Fundación Mapfre, desde el 2011, viene implementando su programa escolar La Práctica de la Educación Vial con el objetivo de disminuir índices de mortalidad y discapacidad a causa de accidentes viales. Generando una educación en la vialidad mediante la formación de adultos responsables, buscan lograr ser reconocidos a nivel país y que el programa que llevan adelante se expanda a lo largo del territorio.

La metodología utilizada por la Fundación Mapfre para contribuir al desarrollo de la educación vial consiste en la realización de un programa que incluye capacitaciones a docentes sobre el manejo del material donde se educa sobre las diferentes prácticas de educación vial que fueron desarrolladas en las aulas de manera a que en el futuro se puedan formar peatones, conductores y ciudadanos responsables en la vía pública.

Raquel Riveros, representante de la Fundación Mapfre en Paraguay, sostuvo en comunicación con La Nación/Nación Media que al programa educativo se unieron 177 instituciones durante este año logrando un alcance a más de 33.000 beneficiarios directos, entre docentes y alumnos. A lo largo de estos 12 años de implementación, afirmó que ya llegaron a más de 133.000 personas. “El número actual de víctimas de accidentes de tránsito en Paraguay es un problema humano, social y económico inaceptable. Causa graves daños físicos, psicológicos y materiales a las víctimas y sus familias, así como daños socioeconómicos irreparables a la sociedad. Lograr la educación en seguridad vial requiere una acción coordinada y permanente de diversos sectores público y privado para crear conciencia y mejorar la seguridad vial”, añadió.

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Para ello, afirmó que se debe contar con un plan maestro ejecutable a fin de lograr una mejor educación en la sociedad, siendo este uno de los mayores desafíos para el Gobierno y el sector privado. Según los datos de la Agencia Nacional de Tránsito y Seguridad Vial, más de 2.300 personas resultan con lesiones a consecuencia de siniestros viales durante los primeros tres meses de este año. De manera a cambiar esos números, Riveros indicó que buscan que a través de la educación a los niños en edad escolar se puedan formar adultos responsables que permitan reducir el número de accidentes viales causados por la irresponsabilidad y el desconocimiento de las reglas. “Tenemos un sueño como Fundación Mapfre y es que nuestro programa pueda ser reconocido a nivel país y considerado en las escuelas como programa escolar, que nuestros materiales sean avalados y aprobados para la enseñanza en el país”, afirmó.

Añadió que están trabajando en la creación de materiales para el tercer ciclo de la educación escolar básica para incluirlos en el programa ampliando el alcance llegando a un público más diverso. Mencionó que seguirán trabajando hacia el objetivo de lograr mayor seguridad vial y que sea sostenible con una mayor participación de todos los sectores sociales.

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Por su parte, Cynthia Alfonso, coordinadora de actividades de la Fundación Mapfre en Paraguay, dijo que se estableció en 1975 contando actualmente con más de 48 años de experiencia. “Nuestra misión como institución sin ánimo de lucro es mejorar la calidad de vida de las personas y el progreso de la sociedad mediante programas y actividades multinacionales.

En cuanto al programa, indicó que tiene una duración de 3 meses y consiste en la capacitación a docentes en el uso de materiales para que los mismos puedan replicarlo dentro de sus aulas. Las capacitaciones se desarrollan de forma virtual a cargo del equipo de seguridad vial de la fundación.

Así también desarrollaron campañas de concienciación donde se destaca “El casco en la cabeza”, donde presentaron el museo de cascos accidentados dirigido a todos los motoristas y en especial a los repartidores, con el objetivo de recordar la importancia de portar este artículo al momento de subir a una motocicleta.

“Nuestro objetivo principal es formar una nueva generación más responsable y reducir el índice de mortalidad y discapacidad por accidentes viales. Nos enfocamos en escolares, quienes, a través de la educación, pueden convertirse en ciudadanos responsables en las vías públicas e influir en sus familias para crear un impacto más amplio”, agregó.