Desde el Banco Central del Paraguay (BCP) publicaron el informe de la encuesta realizada a los agentes económicos, quienes anclaron nuevamente sus expectativas a la meta de la institución. Una inflación menor, además de nuevos recortes de la Tasa de Política Monetaria (TPM) marcan la visión del mercado sobre la economía.
Conforme al resultado de la encuesta de las Expectativas de Variables Económicas (EVE) realizada en diciembre 2023, la mediana de las expectativas de inflación reportada por los agentes para cierre del 2023 se ubica en 3,8 % y para cierre del 2024, se ubica en 4,0 %. Así también para los próximos 12 meses y para el horizonte de política monetaria (entre 18 y 24 meses) estiman una inflación de 4,0 %.
Para el mes en curso, la mediana de las expectativas de inflación mensual es 0,4 %, inferior a la registrada en el mes de diciembre 2022 (0,5 %), e inferior a lo señalado en el mes de noviembre pasado para el presente mes (0,5 %). Para el mes de enero 2024, los agentes también esperan una inflación mensual de 0,4 %.
El promedio de la expectativa de inflación mensual para diciembre de 2023 es 0,4 %, porcentaje inferior al promedio de la expectativa registrada durante el mismo periodo en el 2022 (0,5 %). Así, la expectativa de inflación anualizada para el año 2023, construida a partir del promedio de la expectativa de inflación mensual, arroja un valor de 5,1 %.
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Con referencia a la evolución del tipo de cambio nominal (TCN), la expectativa de los agentes para diciembre es G. 7.400 (inferior al reportado el mes anterior para el mismo mes, G. 7.465). Para enero 2024 y finales del 2023, se espera que el TCN se ubique en G. 7.400.
Asimismo, para el cierre del 2024, los agentes económicos esperan que el tipo de cambio se sitúe en G. 7.500. En lo que respecta a la mediana de las expectativas de crecimiento económico, los encuestados esperan un crecimiento del PIB de 4,5 % para el 2023 y de 4,0 % para el 2024.
Respecto a la Tasa de Interés de Política Monetaria (TPM), la expectativa de los agentes económicos, para el mes de diciembre, es que la misma se ubique en 7,00 %, así también, para enero de 2024 y para el cierre del 2023 esperan una tasa de 7,00 %. Para finales del 2024, esperan que la TPM se sitúe en 6,00 %.
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El guaraní, la antigua, estable y ponderada moneda de Paraguay
A nivel regional, existen 20 monedas oficiales y todas utilizan al dólar estadounidense (USD) como tipo de cambio de referencia para las transacciones económicas. Una de ellas tiene una particularidad única, su trayectoria y estabilidad de más de 80 años, el guaraní.
En octubre de 1943 se establecía, mediante el decreto ley n.º 655, el Régimen Monetario Orgánico de la República del Paraguay que desde aquel entonces ya visionaba lograr la estabilidad, el fortalecimiento, la independencia y la soberanía monetaria del país reemplazando al peso paraguayo por el guaraní.
Una rápida cronología de la historia del guaraní conduce a su primer año, cuando se emitieron los billetes de 1, 5, 10, 50, 100, 500 y 1.000 guaraníes, con la leyenda Banco del Paraguay, ente que desde 1954 hasta 1984 mantuvo un control de tipo de cambio de 1 dólar = 126 guaraníes.
A partir de la década del 90 empezaron a aparecer los billetes actuales. En 1990 salió el de G. 50.000 y en 1998 el de G. 100.000. En el 2006, el billete de G. 20.000 y en el 2009 se emitieron por primera vez los billetes de polímero para bajas denominaciones, como el de G. 2.000.
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Longevidad
El guaraní no es la moneda más antigua del continente americano, pues mucho antes, en 1810, fue creado el peso colombiano. Esta moneda fue, junto con el real español, la más antigua de la región. En 1837, el real español dejó de circular y el guaraní se convirtió en la segunda moneda más antigua.
Miguel Mora, economista jefe del Banco Central del Paraguay (BCP), explicó a La Nación/Nación Media que el dinero cumple con tres funciones, ser un medio de cambio, una unidad de cuenta y un depósito de valor. Para cumplir con estas funciones, señaló que el principal desafío del guaraní es seguir persistiendo en su dinámica de ser un signo monetario fuerte, creíble y predecible.
Razón por la cual, la autoridad monetaria debe seguir orientando sus esfuerzos y compromisos en cumplir los preceptos constitucionales y los artículos reglamentarios de la carta orgánica del BCP, de modo a velar por la estabilidad y el valor de la moneda.
Estabilidad
“El guaraní es de las monedas más estables de la región, lo que refleja en gran medida la gestión prudente de las políticas macroeconómicas en los últimos años. No obstante, dado que Paraguay es una economía abierta y pequeña, está expuesta a los choques externos, los cuales eventualmente pueden afectar la trayectoria de la inflación, aunque transitoriamente, como ha ocurrido en el pasado reciente”, expresó Mora.
El economista detalló que actualmente la inflación se está estabilizando en torno al 4,0 %, y las expectativas de los agentes económicos, para todos los plazos consultados, se encuentran alineadas a la meta del BCP.
En este punto, indicó que es importante resaltar también que el alto nivel de reservas representa un respaldo importante para la masa monetaria existente, lo cual genera un alto grado de confianza al guaraní como moneda.
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Valor frente al dólar
Según el tipo de cambio actual, al 16 de mayo, un guaraní equivale a USD 0,00013. Al cierre del 2022 y 2023, el guaraní sufrió una depreciación del 0,8 %. Si bien se registraron picos altos durante el año anterior, la depreciación en términos interanuales se ubicó en el promedio anual.
Actualmente, la cotización minorista es de G. 7.370 y la interbancaria más elevada, asomándose a los G. 7.500. Esto preocupa a los actores económicos, ya que el 30 % de los productos de la canasta básica es importado, por lo que podría representar un encarecimiento de los mismos para los consumidores.
Otro producto dependiente de la cotización de la moneda norteamericana es el combustible, que también tiene una alta incidencia en varios sectores de la economía.
Monedas regionales
La moneda más antigua de la región, el peso colombiano (COP), tiene un valor de USD 0,00026 frente al dólar. Durante los últimos años, el Banco de la República de Colombia redujo considerablemente su volatilidad en base a políticas monetarias y fiscales.
El peso chileno (CLP)es una de las monedas más fuertes de Latinoamérica, producto del crecimiento económico de Chile con una relativa estabilidad a largo plazo. La emisión está a cargo del Banco Central de Chile (BCCh) y 1 peso chileno equivale a USD 0,0011.
El nuevo sol peruano (PEN) también es considerado una de las monedas más fuertes de Latinoamérica, por las políticas económicas fijadas por el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). En este país no existen limitaciones para el cambio de divisas y se pueden convertir libremente en USD, EUR y otras. Un nuevo sol está en USD 0,27.
El peso uruguayo (UYU) es otra moneda regional con denominación de 500, 1.000 y 2.000 pesos, junto a monedas de 1, 2, 5, 10 y 50 pesos, emitidos por el Banco Central del Uruguay. El cambio al dólar está en 0,026 pesos uruguayos.
La moneda oficial de Brasil es el real brasileño (BRL) y está regulado por el Banco Central de Brasil. Su cotización en relación al dólar es de 0,19. El boliviano (BOB) es la moneda oficial de Bolivia, está en circulación desde noviembre de 1987 y es emitida por el Banco Central de Bolivia. Un BOB es igual a USD 0,14.
El peso argentino (ARS) es la moneda oficial de Argentina y hace más de 30 años una de las monedas más devaluadas de Latinoamérica. Su valor ante el dólar está en USD 0,0011.
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En 30 años recibimos de las binacionales USD 12.823 millones (1994-2024), ¿somos un país eléctrico?
- Por Pablo Alfredo Herken Krauer
- Analista de la economía
- Email. pabloherken@yahoo.com
Si un país recibe un ingreso especial de 12.823 millones de dólares (fuente BCP) durante 30 años y 3 meses (1994-2024) de sus empresas hidroeléctricas binacionales (Itaipú con Brasil y Yacyretá con Argentina), el 87 % de la represa en sociedad con los brasileños, 11.105 millones de dólares y el 13 % con los vecinos del sur, 1.718 millones de dólares, se asume que hoy ese país tendría que ser un país avanzado en la generación, transmisión, distribución de energía eléctrica limpia y renovable, con hogares satisfechos por la calidad del servicio (y precio favorable para los usuarios, situación inferior a la de cliente), inversiones nacionales y locales alimentadas por una electricidad competitiva e, incluso, vendiendo la porción de la energía que nos corresponde a mercados del exterior, con toda la infraestructura necesaria para poder hacer todo lo anteriormente dicho.
¿Somos ese país electrizado, con mejor desarrollo? No. No lo somos. ¿Qué nos pasó? Hay varias fuentes de información para el cálculo del ingreso de dólares (divisas) de las binacionales. El del Banco Central del Paraguay (BCP) es una de ellas. Reitero: estamos hablando de un ingreso de dinero por 12.823 millones de dólares. A los efectos de hacer comparaciones y sacar una primera conclusión del país eléctrico que no somos, tomemos el período 2003-2023 y veremos que tuvimos un ingreso de 10.709 millones de dólares de las binacionales en dicho lapso: 9.104 millones de dólares vinieron de Itaipú y 1.605 millones de dólares correspondieron a Yacyretá.
En esos 21 años la recaudación de impuestos sumó 59.489 millones de dólares y los dólares de las binacionales, equivalentes al 18 %. Reemplazamos la mayor recaudación de impuestos que necesitábamos por el dinero de las binacionales. Y el mejor uso de las recaudaciones también. Encontramos en el dinero de las binacionales el parche salvador para todo tipo de gasto que los impuestos no alcanzaban a cubrir, y para financiar gastos diversos en una extraordinaria dispersión de recursos. Cuando más se quiere abarcar, incluso con buena motivación, la torta se parte en tantos pedazos que a todos les toca un poquitito, pero a nadie le satisface. Al final da la impresión de que todos están cubiertos con el dinero de las binacionales, pero la realidad es la desnudez en las necesidades insatisfechas. En 1998 Taiwán nos dio un préstamo de 400 millones de dólares. El gobierno de Raúl Cubas Grau era fuertemente resistido por su alianza con el golpista Lino César Oviedo, y el préstamo no fue aprobado hasta después del heroico marzo paraguayo de 1999. El equipo técnico de Cubas Grau (con Gustavo Leite a la cabeza) hizo un excelente trabajo al priorizar el uso del dinero en solo tres objetivos bien concretos y determinados, y con la mejor fundamentación venía la repartición de la torta para su correspondiente distribución. Vino el gobierno de la unidad nacional, aprobaron el préstamo y lo cortaron en 400 pedazos (hacer empedrados en donde hubiera necesidad), porque “tenía que llegar a todos”. Y el dinero, más temprano que tarde, se esfumó.
¿Qué estamos haciendo con el dinero de las binacionales? Cualquiera con un dedo de razón dirá que la prioridad en el destino del dinero de las binacionales debió ser y es Ande. Hoy tendría que ser una empresa cotizando en la bolsa de valores de Nueva York. La mayor, la más poderosa, la más moderna, la más competitiva, toda una fuente directa e indirecta de cuánto se pueda hacer o se pudo hacer para habernos convertido en un país eléctrico. Pero seamos realistas, el dinero de las binacionales en Ande se hubiera encontrado con la oposición a toda Ande potencia, porque sí o sí se necesita de la inversión privada nacional y extranjera para transformarla en una potencia. Pero el país no lo permitió, con excepciones honrosas, “Ande no se toca, es de todos los paraguayos”. Y los gobiernos y los propios directivos y trabajadores de la Ande abrazaron esa causa nacionalista o se aprovecharon para, volviendo al principio, usar el dinero de las binacionales como plazca. En mi opinión, que Ande no sea lo que pudo y debió ser es tanto culpa de los gobiernos como de la propia gente de Ande. No fue prioridad, no se hizo prioritaria. ¿Y ahora? Espero estar equivocado, pero nada ha cambiado. Seguimos despedazando la torta. Es de todos los paraguayos, más caramelitos hoy y menos pan mañana.
Y ese viejo como inservible discurso de “el dinero de las binacionales debe ir al Presupuesto de Gasto de la Nación para su correcto uso y mejor control”. Es que así se ha hecho. En el período 2003-2023 un total de 9.155millones de dólares pasó por el presupuesto, no será todo (está el dinero directamente administrado por las binacionales, lados nuestros). Pero ¡9.155 millones de dólares! En la última memoria de la Itaipú Binacional encontrarán un cuadro con los pagos que nos hizo la entidad: 1) Al Gobierno paraguayo por royalties y compensación por cesión de energía: 11.873 millones de dólares (período 1985-2023); y 2) a Ande por utilidades de capital y resarcimientos: 1.112 millones de dólares. Total: 12.985 millones de dólares. Claro que aquí estamos hablando de un lapso de 39 años. Pregunto, esos 11.873 millones de dólares “al Gobierno paraguayo”, ¿no pasó por el parlamento en los presupuestos? Para mí la transparencia y el control son sumamente importantes en la administración de los recursos públicos. Pero empezando por priorizar recursos escasos y finitos para necesidades múltiples e infinitas. La experiencia aconseja a nivel de Gobierno partir la torta en no más de tres pedazos, jerarquizando aquello que te produce comida y no el que te da la lista de los “invitados” a comer (supuestamente).
Aunque pecando de triunfalismo en un Paraguay hostil y autodestructivo, el Gobierno logra un acuerdo satisfactorio con Brasil (Itaipú) por donde se lo mire, al subir el precio político de la energía (15,4 %) y no continuar bajando (ya se achicó 26 %, podía seguir otro -36 %), asegurando así ingresos para cada tres años (2024-2026) por USD 1.250 millones de dólares (adicional de USD 320 millones) y un marco aceptable para negociaciones futuras con un vecino clave. Parece poco, pero no lo es. El papel aguanta cualquier cosa, hasta negociadores de papel. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQDPH1885.
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Más emisores y empresas apuestan por el mercado bursátil en Paraguay
El analista y experto en el mercado bursátil, Daniel Moreno, habló acerca de cómo se encuentra el sector en Paraguay y qué comportamiento se espera por parte de los principales actores para los próximos meses y en general, para este año.
Sostuvo que este 2024 deja ver un panorama positivo para todo el mercado, explicado principalmente por la dinámica de las tasas de interés que comenzó a disminuir desde el año pasado por decisión del Banco Central del Paraguay (BCP).
“Este año lo veo muy positivo en general para todo el mercado. Tenemos nuevos emisores y una cantidad de empresas nuevas que están apostando al mercado y aprovechando esta dinámica nueva que tenemos de tasas de interés. El año pasado el BCP comenzó a disminuir las mismas y eso hace que sea atractivo para el mercado”, dijo Daniel Moreno a la 1020 AM.
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Resaltó la decisión del BCP de bajar las tasas, ya que varias empresas tomaron la decisión de no emitir por las tasas altas, pero por las condiciones óptimas actuales continuarán invirtiendo y no solo a corto plazo, sino a largo plazo para dinamizar proyectos que lo habían guardado.
Moreno recordó que empezó a trabajar en el mercado en 2006 y que existían solo dos casas de bolsa en el país, lo tituló como un “mercado virgen en ese entonces”; luego, la evolución comenzó en 2010, cuando el sector comenzó a expandirse con más casas.
En el año 2018 los bancos comenzaron a operar en el mercado con sus propias casas de bolsa y fue el punto de inflexión para el dinamismo del rubro y otra visión de generación de negocios y volúmenes altos.
“Hay muchas competencias actualmente. La competencia es buena porque lo que genera es mayor valor para los clientes y los emisores que hoy estamos viendo la cantidad de servicios que hay para ofrecer. También con la incorporación de los fondos mutuos, que también genera un dinamismo muy importante, hace que el mercado en general esté creciendo en un momento muy bueno”, finalizó.
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La cadena de la carne y su peso en la economía social del país
- Por Ing. Agr. Diego Heisecke
- Presidente Consorcio de Ganaderos para Experimentación Agropecuaria
- Por Lic. Hugo Jiménez de Recalde
- Asesor Consorcio de Ganaderos para Experimentación Agropecuaria
Nos hemos acostumbrado a tener una perspectiva “vertical o rubrista” de la agroproducción e incluso las políticas públicas han sido diseñadas entorno a ese concepto. Así conocimos el “plan del trigo”, “plan algodonero”, “programa lácteo”, etc.
Sin embargo, de la finca a la mesa o del tambo al vaso, interactúan otros múltiples actores y en los tres niveles de la economía (primario - secundario - terciario), por lo cual, es necesaria la mirada HORIZONTAL bajo el concepto de CADENA PRODUCTIVA.
Datos del Banco Central del Paraguay (BCP) refieren una participación de la ganadería en el producto interno bruto (PIB) del Paraguay, entorno a un 2,2 %. Sin embargo, la cadena de la carne no está representada por este número, ya que deja de lado sectores que también participan en la cadena de la carne bovina, como por ejemplo es el sector transporte del ganado, que realiza anualmente más de 75 mil viajes de las unidades de producción a las industrias frigoríficas.
En consecuencia, la cadena ganadera participa en la generación de valor a través de los distintos sectores, incluso antes de la producción ganadera, para la provisión de insumos productivos, los servicios logísticos que ya mencionamos, el sector financiero, el comercio exterior (fletes carreteros, aéreos, fluviales, etc.) y el interior, que implica movimiento en carnicerías, supermercados, etc. En todas estas operaciones se pagan impuestos, tasas, aranceles y gravámenes aduaneros, conforme apreciamos en la gráfica.
Los medios se hacen eco permanentemente de los avances y progresos en el posicionamiento de la carne paraguaya en los mercados de consumo global y la valoración positiva del producto pero, sin embargo, desde la tranquera para adentro, es decir, la finca o unidad productiva, desde hace un poco más de una década no pasa bien, debido a la caída en los precios recibidos por la ventas de animales a los frigoríficos.
AHORA BIEN, ¿QUIÉN O QUIÉNES SOPORTAN EL MAYOR PESO EN CUANTO A INVERSIONES NETAS Y GENERACIÓN DE EMPLEOS DENTRO DE ESTA CADENA?
La gráfica expuesta a continuación habla por sí sola.
Sin embargo, en términos comparativos entre los años 2011 y 2024, mientras el valor FOB de exportación de carne subió 21 %, el precio pagado al productor bajó 17 %.
Si estas condiciones persisten, uno pudiera concluir que la actividad productiva bovina presenta flujos financieros negativos, lo cual obliga al productor a una mayor faena para equiparar ingresos vs. gastos, ocasionando una disminución del hato ganadero y configurando así una actividad financieramente riesgosa.
La ganadería ha sido reconocida históricamente como una actividad vinculada al ámbito rural y la vida misma del pequeño productor, que ve en sus animales un escape financiero ante adversidades familiares de salud, malas cosechas, climas adversos, etc, por cuanto la venta de una o más cabezas puede significar un desahogo momentáneo. Las consecuencias en la persistencia de estas condiciones desfavorables de precios será más impactante en este segmento que en los medianos y grandes productores, por cuanto estos podrían migrar a otras actividades como la agricultura, la reforestación, etc.
Este es un país eminentemente AGROPECUARIO, donde los ingresos de divisas provienen en sus ¾ partes del campo, conforme apreciamos en la imagen siguiente.
Por todo esto, ha llegado la hora de construir consensos amplios entre todos los actores de la cadena, entendiendo que si al eslabón más INFLUYENTE en el antes y el después de la producción le va mal, eso se transmitirá a lo largo de la cadena.
Hoy, el sector productivo pecuario bovino está en un escenario de pérdida real en términos económicos, con una deuda bancaria significativa, con acceso restringido a los mejores mercados y el alto y decisorio peso del eslabón industrial que no solamente define los precios, sino además condiciona los niveles de faena, llegando incluso a reducir esta actividad a menos de la mitad de las capacidades instaladas.
El acceso a la información segura, oportuna y confiable para transparentar los procesos a lo largo de la cadena, desde la producción.