El asesor agroclimático de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), Eduardo Sierra, informó que, según las observaciones climatológicas, los resultados son positivos y más bien alejan las posibilidades de un tercer episodio del fenómeno La Niña, el cual podría afectar a la producción sudamericana.
Explicó que para la zafra 2022/23, los pronósticos indican que existe un menor riesgo de ocurrencia en la región ante los rumores de una nueva ola caracterizada por la sequía. “A partir de los comienzos de julio, por primera vez en mucho tiempo los valores de velocidad de los vientos alisios que son aquellos que soplan entre los trópicos disminuyeron su intensidad”, mencionó.
“Este cambio implica un alejamiento del riesgo de un tercer episodio consecutivo y conduce al sistema climático a un estado más cercano al promedio”, dijo. Además, señaló que existen buenos síntomas con respecto a la humedad para el este de la región.
Leve presencia
También sostuvo que en contrapartida los informes de los pronosticadores de Australia y Estados Unidos indican que existe la posibilidad de una leve presencia de La Niña a partir de noviembre del 2022 hasta enero del 2023. “Los informes estadounidenses dicen que para noviembre volvería el fenómeno y como pronóstico individual da miedo, y otras estadísticas indican que para los últimos meses del año se presentan rangos negativos”, agregó.
El especialista concluyó que los indicadores marcan tendencias positivas y optimistas. No obstante, los pronósticos internacionales registran observaciones negativas y tienen opiniones que van hacia una tercera ola, los cuales son dudosos, pero que no deben ser ignorados.
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Afganistán: choque de bus con camión cisterna deja 76 muertos
El saldo de muertos del accidente entre un bus que trasladaba migrantes afganos procedentes de Irán y otros dos vehículos en el oeste de Afganistán subió a 76, informó el miércoles una autoridad provincial. En total “76 ciudadanos del país (...) perdieron la vida en el incidente, y otros tres están gravemente heridos”, dijo en un comunicado Yousuf Saeedi, portavoz del gobierno de la provincia de Herat.
La policía del distrito de Guzara, cerca de la ciudad de Herat donde ocurrió el accidente la noche del martes, indicó que el bus colisionó con una motocicleta y un camión cisterna que transportaba combustible, lo que causó un incendio. El autobús llevaba afganos que se devolvían a Kabul desde Irán, dijo Saeedi a la AFP.
Al menos 1,5 millones de personas han regresado a Afganistán en lo que va de este año desde Irán y Pakistán, que han expulsado a los migrantes después de albergarlos durante décadas, según la agencia de la ONU para las migraciones. El servicio noticioso estatal Bakhtar señaló que el accidente del martes es uno de los más mortales de los últimos años en el país.
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Sequía e inundaciones repentinas
Junto a pequeños bultos con sus pertenencias, Maruf espera un vehículo que lo llevará a él y a su familia lejos de su pueblo, en el norte de Afganistán, donde la tierra, azotada por la sequía, lleva años sin producir nada. La mayoría de las viviendas de tierra cruda de su pueblo están vacías. Los residentes huyeron de “la sed, el hambre y una vida sin futuro”, dice a AFP este padre de familia, de 50 años.
“Nuestros campos se rindieron. En estas condiciones, la gente se ve obligada a irse”, dice. “¿Cómo puedes permanecer en semejante vacío cuando tienes hijos que mantener?”, pregunta. Décadas de guerra obligaron a millones de afganos a abandonar su territorio, pero desde que los talibanes recuperaron el poder en 2021, la principal causa del desplazamiento ya no es política ni de seguridad.
En Afganistán, uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático, casi cinco millones de personas se vieron afectadas y 400.000 tuvieron que abandonar sus hogares debido a fenómenos meteorológicos a principios de 2025, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La mayoría de los 48 millones de afganos, que ya enfrentan una de las peores crisis humanitarias del mundo, viven en casas de tierra cruda y dependen de la agricultura, afectada también por el aumento de las temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos. De los últimos cinco años, cuatro estuvieron marcados por un aumento de la sequía, mientras que algunas regiones han sufrido devastadoras inundaciones repentinas que arrasaron con viviendas, cultivos y ganado.
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“Al borde del precipicio”
“Las cosechas infructuosas, la sequía de los pastos y la desaparición de las fuentes de agua están llevando a las comunidades rurales al borde del precipicio”, advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Cada vez es más difícil para las familias producir alimentos, obtener ingresos y permanecer en sus hogares”.
El norte del país es el más afectado. En la provincia de Yauzyán, Abdul Jalil Rassuli vio cómo cambió Bakawal, su aldea. Donde antes los melones crecían como por arte de magia, ahora hay que comprarlos en la ciudad porque la tierra ya no da más. “Todo se reduce al agua”, reflexiona Rassuli, de 64 años, a la sombra de uno de los pocos árboles que quedan. “La escasez de agua lo destruye todo: la agricultura está devastada, los árboles están muriendo y ya no plantamos”.
Los residentes huyeron a los países vecinos Irán y Pakistán hace una década con la esperanza de un futuro mejor. Pero muchos tuvieron que regresar: más de 4 millones de afganos fueron expulsados desde finales de 2023, según la Organización Internacional para las Migraciones, cuando Pakistán inició repatriaciones masivas.
A su regreso, ya no trabajaron la tierra, sino que realizan trabajos esporádicos. Abdul Jalil Rassuli espera que el canal Qosh Tepa, en construcción desde hace años, permita irrigar los campos con el río Amu Daria. Sin embargo, podría tardar más de un año en terminarse, según funcionarios del gobierno talibán.
“Nunca habíamos visto algo así”
Cuando Abdul Latif Mansur, ministro de Energía y Agua, enumeró los proyectos de represas y canales, tuvo que reconocer en julio que “las medidas adoptadas no son suficientes”. “Hay muchos episodios de sequía. Debemos recurrir a Dios”, suplicó, mientras las autoridades talibanas rezaban regularmente para que vuelva la lluvia. Pero la lluvia no siempre es buena noticia.
En caso de inundaciones repentinas, la tierra reseca no puede retener el agua. Según la ONU, este año las lluvias se adelantaron en el país, con temperaturas más altas de lo habitual, lo que aumentó el riesgo de inundaciones. En junio, el agua arrasó con todo a su paso en la provincia central de Maidan Wardak. “Tengo 54 años y nunca habíamos visto algo así”, dijo Mohammed Qassim, de pie sobre el lecho agrietado y lleno de piedras de lo que antes era un río.
Wahidullah, de 18 años, vio cómo su ganado se ahogó y su casa quedó dañada e inhabitable. Ahora su familia, compuesta por 11 personas, duerme en una carpa en un terreno ligeramente elevado con algunas pertenencias rescatadas de las aguas. Wahidullah no puede evitar contemplar el peor escenario posible: “Si hay otra inundación, no nos quedará nada ni adónde ir”.
Fuente: AFP.
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Vaticinan neutralidad climática, pero con riesgos puntuales
Paraguay transitará por un escenario de neutralidad climática, pero no exento de riesgos puntuales para la ganadería y la agricultura, según estiman desde la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco). Sobre lo que resta del invierno, se estiman precipitaciones modestas, pero bien distribuidas. El asesor climático de la Capeco, Eduardo Sierra, proyectó que entre agosto de este año y marzo de 2026, Paraguay experimentará una neutralidad climática, considerada la menos perturbadora para el negocio agropecuario.
Sierra recordó que a principios de 2025 se esperaba la consolidación del fenómeno El Niño, pero que con el correr de los últimos meses se observó un enfriamiento progresivo del Océano Pacífico, lo que llevó a una neutralidad casi perfecta.
“Desde febrero, ya en marzo y abril estamos casi en el cero, julio transcurrió en el cero perfecto de anomalía, el neutral perfecto, y en agosto esperamos que vayamos a un neutral en promedio, un neutral frío, tal vez vez para enero en un neutral levemente cálido”, sostuvo.
BALANCE
En otro momento hizo un balance sobre el invierno, señalando que aunque esta estación no se adelantó, presentó heladas en prácticamente todo el territorio nacional, con zonas puntuales en las que se registraron temperaturas por debajo de 0 °C. Sin embargo, mencionó que para lo que queda del mes se esperan lluvias modestas y bien distribuidas, además de aumentos graduales de temperatura con promedio entre 25 °C y 30 °C.
No obstante, Sierra habló de la posibilidad de que lleguen heladas tardías en la región Oriental durante setiembre, debido a una persistencia de vientos polares. “Lo peor del invierno ya pasó, ya no esperamos tantos violetas ni azules (temperaturas heladas en el mapa), pero la región todavía estaría sometida a alguna entrada de heladas, posiblemente a mediados de setiembre, un poquito tardía para Paraguay porque sigue la acción de los vientos polares”, afirmó.
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Vaticinan neutralidad climática, pero con riesgos puntuales para la temporada 2025/26
Paraguay transitará por un escenario de neutralidad climática, pero no exento de riesgos puntuales para la ganadería y la agricultura, según estiman desde la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco). Sobre lo que resta del invierno, se estiman precipitaciones modestas, pero bien distribuidas.
El asesor climático de la Capeco, Eduardo Sierra, proyectó que entre agosto de este año y marzo de 2026, Paraguay experimentará una neutralidad climática, considerada la menos perturbadora para el negocio agropecuario.
Sierra recordó que a principios de 2025 se esperaba la consolidación del fenómeno El Niño, pero que con el correr de los últimos meses se observó un enfriamiento progresivo del Océano Pacífico, lo que llevó a una neutralidad casi perfecta.
“Desde febrero, ya en marzo y abril estamos casi en el cero, julo transcurrió en el cero perfecto de anomalía, el neutral perfecto, y en agosto esperamos que vayamos a un neutral en promedio, un neutral frío, tal vez vez para enero en un neutral levemente cálido”, sostuvo.
En otro momento hizo un balance sobre el invierno, señalando que aunque esta estación no se adelantó, presentó heladas en prácticamente todo el territorio nacional, con zonas puntuales en las que se registraron temperaturas por debajo de 0 °C.
Sin embargo, mencionó que para lo que queda del mes se esperan lluvias modestas y bien distribuidas, además de aumentos graduales de temperatura con promedio entre 25 °C y 30 °C. No obstante, Sierra habló de la posibilidad de que lleguen heladas tardías en la región Oriental durante setiembre, debido a una persistencia de vientos polares.
“Lo peor del invierno ya pasó, ya no esperamos tantos violetas ni azules (temperaturas heladas en el mapa), pero la región todavía estaría sometida a alguna entrada de heladas, posiblemente a mediados de setiembre, un poquito tardía para Paraguay porque sigue la acción de los vientos polares”, afirmó.
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Crisis de agua se agudiza en Inglaterra luego de casi medio siglo
La escasez de agua ha sido clasificada como “de importancia nacional” en Inglaterra, que ha experimentado los seis primeros meses más secos desde 1976, informó el martes la Agencia de Medioambiente (EA).
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Según la institución, cinco regiones de Inglaterra están afectadas por la sequía, enfrentándose a una disminución de las reservas de agua y una caída de los rendimientos agrícolas.
El Grupo Nacional sobre la Sequía, que reúne al gobierno, a representantes del sector agrícola y las compañías de agua, se reúne para debatir la situación, mientras algunas regiones del país se preparan para afrontar la cuarta ola de calor de este verano.
“La situación actual es crítica a escala nacional, y hacemos un llamamiento a todos para que desempeñen su papel y contribuyan a reducir la presión sobre nuestro medio ambiente acuático”, declaró Helen Wakeham, responsable de agua en la EA.
La vicepresidenta de la Unión Nacional de Agricultores, Rachel Hallos, expresó “una creciente preocupación por los próximos meses”, ya que los agricultores siguen enfrentándose a “condiciones de sequía extrema”.
En los últimos días, los niveles de los embalses en toda Inglaterra solo alcanzaban el 67,7 % de su capacidad, muy por debajo de la media para la primera semana de agosto, que es del 80,5%.
Según el servicio meteorológico Met Office, Inglaterra ha experimentado en 2025 la primavera más seca en más de cien años.
Los científicos advierten que el cambio climático provocado por los humanos hace que los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones, las olas de calor y las sequías, sean más intensos y frecuentes.
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Fuente: AFP