El presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), José Carlos Martin, mencionó que el proyecto de implementación del sistema de identificación y trazabilidad animal del Paraguay ya está en el Congreso esperando ser apoyado. Si bien se estima que tardará al menos unos 10 años por el ciclo evolutivo, la idea más próxima es contar con una ley marco de política pública.

“El proyecto de identificación fue uno alineado entre los sectores público y privado, con el objetivo común de que todos estemos de acuerdo con eso. Conforme se presentó a los legisladores, la propuesta fue bien recibida e hicimos algunas adecuaciones recomendadas”, expresó Martin.

La elaboración del proyecto llevó unos dos años con pruebas piloto en casi 45.000 cabezas a nivel país. Dicho plan será lanzado en dos días más en un evento en el marco de la Expo 2022.

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Hay que mencionar que la identificación creará la oportunidad de exigir un mejor precio para las reses de mejor calidad, además de ayudar a que la carne paraguaya trascienda de la categoría commodities a una diferenciada con características propias, pasando a formar parte del mercado gourmet de la carne, según los expertos del rubro.

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Al respecto, señaló que el proceso es algo muy disruptivo, desde el punto de vista de que cambiará la forma de operar el día a día en la ganadería porque lo que se busca es tener identificados de forma individual a los animales con un número único, es decir, tampoco existe una premura de acelerarlo, además de que el sistema operativo será muy amplio.

La identificación creará la oportunidad de exigir un mejor precio para las reses de mejor calidad. Foto: Christian Meza.

Identificación individual

“Con esto queremos identificar los 3 millones de terneros que nacen cada año y, según el proyecto, vamos a tener dentro de 10 años a todo el ganado identificado, y es el mismo tiempo que le tomó a Uruguay lograrlo, pero nosotros podemos aprender de esa experiencia de estos países que ya lo implementaron como Nueva Zelanda y Australia, esa es nuestra ventaja”, señaló.

En ese sentido, Martin anticipó igualmente la inversión inicial para la adquisición de los sistemas necesarios, que ya está aprobada. Solo el software costaría US$ 1 millón y, una vez definida la ley, se procederá a cotizar la identificación correspondiente o los microchips, que serán electrónicos, que se tendrán que usar, lo cual requerirá de otros US$ 1,5 a 1,8 por cabeza. Teniendo en cuenta el hato ganadero, se estaría hablando de unos US$ 4 millones a US$ 5 millones al año, cuyos recursos se estarían definiendo posteriormente.

Asimismo, se pretende que la Fundación Servicios de Salud Animal (Fundasa) se encargue de certificar la identificación y se debe lograr que la implementación sea sostenible en el tiempo, que también abarcaría a los pequeños productores o los que tienen menos de 100 cabezas, con unos 347.000 terneros, agregó el titular del Senacsa.

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