El ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, habló acerca de la potencialidad de las criptominerías, siempre que sean legales, pues pueden ser una alternativa válida para aprovechar el excedente de energía eléctrica que produce el país con el fin de monetizarlo.
Si bien fue claro en precisar que las granjas de criptominería no son una política industrial, ya que tampoco es una actividad que podrá multiplicar empleos, pero permite dar respuesta a una situación real respecto a ese excedente de energía, dijo.
“Paraguay hoy en día solo utiliza el 45 % de la energía que le corresponde de las hidroeléctricas de Itaipú y Yacyretá. La criptominería legal es una manera inteligente de monetizar en el corto plazo la energía eléctrica no utilizada por el Paraguay, mientras se avanzan en planes que permitan el desarrollo de industrias con la utilización de esta energía”, dijo a la 1020 AM.
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Legitimar la actividad
Es así que la idea de legitimar esta actividad no sería descabellada, por el lado del uso que se le puede dar a la energía sobrante, que tampoco será eterna, al tiempo de precisar el ministro que la criptominería pagaría más por la energía que vendiéndola.
Giménez explicó en este sentido que la cesión de energía a Brasil paga alrededor de USD 12 el MW, mientras que la tarifa especial de la Ande propuesta para la criptominería es de unos USD 40 el MW.
En dicho punto es que sacó a relucir que así como la generación de billetes electrónicos, la exportación del excedente de energía a los vecinos tampoco es una generadora de empleos.
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Concluyó el Balance Energético Nacional 2024, que próximamente será presentado
Desde Ministerio de Obras públicas y Comunicaciones (MOPC), informaron que los técnicos y estudios del Viceministerio de Minas y Energía concluyeron la elaboración del Balance Energético Nacional (BEN) 2024, en términos de energía final, y próximamente darán a conocer el resultado y el resumen estadístico oficial.
Indicaron que el documento, que consta de 64 páginas, “constituye una herramienta clave dentro del proceso de transición energética, que supone una transformación en la producción, distribución y consumo de la energía”.
Agregaron que el BEN 2024 permitirá evaluar la situación actual del sector, identificar tendencias y proyectar acciones estratégicas para los próximos años.
Tras el análisis y la redacción del documento aclararon que el informe fue elaborado con base en la información disponible al 31 de julio de 2025, por lo que los datos presentados deben considerarse preliminares.
“No obstante, cumple con el objetivo de ofrecer transparencia y acceso a información actualizada sobre el comportamiento energético del país durante el año 2024″, explicaron.
Proyección al 2050
Entre los avances metodológicos, el Viceministerio de Minas y Energía resalta dos logros alcanzados entre 2023 y 2024:
- El primero es la armonización de la metodología para la elaboración de estadísticas y balances de energía, en concordancia con las Recomendaciones Internacionales sobre Estadísticas Energéticas (IRES) de las Naciones Unidas.
- El segundo corresponde a la conclusión del Balance de Energía en términos de Energía Útil (BEU 2023), que permitió mejorar la precisión y comparabilidad de los resultados.
Estos avances fortalecen la planificación energética y están alineados con los objetivos de la Política Energética Nacional al 2050 y de la Estrategia Nacional de Desarrollo Estadístico 2021-2030.
Finalmente, resaltaron que el trabajo se desarrolló con la colaboración de las instituciones integrantes del Comité de Estadísticas Energéticas del Sistema de Información Energética Nacional (CEE-SIEN), que aportaron datos y recomendaciones para la consolidación del BEN 2024.
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Itaipú alcanzó un nuevo récord de producción acumulada desde 1984
El viernes 5 de setiembre, a las 18:54, la Central Hidroeléctrica Itaipú (CHI) alcanzó el hito histórico de 3.100 millones de megavatios-hora (MWh) producidos desde el inicio de sus operaciones en 1984. Este logro consolida el liderazgo de la empresa binacional en la generación de energía limpia y renovable, y en el desarrollo sostenible de Paraguay y Brasil.
Esta cantidad de energía sería suficiente para abastecer a todo el mundo durante 44 días; al Paraguay por 140 años; y al Brasil durante 6 años y 1 mes. En términos prácticos, esta producción de energía de la binacional representa un volumen capaz de satisfacer la demanda de países enteros, dinamizar industrias, iluminar ciudades y transformar vidas.
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La nueva cifra en la producción no es solo una estadística, refleja décadas de trabajo colaborativo entre paraguayos y brasileños, innovación tecnológica y compromiso con el medio ambiente. El 10 de marzo de 2024, hace un año y medio, Itaipú registró la producción de 3.000 millones de MWh. Si se mantiene este mismo ritmo por cada 100 millones de MWh, se estima que la usina alcanzará los 4.000 millones de MWh en 13 años y medio, es decir, en 2039.
Itaipú comenzó a generar energía el 5 de mayo de 1984. Tardó 17 años en alcanzar sus primeros 1.000 millones de MWh, en junio de 2001. Once años y dos meses después, en agosto de 2012, la hidroeléctrica alcanzó los 2.000 millones de MWh. Y nuevamente, tras 11 años y 7 meses, logró la producción de 3.000 millones de MWh.
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Industria paraguaya podría convertir al país en un centro de innovación y valor agregado
La industria paraguaya presenta un crecimiento muy positivo y sostenido en los últimos años y en el 2024 el sector cerró con un crecimiento del 3,8%. Ante este escenario, el desafío es que el país, de la mano de los industriales, deje de ser solo un exportador de materias primas y se convierta en un centro de innovación, de valor agregado y de alta competitividad.
Así lo explicó el titular del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), Javier Giménez, quien en contacto con La Nación/Nación Media y en el marco del Día de la Industria, resaltó que el sector es uno de los pilares que contribuye a la grandeza del país.
“Creo firmemente que esta puede ser una década gloriosa para la industria paraguaya, sigamos trabajando juntos, apostando a la formalización, a la sostenibilidad y al talento joven que tenemos como ventaja”, afirmó.
El titular de la cartera visualizó a un país exportador de productos con alto valor agregado e incluso exportador de tecnología, de servicios, líder en créditos de carbono, proveedor de combustibles verdes para el deporte motor y para la aviación.
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“Creo en un Paraguay con una matriz energética diversificada, que aproveche toda la energía que genera dentro del país, en nuestras industrias, ya no exportándola”, explicó a La Nación/Nación Media.
Esta etapa de crecimiento sostenido se da en parte gracias a las inversiones y reinversiones de empresas nacionales y extranjeras, junto con los esfuerzos del Gobierno por mantener una política fiscal responsable, una moneda estable y las nuevas propuestas de leyes enviadas recientemente al Legislativo, que benefician aún más a las inversiones y eliminan barreras burocráticas.
“Esto hace que las proyecciones de crecimiento económico sean cada vez más favorables, llegando incluso al 4,4 %”, dijo Giménez. Señaló que sigue firme compromiso de colaborar con el objetivo de crecimiento de las industrias ya que son el motor del empleo. A esto se le suma la industria del conocimiento, la diversificación energética y la fuerza de las Mipymes que son claves en ese futuro.
Mercados abiertos
Gracias a los trabajos en conjunto con el presidente de la República, Santiago Peña, y sus misiones al extranjero, así como el trabajo de la Cancillería Nacional y el Viceministerio de Rediex con sus agregados comerciales, entre julio 2024 y mayo 2025 se logró la apertura de 63 nuevos mercados para los productos paraguayos.
Entre lo más destacado se tuvo la primera exportación de etanol de cereales a Argentina, biodiésel al Reino Unido, cuero bovino curtido a República Checa, conductores eléctricos a México, maderas multilaminadas a Rumania y gelatinas comestibles a Suiza.
También la carne fue un gran beneficiario de esta promoción país. “Este año llegamos a Singapur y Panamá. Recordemos también que la carne porcina ahora exporta a Taiwán con arancel cero, lo que significó un antes y un después para el rubro”, dijo.
Generación de empleos
La industria nacional contribuye desde muchas otras aristas al crecimiento del país, y lo hace desde la generación de empleo ya que más 330 mil paraguayos encuentran trabajo en el sector, más de 500 mil en todo el sector secundario.
También lo hace con la formación de mano de obra calificada, las exportaciones y divisas, los encadenamientos productivos, industrias que generan otras industrias, como la farmacéutica, que tiene una cadena de valor que abarca logística, papelería, creatividad, plástico y vidrio, publicidad y otras.
“Cada inversión que llega al sector industrial ya sea nacional o extranjera, fortalece nuestra capacidad productiva y genera un efecto multiplicador en otros sectores de la economía a la par de mejorar la competitividad”, aseguró.
Desafíos y modelos sostenibles
El financiamiento industrial es uno de los temas en los cuales se está trabajando de forma articulada. Además, están fortaleciendo alianzas internacionales como la que se tiene con el BID Invest con un fondo financiamiento industrial de 1.000 millones de dólares.
“Muchas veces cuando entramos a un banco vemos que tienen productos dedicados al sector agrícola y ganadero, pero no existe un enfoque financiero claro para la industria. La idea es que un banco de consumo como el BNF, pase también a ser un banco con una importante cartera industrial”, añadió.
En el aspecto de la sostenibilidad, el país ya implementa prácticas que reflejan un compromiso creciente con la economía circular y la reducción de los impactos ambientales negativos. Los mismos señalan que el sector industrial paraguayo ya transita hacia modelos más sostenibles y circulares, aunque con grandes oportunidades de expansión aún por trabajar.
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“Hay industrias que desarrollan modelos de reforestación con certificación FSC, otras que cuentan con plantas de tratamiento de efluentes y sistemas de aprovechamiento de subproductos, también en el sector bebidas invierten en el tratamiento de aguas y en envases retornables“, destacó.
La sostenibilidad se hace presente mediante la chatarra reciclada, otras que impulsan el reciclaje de papel y cartón en gran escala, abasteciendo a la industria con materia prima, incluso hay mipymes destinadas a proyectos sostenibles que elaboran envoltorios ecológicos reutilizables hechos a base de cera de abejas, algodón orgánico y resinas naturales.
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Energías renovables y su potencial para transformar la industria paraguaya
Las energías renovables se posicionan hoy como una potencial solución de cara al desafío que enfrenta la matriz energética del Paraguay de cara al 2030. Con una cantidad importante de recursos naturales que de forma sostenible pueden aprovecharse, el país puede suministrar tanto a la industria como a la ciudadanía de energía a costo competitivo y previsible, según visualizan desde la Asociación Paraguaya de Energías Renovables (APER).
Víctor Giménez, vicepresidente de APER, manifestó que Paraguay debe pasar de ser un exportador de energía eléctrica a bajo costo a utilizar toda su disponibilidad para impulsar la industria e incluso potenciar la matriz energética con fuentes renovables a través de numerosos recursos naturales con los que cuenta.
El desarrollo de las energías renovables en Paraguay, fuera de las hidroeléctricas, aún es lenta, según Giménez, pero con un enorme potencial que puede ser alcanzado con un marco jurídico que abra las puertas a inversiones importantes. Con tal visión mencionó que se fundó APER, con un grupo de pequeñas empresas que impulsaban soluciones solares en comunidades sin acceso a la red eléctrica.
Con el tiempo, el organismo se transformó en un actor de referencia, articulando al sector privado, instituciones públicas y el Congreso en torno a un desafío común: diversificar y modernizar la matriz energética nacional.
De acuerdo con Giménez, existen iniciativas privadas que ya utilizan alternativas energéticas renovables como la energía solar, eólica, biomasa reforestable y biogás. Agregó que las empresas ya comienzan a ser conscientes de las ventajas que aportan las energías alternativas renovables, por lo que subrayó el potencial para la industria.
“Hoy, las iniciativas privadas muestran lo que podría ser el futuro del sector. Una colonia menonita montó un parque solar de 5 megawatts para abastecer a su comunidad. Un frigorífico incorporó paneles para reducir su dependencia de la ANDE. Ingenios azucareros transforman residuos en biogás y electricidad, mientras plantas de chips de madera en el interior generan calor y energía a partir de biomas”, destacó.
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El potencial que espera
El ingeniero Giménez mencionó que, según el Atlas Hidroenergético de Itaipú, se estima que Paraguay puede desarrollar unos 800 megawatts adicionales con pequeñas centrales hidroeléctricas, cuya inversión total se estima en unos USD 3.000 millones. Señaló que el desarrollo de estos proyectos no solo beneficiarían a la matriz energética sino que dinamizarían la economía y los empleos.
“No es solamente construir la presa, acceso de camino, habitacional, el desarrollo que va a traer esta industria de la energía, es algo que realmente no estamos sabiendo medir y no estamos sabiendo aprovechar”, destacó.
Pero más allá del recurso hídrico, el vicepresidente de APER destacó que el país cuenta con una radiación solar “envidiable” que puede generar energía de forma previsible y óptima, teniendo en cuenta las características del verano paraguayo.
El potencial, señaló, es suficiente como para convertir techos de instituciones públicas en verdaderas subestaciones urbanas. A esto se suma la abundancia de biomasa en el sector forestal y agroindustrial, y un potencial aún incipiente en energía eólica.
Oportunidades para mantener sello verde
En la visión de la APER, Paraguay puede convertirse en un polo regional de energías limpias, capitalizando su sello verde para atraer inversiones y acceder a financiamiento climático internacional, pero el desafío ya no se limita a lo técnico, sino que incluye también el ámbito regulatorio e incluso cultural.
“Hoy en día hay una conciencia verde en cada uno. La juventud está apoyando mucho eso. En la eficiencia, había mencionado también que aparte de la energía renovable, usar inteligentemente nuestra energía”, reflexionó.
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Menos dependencia de las hidroeléctricas
Las represas hidroeléctricas del país, si bien siguen siendo un símbolo de energía limpia y renovable que posiciona al país a nivel internacional, enfrenta desafíos cada vez más importantes debido a las sequías, por lo que la diversificación se va imponiendo como una necesidad estratégica.
La dependencia casi total de las represas se sintió con fuerza durante las sequías recientes, que redujeron la producción hidroeléctrica y encendieron la alerta sobre la fragilidad del sistema. Diversificar no es un lujo, sino una necesidad estratégica.
En ese sentido, Giménez señaló que el costo de energía podría ser mucho mayor en un futuro con un saturado sistema eléctrico, por lo que la inclusión de nuevas fuentes de energía renovables es necesaria para garantizar el suministro y mantener el estatus de país con energía verde.
Si bien reconoció que nuevas fuentes de energía renovable podrían implicar un incremento del precio acostumbrado, manifestó que se tiene que tener en cuenta que se pagaría por un servicio ininterrumpido, previsible y sostenible.
La energía renovable en el futuro
Paraguay tiene un desafío a corto plazo: en 2030 se pronostica una saturación del sistema eléctrico. En ese sentido, Giménez auguró que el papel de las energías renovables será protagónico en el próximo quinquenio para soportar el desarrollo industrial que requiere previsibilidad frente a la volatilidad climática.
“Va a abaratar costos y va a garantizar el servicio de energía. Es determinante, de base esencial, y muchas de esas empresas ya se dieron cuenta, por eso están iniciando ese proceso, de laboratorio o de probar, y se dan cuenta que es exitoso, es válido y es financieramente interesante”, manifestó.
¿Qué es necesario para avanzar?
De acuerdo con Giménez, es imperativo avanzar en términos legislativos y reglamentarios hacia una ley que permita que la ANDE no se limite a adquirir la energía más barata, para entonces atraer más capitales para explotar energías renovables.
“Vender energía hoy a la ANDE no representa un negocio. La ANDE hoy está regida por la Ley 2.051, que le exige comprar la más barata, y ninguna de estas energías va a competir con una energía ya amortizada como Itaipú”, sostuvo.
En ese sentido, insistió en que se debe generar conciencia sobre la necesidad de que se debe pagar un poco más por la energía y así establecer un mercado más competitivo e innovador.
“Tenemos que realmente concienciarnos que todo lo nuevo va a costar más, pero va a pagar una garantía, no va a tener cortes, no va a tener una calidad de energía”, sostuvo.