Paraguay es el país entre 11 comparados que acumuló un crecimiento económico intermedio de América Latina del 2000 al 2021, con una variación acumulada del 3,6%, en la posición 6, al mirar del menor al mayor o viceversa, según una gráfica realizada por Julio Alfonso Santaella Castell, expresidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de México.
El portal Diario de México se hizo eco de la publicación del exfuncionario, destacando que México es el país entre 11 comparados que acumuló el peor crecimiento económico de América Latina, en el periodo mencionado. De esta manera, la lista queda así, de menor a mayor, México 1.9%, Argentina 2% y Brasil 2.3%, seguido de Uruguay 3%, Ecuador 3.4% y Paraguay 3.6%. De esta manera, Chile 3.7%, Colombia 3.8%, Costa Rica 4%, Bolivia 4.2% y Perú 4.9%, finalizan.
Vía Twitter, el economista por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), mostró que sus cifras se midieron por el Producto Interno Bruto (PIB) a precios constantes y que para facilitar el análisis, este se efectuó en series son 100 en 2000. “Concretamente, mientras México creció 38% del 2000 al 2021, Perú lo hizo 148% y Costa Rica 119%. México está detrás de Argentina que solo creció 44% en este periodo de poco más de dos décadas”, subrayó el experto.
A nivel local, en los últimos 4 años
Por otro lado, al mirar el panorama local, el crecimiento económico de los últimos 4 años se desaceleró notoriamente, promediando una tasa del 1,5% anual, muy por debajo al promedio de expansión observado en la década anterior de alrededor del 4%. Dicha ralentización incorpora dos escenarios de contracción económica en el 2019 y el 2020 como consecuencia de factores climáticos y de la irrupción de la pandemia.
Así señaló la economista Patricia Goto, de la consultora CPA Ferrere, tras un análisis económico de los 4 años del Gobierno de turno. Sostuvo a La Nación que si bien son factores exógenos, no cabe dudas de que la menor actividad económica representa una señal de alerta para la política económica, sobre todo mirando las perspectivas para el 2022, que apuntan nuevamente a un año recesivo.
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