Desde la Bolsa de Valores de Asunción (BVA) consideran que la idea de acelerar, de cierta manera, el proceso para una empresa a la hora de empezar a operar en el mercado de capitales, planteada por la propia Comisión Nacional de Valores (CNV), es factible de modo a facilitar sin que los requisitos dejen de ser exigentes.
“La Comisión Nacional de Valores habla de procesos reducidos, y desde la Bolsa acompañamos esta iniciativa. Sabemos que no es fácil cumplir con todos los requisitos para trabajar en el mercado de capitales. Pero también somos muy mezquinos a la hora de permitir qué empresas pueden emitir en la bolsa, porque es importante mantener la seriedad de lo que venimos haciendo”, expresó a La Nación- Nación Media, Eduardo Borgognon, presidente de la BVA.
En ese sentido, explicó que si bien los requisitos para ingresar al mercado bursátil son exigentes, a la vez son aspectos que cualquier empresa formal que hace bien su trabajo los puede cumplir, por lo que la filtración es un proceso cotidiano al que los futuros emisores deberían estar preparados, y la idea es reducirlo en tiempo.
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Incentivar a más empresas
Esto de modo a que la mayor cantidad de empresas puedan ser jugadores en el mercado de capitales, pues quizás muchas ya estén en ese camino y solo falta un incentivo, y a modo de alentar es que buscan hacer que el camino sea más fácil en cuanto al tiempo de ingreso, aunque sin bajar las exigencias, precisó el referente.
Es así que tanto a la BVA como la CNV pretenden acelerar los procesos para emitir en la bolsa, teniendo en cuenta que en promedio y dependiendo de qué tan preparada se encuentre la empresa, el ingreso al mercado de valores suele durar entre 4 a 6 meses, y conforme lo anunció recientemente el titular de la CNV, estarían planteando reducirlo en días.
“Esperamos que las próximas emisiones efectivamente conlleven un plazo menor y la mayor cantidad de empresas participen en el mercado de capitales. Se habló de 3 días como una expresión de deseo, pero hay un proceso de registro y una vez que se presenten todas las documentaciones, ahí capaz se pueda hablar de pocos días”, agregó Borgognon.
Hay que mencionar que las perspectivas para el mercado bursátil de este año son más que alentadoras, según ya lo había proyectado el titular de la BVA, quien aseguró que el clima macroeconómico de este 2023 está resultando bastante prometedor, por lo que apuntan a que las negociaciones en la bolsa puedan superar los USD 3.400 millones.
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Tendencia baja del dólar favoreció en volumen de operaciones durante el mes de julio, explican
El economista Elías Gelay destacó que julio se convirtió en el mejor mes del 2025 en cuanto a volumen de operaciones en el mercado bursátil local. Explicó que tanto el mercado primario como el secundario registraron un crecimiento positivo, principalmente en moneda nacional.
Según Gelay, este desempeño estuvo impulsado en parte por la baja en la cotización del dólar durante julio, una tendencia que incluso continuó en la primera semana de agosto. Consideró que este comportamiento es atípico para esta época del año, en la que normalmente se observa una tendencia alcista en el tipo de cambio.
El especialista señaló que, al ingresar al segundo semestre, el mercado suele mostrar otro dinamismo. Sin embargo, en las últimas semanas estuvo marcado por dos factores: la caída del tipo de cambio y la restricción de liquidez en guaraníes. “En el mes de julio, esta coyuntura de escasez de guaraníes hizo que muchas empresas salgan a buscar financiamiento en el mercado de capitales”, manifestó a la 1020 AM.
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Gelay aclaró que este escenario no necesariamente responde a una tendencia estructural, sino que podría tratarse de un fenómeno temporal. “Creemos que es algo coyuntural, no parte de una dinámica permanente. Estamos cerca de un dólar de equilibrio, habrá que ver cómo evoluciona en este segundo semestre”, expresó.
Finalmente, dijo que la demanda de créditos está creciendo mucho más que los depósitos, lo que genera una menor liquidez, especialmente en moneda local. En este contexto, recordó que la tasa de interés es la herramienta natural de ajuste cuando se dan situaciones de este tipo.
Datos
La Bolsa de Valores de Asunción (BVA) cerró julio con un volumen total negociado de G. 6,2 billones, equivalentes a unos USD 832 millones al cambio actual, cifra que supera en un 32 % al negociado de junio. En términos interanuales, el acumulado a julio fue un 27,8 % superior a la cifra de julio de 2024.
Según el reporte, al séptimo mes del año, el valor acumulado en las negociaciones llegó a G. 29,1 billones, equivalentes a más de USD 4.000 millones. Los bonos continuaron liderando las operaciones en julio, con G. 6 billones, mientras que las acciones sumaron G. 190,9 millones. En total, las operaciones en guaraníes totalizaron G. 4 billones, mientras que en dólares sumaron G. 2 billones.
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Bolsa de valores: la inversión en guaraníes ganó terreno en el mercado
El mercado de valores registró operaciones que llegaron a casi USD 900 millones, en el séptimo mes del año, lo que se marca hasta el momento como el mayor volumen de negociaciones en la Bolsa de Valores de Asunción (BVA), con un crecimiento interanual de 32,6 %. Sin embargo, dentro de los resultados lo que se destaca es que la inversión en guaraníes ganó terreno.
Según los datos recientemente divulgados por la BVA, el monto acumulado desde enero sumó USD 4.308 millones y se expandió en 27,8 %. Persiste un fuerte aumento en el mercado de emisión de títulos, pese a que los volúmenes de junio y julio se mantuvieron cercanos a los del año pasado.
En ese marco, Elías Gelay, presidente de Cadiem Casa de Bolsa, explicó los factores que impulsaron este dinamismo bursátil, así como el contexto de depreciación del dólar y la suba de tasas de guaraníes que caracterizó al mercado en las últimas semanas.
La Bolsa de Valores reportó operaciones por G. 33,7 billones (alrededor de USD 4.308 millones) entre enero y julio del 2025, monto que representa un crecimiento de 27,8% respecto al mismo periodo del año anterior. De esta manera, el mercado de capitales local mantiene una continua expansión, con un volumen que fue en julio el más elevado en lo que va del año.
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Contexto de depreciasión del dólar
Según el análisis realizado por el referente bursátil, y resaltado por la consultora Mentu, las operaciones en guaraníes ganaron más espacio en julio del 2025, al concentrar el 66,6 % del total, frente al 55 % en que se habían ubicado en junio. Esto, en un contexto de depreciación que experimentó el dólar en el mercado local.
“Si bien el guaraní usualmente presenta una ligera ventaja frente al dólar en las operaciones bursátiles, su participación a lo largo del 2025 venía manteniéndose entre 55 % y 60 %; solo en febrero había sobrepasado este umbral, pero hasta un 63 %“, agrega.
En cuanto a la distribución de las operaciones por mercado, el secundario sigue acaparando la mayor proporción, con una concentración de 87,5 % en julio del 2025. Los bonos siguen siendo los instrumentos ampliamente más utilizados, con una presencia de 96,8 %; mientras que las acciones participan en 3,1 % y los fondos de inversión, en 0,1 %.
Dinamismo
Gelay destacó que la segunda mitad del 2025 empezó con emisiones importantes de títulos por parte de empresas y que también el sector financiero ha estado muy presente por medio de estas operaciones, tanto para inversores que son personas físicas como para institucionales. En el caso específico de Cadiem, recordó que, por ejemplo, participaron de emisiones importantes para organismos multilaterales.
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CIE, acostumbrada a vencer imposibles
Por: Adelaida Alcaraz
Adaptándose a los nuevos tiempos que llegan con desafíos más grandes y mayores inversiones, la empresa, presidida por Eduardo Borgognon, demostró con hechos que puede cumplir con una precisión milimétrica cualquier proyecto, sin límite de volumen o peso.
Con su eslogan “La capacidad de hacer”, el CIE S.A. resume todo lo que representa. Y cuando uno conversa con Eduardo Borgognon, presidente de la compañía, se tiende a esbozar el potencial casi ilimitado que esta industria nacional representa y que, a veces, ni los propios paraguayos alcanzan a dimensionar.
Con 18 años en la empresa y una trayectoria vasta en el mundo de los negocios, Eduardo lidera uno de los complejos industriales más avanzados de la región, una planta instalada en Luque que es, a la vez, símbolo de ingeniería avanzada, orgullo nacional y proyección al futuro.
Días atrás, este ingenio fue escenario de un recorrido inédito que sirvió para que autoridades nacionales, empresarios, diplomáticos, inversionistas y alumnos de universidades tuvieran la oportunidad de constatar de primera mano que en Paraguay se puede hacer lo que parece imposible. Y es que CIE no solo forma parte de la historia de Itaipú y Yacyretá; también fabrica remolcadores y barcazas, construye subestaciones, líneas de transmisión eléctrica, estructuras metálicas y montaje industrial, y ha exportado piezas a más de 16 países de cuatro continentes.
“CIE nació en 1978, hace ya 47 años, en el marco de la construcción de Itaipú”. Así comenzó el relato Eduardo, quien recibió en la planta industrial al equipo de FOCO para protagonizar un recorrido exclusivo por las instalaciones. Contó que, en ese entonces, poco más de 300 empresas paraguayas participaron en las obras y que hoy, lastimosamente menos del 10 % de esas compañías siguen vigentes. “No solo participamos, sino que supimos capitalizar esa experiencia y convertirla en una empresa que se mantuvo en el tiempo y que fue evolucionando tecnológicamente”, reveló.
Tras el trabajo hecho para Itaipú, la compañía también tuvo una participación clave en Yacyretá, pero como la competencia ya era internacional tuvieron que participar de una licitación y pugnar por un espacio contra empresas austriacas, alemanas y hasta japonesas. “Ahí fuimos creciendo tecnológicamente, haciendo piezas de gran envergadura, metalmecánicas, pero cada vez con mayor precisión y nivel de complejidad. Esa experiencia local, sumada al trabajo con gigantes internacionales como Toshiba, Voith, Andritz, Siemens, General Electric y otras, nos permitió salir al mundo”, mencionó con orgullo.
Una tornería gigante. CIE ha fabricado piezas de hasta 200 toneladas con una precisión de una décima de milímetro. “Para dimensionarlo, un automóvil pesa alrededor de una tonelada y media, por lo que estamos hablando de piezas que representan el peso de 100 o 150 autos, pero con una tolerancia más fina que un papel. Y eso requiere de muchísima tecnología, inversión en maquinaria y, sobre todo, gente capacitada”, refirió el presidente
Agregó que “hablando mal y pronto, es una tornería gigante”. En la planta industrial tenemos una prensa con capacidad de 2.000 toneladas que se utiliza para deformar chapas. Solo así se puede trabajar con espesores impresionantes. “No es solo cortar, plegar y soldar. Después viene el mecanizado, que es lo que da precisión. Y todo eso lo hacemos con control numérico, es decir, computarizado”, contó.
El nivel de exigencia es tal que deben fabricar piezas que se ensamblan en condiciones climáticas y geográficas completamente distintas. “Hacemos una pieza en Luque, con 80 % de humedad y 30 grados, que luego debe encajar con otra hecha en Japón a 18 grados y con 30 % de humedad, y ambas deben coincidir a la perfección en el sitio de obras ubicado en una montaña de Canadá a 2.800 metros sobre el nivel del mar y con -15 grados. Esa pieza tiene que coincidir. Así de rigurosa es la industria donde trabajamos”, enfatizó Eduardo.
Diversificación estratégica. La compañía se reinventó cuando el mercado de las grandes hidroeléctricas empezó a decaer. “Hoy se habla mucho de pequeñas centrales hidroeléctricas. Tenemos la tecnología y la capacidad para hacerlas en Paraguay, sin necesidad de importar. Eso significa ahorro en fletes, más empleo local y más competitividad”, explicó.
Desde 1988, la empresa también incursiona en la hidrovía Paraguay-Paraná, la tercera más importante del mundo en volumen. “Vimos que las barcazas venían usadas desde Estados Unidos y decidimos fabricarlas nosotros mismos, adaptando el diseño a las condiciones de nuestro río. Así, aunque nuestra planta no esté sobre el agua, fabricamos módulos que luego se ensamblan y botan al río desde un astillero que pertenece a nuestro grupo empresarial”, explicó.
Remolcadores, barcazas para granos o combustibles, contenedores, incluso minerales de hierro provenientes del Brasil; CIE produce todo eso. Pero también participa en la transmisión de energía. “Somos la única empresa paraguaya que ha montado hasta ahora líneas de 500 kV. Hacemos líneas de transmisión, subestaciones, y estructuras metálicas tanto para industrias como para edificaciones. Lo que uno ve en una fábrica -los soportes de tanques, ciclones, cañerías- también los hacemos nosotros”, precisó.
El poder de formar talento local. Otro aspecto llamativo es la capacidad de empleo que tiene CIE. Hoy día la firma emplea a unas 600 personas, incluyendo un staff técnico de alrededor de 100 ingenieros. Pero lo más destacado es su política de formación. Ellos cuentan con una escuela propia de soldadura y montaje para que la gente que entra a trabajar a la fábrica sin saber nada, vaya creciendo ocupando cargos de supervisión, leyendo planos, liderando equipos. “Capacitamos para nosotros y también, en cierto modo, para el mercado. Ese es el costo del liderazgo”, expresó entre risas.
El promedio de antigüedad de los técnicos supera los 17 años, dijo. Además, la empresa tiene programas de becas para hijos de funcionarios y planes sociales. “Algunos no terminaron el colegio, y nosotros les ayudamos a hacerlo. Ya tenemos la primera camada de egresados universitarios gracias a estas becas”, precisó Eduardo.
Montaje, logística y precisión quirúrgica. Otra de las fortalezas de CIE es la logística y el montaje industrial. Al respecto, el presidente explicó que han montado el 100 % una planta cementera en Paraguay, aunque los equipos hayan llegado de China. “Nosotros recibimos, transportamos, montamos y hacemos funcionar esos equipos. Desde el montaje mecánico, eléctrico y electrónico hasta la puesta en marcha”, indicó.
También dijo que brindan servicios más pequeños: “Un rodillo roto en una fábrica no puede esperar al igual que una hélice dañada de un barco. Para estos casos tenemos una unidad de mantenimiento que opera 24/7. Y así como hay proyectos de USD 15 o de USD 20 millones, también hay otros de menor inversión. Nos adaptamos a todo. “Somos prestadores de soluciones”, recalcó.
Como anécdota recordó que en su recorrido internacional, incluso llegaron a exportar piezas por vía aérea. “Enviamos una pieza a Suecia en un Antonov ruso. Tuvimos que evaluar la pista de aterrizaje del Silvio Pettirossi para asegurarnos de que soportara el peso. Así de lejos llega nuestra creatividad logística”, relató Eduardo.
Calidad certificada y mirada al futuro. Como toda empresa que lidera su sector, en CIE la calidad no es negociable. “Fuimos la primera firma en Paraguay en certificar la norma ISO 9000. Eso nos viene de Itaipú y se volvió parte de nuestro ADN. Somos muy rigurosos con la calidad”, destacó Eduardo Borgognon.
Ese mismo rigor se refleja en los proyectos actuales. En el marco de un contrato con Yacyretá, CIE está entregando componentes fundamentales para la intervención de seis de las veinte turbinas de la represa. “Estamos proveyendo el sistema de regulación de potencia, que permite controlar la entrada del agua a la turbina. Son piezas que, en conjunto, pesan 450 toneladas. Todo se ensambla aquí en Luque, se testea con tecnología de láser óptico y luego se desmonta para su traslado al sitio de obras”, explicó.
Para lograr esta escala operativa, la planta cuenta con capacidad para funcionar 24 horas, aunque actualmente lo hace en dos turnos: diurno y nocturno. Disponen de procesos de soldadura automáticos, semiautomáticos y manuales, además de tecnologías avanzadas como la soldadura por arco sumergido, que agiliza enormemente la productividad.
En el pabellón C se fabrican módulos estructurales -de fondo, costado, proa y popa- que son transportados en camión hasta el astillero Chaco, en Villa Hayes, donde se ensamblan las barcazas. “Hoy estamos produciendo dos modelos de barcazas, tipo Jumbo y Mississippi. Toda la mano de obra es 100 % paraguaya y proviene de distintas regiones del país”, remarcó Eduardo y dijo también que la planta opera con grúas que, combinadas, tienen capacidad para mover hasta 100 toneladas dentro del complejo.
La fábrica se organiza en sectores especializados, por un lado, están los de montaje y soldadura, mecanizado, corte y deformación plástica, pintura y granallado. En el área de mecanizado se encuentran tornos y fresadoras de gran porte, con las que se procesan componentes de turbinas. “Contamos con un área interna que realiza el mantenimiento preventivo y correctivo de todo el equipamiento”, precisó.
La formación técnica es un pilar esencial. Cada operario pasa por la escuela de soldadura del CIE, donde se capacita desde cero. Tras una certificación interna, se integra al proceso productivo. Si el proyecto lo requiere, se gestionan certificaciones específicas. “Se trata de un programa anual de formación individualizado, que se actualiza cada año según las necesidades de cada sector”, explicó el presidente.
En pintura, CIE opera con cabinas climatizadas, lo que permite garantizar la calidad del acabado sin depender de las condiciones climáticas. “La aplicación de pinturas técnicas requiere controlar factores como temperatura, humedad y punto de rocío. Nuestros pintores están altamente calificados y aplican pinturas específicas, según lo exige cada cliente, sobre todo en el rubro naval”, explicó.
También se realizan tratamientos térmicos como el alivio de tensiones, un paso fundamental para componentes hidroeléctricos. “Este tratamiento mejora el rendimiento del mecanizado y evita deformaciones posteriores”, agregó.
Más allá de la planta en sí, el CIE se organiza por unidades de negocio: servicios (alquiler de grúas y transporte especializado), líneas y subestaciones eléctricas, y obras civiles e industriales. “Todas estas unidades operan desde este mismo complejo industrial”, detalló Eduardo.
En cuanto al procesamiento de materia prima, la planta cuenta con equipos de corte por plasma y oxicorte para el tratamiento de chapas. “El aprovechamiento del material lo diseña el área de ingeniería, maximizando cada chapa y optimizando los costos”, explicó. Aquello que no puede reutilizarse se clasifica como chatarra y se comercializa con empresas habilitadas ambientalmente.
La división de industrias e infraestructura dispone de maquinaria de alta capacidad para trabajar perfiles de alma llena -comunes en obras civiles- y procesar chapas de hasta 85 milímetros de espesor, indispensables en proyectos hidroeléctricos.
Cada etapa está sometida a estrictos controles de calidad, llevados adelante por técnicos calificados bajo la norma estadounidense SNTTC-1A. “Nuestro equipo de calidad supervisa desde el corte inicial hasta la soldadura final, asegurando que cada pieza cumpla con los más altos estándares internacionales”, afirmó.
El recorrido por la planta concluye con una visión clara: grúas monumentales, maquinaria de última generación, y una estructura capaz de abastecer las industrias más exigentes. “Estamos preparados para responder tanto al mercado nacional como a proyectos internacionales de gran envergadura. Esa fue la visión que dio origen al CIE y que hoy lo convierte en un verdadero motor de la industria paraguaya”, puntualizó con convicción.
El futuro se construye hoy. Como un dato no menor, Eduardo también mencionó que CIE ya está trabajando con empresas interesadas en proyectos de biocombustibles, hidrógeno verde y celulosa. “Paraguay está recibiendo inversiones de cientos de millones de dólares, algo inédito para nosotros. Y esas inversiones necesitan un aliado local. No como socio, pero sí como facilitador, alguien que ayude a aterrizar esos proyectos de forma eficiente. Ahí entramos nosotros”, reflexionó.
Con una cultura organizacional que apuesta al talento local, una infraestructura de clase mundial y un liderazgo técnico de excelencia, CIE no solo mira al futuro, sino que lo está construyendo. Y es que Paraguay se está convirtiendo en receptor de inversiones, y ellos están en condiciones para acompañar esos desafíos. “La historia nos trajo hasta aquí. Ahora, vamos a mostrarle al país y al mundo lo que podemos hacer”, aseguró con la tranquilidad de la empresa que, con hechos, desde hace décadas marca una huella de progreso imborrable.
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Bolsa movió unos USD 3.500 millones
De enero a junio de 2025, el volumen operado en la Bolsa de Valores de Asunción (BVA) fue de G. 27,2 billones, unos USD 3.434 millones. Este crecimiento bursátil respondió al crecimiento económico y a la necesidad de recursos que tienen las empresas. Los sectores con mayor participación durante este semestre fueron el financiero, industrial e inmobiliario. En mayo se registró el mayor volumen de operaciones por USD 626 millones y en junio se observó una leve caída de 1 % respecto al 2024. En marzo se registró el crecimiento interanual más pronunciado de 46,5 %.
Respecto al mercado primario, es decir, las nuevas emisiones, se registraron operaciones por G. 3,6 billones, un importante crecimiento de 93 % en comparación al mismo periodo de 2024. En cuanto al mercado secundario, los títulos ya emitidos, las operaciones fueron por USD 23,2 billones con un incremento de 17 %. La composición de los sectores en el mercado primario la lideran: el público con el 59 %, el comercial con el 18 %, los servicios con el 12 % y en el 7 % se ubican el industrial, agropecuario, inmobiliario y construcciones. En el secundario se ubica el financiero con el 73 %, servicios con el 10 %, público, agropecuario e industrial con el 10 % y finalmente el inmobiliario con el 7 %.
Las tasas de interés en promedio en abril fue de 14,37 %, superiores al 13,68 % de abril de 2024, y ligeramente mayores al 14,26 % de marzo de 2025. El fondeo bancario estuvo compuesto de la siguiente manera: 82 % depósitos, 9 % préstamos internacionales, 5 % bonos financieros y subordinados, y 4 % préstamos locales. El economista y experto en el mercado de valores César Paredes explicó que las tasas internacionales se mantienen elevadas motivan el incremento de emisiones de títulos locales, por lo que se prevé una continuidad en las emisiones de bonos, especialmente en construcción y servicios.