El Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) recordó la vigencia de la pausa fitosanitaria para el cultivo de la soja en Paraguay. Se trata de un periodo de noventa días que va desde el 1 de junio al 30 de agosto en la región Oriental y a partir del 15 de junio al 15 de septiembre en la región Occidental.
Esto, de manera a reducir la fuente de inóculo del hongo causante de la roya asiática, que anualmente provoca importantes pérdidas productivas y económicas a los productores, según explicó la institución. La medida fue establecida mediante las Resoluciones Nº 071/11 y N° 633/17.
Según informaron, las áreas de cultivo destinadas a la producción de granos y semillas deberán permanecer libres de soja guacha y hospedantes alternativo. “Durante la pausa fitosanitaria los productores pueden optar por otros rubros de renta, atendiendo a que las áreas de cultivo solamente deben estar libres de soja“, explicaron.
Asimismo, desde la Dirección de Protección Vegetal, aclararon que los propietarios o arrendatarios de parcelas de soja tienen la obligación de cumplir o hacer cumplir la normativa, que incluye a depósitos, silos, bordes de caminos internos o áreas de dominio de la propiedad, al igual que todas las instituciones responsables, concesionarias o administradoras de ferrovías, puertos fluviales, aeropuertos, caminos públicos y rutas nacionales.
A través de sus oficinas regionales en todo el país, el Senave realizará estrictos controles para garantizar el cumplimiento de la mencionada disposición y que “en caso de detectarse irregularidades, los infractores serán pasibles de sanciones”.
La roya de la soja es una enfermedad de la planta cuyo organismo causal no sobrevive en los residuos de cosecha infectados, pero sí lo hace por unos 50 días en las que germinan después de la cosecha. Bajo condiciones ambientales favorables se desarrolla muy rápidamente infectando al hospedante y causando pérdidas importantes en el rendimiento del cultivo, por lo que las áreas referidas deberán mantenerse libres de plantas verdes en pie, señalaron.
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En abril continuó la merma en las exportaciones zafrales de maíz
La Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) reportó que en el mes de abril continuó la merma en las exportaciones zafrales del maíz nacional, debido a la menor producción registrada en la zafra 2024. No obstante, los envíos de la zafra nueva 2025 se iniciarían en el mes de junio próximo y con ello se tendrán los números finales de la campaña anterior.
Según el informe elaborado que va desde junio de 2024 a abril de este año, Paraguay exportó 1,9 millones de toneladas, mientras que en el mismo periodo de la zafra pasada se habían embarcado 3,2 millones toneladas, según la Capeco.
La asesora de Comercio Exterior, Sonia Tomassone, mencionó que la menor producción del grano explicó las mermas en las salidas zafrales. En contrapartida, reportó que si se observan las exportaciones del grano por año calendario, de enero a abril de este periodo, hubo un aumento de 119.832 toneladas, en comparación con el primer cuatrimestre de 2024.
Los envíos representaron un ingreso de divisas de USD 81 millones, unos USD 23 millones más que frente a abril del lapso anterior. “Esta mejora se debe a una mayor demanda por parte del mercado brasileño, que se encuentra corto de stock, según la Conab y a una mejora en los precios pagados en ese mercado hasta el mes de marzo, aunque se observa una reducción en los precios a partir de abril”, explicó.
En cuanto a los mercados, Brasil se mantuvo como el principal mercado del maíz paraguayo con el 91 % de participación en el total enviado, seguido por Uruguay con el 7 %, Senegal, Camerún y Chile con el 2 %, por parte de 71 empresas que fueron responsables de las exportaciones del grano.
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Crecieron en abril los envíos de soja impulsados por mejores condiciones del río
En abril fueron exportadas 654.151 toneladas de soja en grano gracias a las mejoras en la navegabilidad del río Paraguay, según reportó la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco).
De acuerdo a los datos acumulados en el primer cuatrimestre del año, fueron embarcadas 2,8 millones de toneladas que generaron un ingreso de divisas de USD 1.054 millones, de acuerdo con el informe de Comercio Exterior del gremio. No obstante, a pesar de esta mejora en la logística fluvial, explicaron que se siguió notando una disminución en los envíos.
Según Sonia Tomassone, asesora de Comercio Exterior de la Capeco, la merma se dio tanto en soja como de sus derivados que son los aceites y pellets debido a la menor producción de la zafra 2024 en comparación a la del 2023, que registró un récord de 11 millones de toneladas.
De acuerdo al acumulado en el mismo período, pero del año pasado, se habían enviado 3.423.550 toneladas, una variación de 557.639 toneladas y 16 % de diferencia negativa. Asimismo, en el cuarto mes de este año se enviaron 172.908 toneladas de aceite frente a las 190.091 toneladas del 2024, además 548.161 toneladas de pellets versus 645.334 del año anterior.
Al mismo tiempo, la caída en los precios internacionales también fue un factor que incidió negativamente en el ingreso de divisas, a pesar de las mejoras en los precios del aceite de soja. El complejo soja permitió un ingreso de divisas de USD 1.394 millones frente a los USD 1.716 millones del mes de abril de 2024.
Con relación a los destinos de la soja en abril aumentaron levemente las exportaciones a Argentina que se quedó con el 83 % de participación, seguido por Brasil con el 5 % y Rusia con el 1 %, mientras que se retomaron, además, las exportaciones a Perú y Corea del Sur. En total unas 36 empresas fueron responsables de las exportaciones del grano al cuarto mes del año.
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