Las cifras registradas en los dos primeros meses de este año hacen que la industria sojera del país experimente el peor arranque de los últimos tres años.
Según el boletín mensual publicado en la fecha por la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), el volumen total de soja y otros granos, procesados entre enero y febrero del 2021, presenta una disminución de 80% en comparación con el promedio registrado en el mismo periodo de los últimos tres años.
El informe de la Cappro señala que en los primeros 59 días de este año se procesaron 85.732 toneladas de oleaginosas, volumen inferior al promedio de molienda registrado desde el 2018 hasta el 2020 durante enero y febrero, que se sitúa en 429.816 toneladas.
El gremio explica que esta situación obedece a los problemas generados por efectos climáticos adversos durante la campaña actual, que obligaron a retrasar la época de siembra para una importante área productiva del país, retrasando a su vez el periodo de cosecha.
De acuerdo con las estimaciones de la Cappro, la retracción actual será difícil de recuperar en lo que resta de este año, ya que para revertir las más de 236.000 toneladas de reducción registrada hasta el momento, con relación al 2020, se necesitará de una utilización muy cercana al 100% de la capacidad de producción de la industria.
La soja es considerada el principal producto de exportación de Paraguay. En el 2020, el complejo sojero, compuesto por soja, maíz y trigo, y sus derivados industriales (harina de maíz, de trigo, pellets de soja y aceites), generó un ingreso de US$ 3.971 millones al país, según la Capeco.
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Sojeros, malos de la película o grandes aportantes de la economía
La Unión de Gremios de la Producción (UGP), celebra 20 años de compromiso con el desarrollo rural y la producción nacional, enfrentando mitos y realidades que fueron “matando al relato”.
La UGP celebró este 26 de abril 2 décadas como un gremio de segundo piso que nuclea a cámaras, asociaciones y federaciones representativas de distintos actores de la cadena agropecuaria, forestal y agroindustrial. El inicio de este grupo se había originado en un contexto marcado por la necesidad de la representación unificada del sector allá por el 2005.
El objetivo, el de promover la organización, el diálogo intersectorial, la defensa de los intereses del sector y el impulso al crecimiento de la actividad rural, y fue así que la UGP logró consolidarse como un referente nacional e internacional en la articulación gremial.
Pero este camino no ha sido sencillo, pues durante el proceso, especialmente el sector de la soja, enfrentó diversos ataques en la primera década del 2000, con campañas muy bien “financiadas” de desprestigio hacia el que trabajaba en el campo, según señaló a este espacio el presidente del gremio, Héctor Cristaldo.
“Los mitos eran varios del famoso la soja mata pasando por la soja no paga impuesto, basados en un sencillo slogan, y como los productores lo que sabemos hacer es trabajar sin hacer mucho barullo, nuestro déficit siempre fue lo comunicacional”, expresó a FOCO.
Y aunque estaban haciendo bien las cosas, dijo, eran los malos de la película, que poco a poco con el trabajo en equipo y apoyados en la realidad, empezaron a mostrar el peso del campo en la agroindustria, en la economía y en la calidad de vida de la gente.
Solo en el 2024 la producción de soja superó los 11 millones de toneladas, marcando un récord histórico, y fue además el mejor año de exportación con 7,9 millones de toneladas de soja en grano exportada. Hay que mencionar que Paraguay comenzó la siembra de soja en 1970 con 75.000 toneladas producidas, que para la zafra 2016-2017 ya obtuvo una cosecha récord de 10.336.144 toneladas.
“Es todavía un largo camino recorrido, pero de a poco, la realidad mata relato”, remarcó Cristaldo. Al tiempo de agregar que desde que se fundó el gremio, vienen defendiendo el trabajo de productores, industrias y empresas vinculadas al agro, priorizando el bienestar de las personas, la dignificación del trabajo rural y el desarrollo sostenible de los agronegocios.
Desde el gremio también compartieron que durante estas dos décadas, el sector productivo ha enfrentado desafíos relacionados con la seguridad, la invasión de tierras, cambios regulatorios, debilidades institucionales y la necesidad de adaptarse a nuevas tecnologías. Frente a ese escenario, la UGP lideró acciones para fomentar la innovación, la competitividad, la capacitación y la promoción de las buenas prácticas agrícolas.
Fue así que bajo el lema; “El campo produce, Paraguay crece”, se instaló un mensaje claro, de que sin los productores y sin el desarrollo de las actividades agrícolas, ganaderas y forestales, el Paraguay no podría sostener su crecimiento ni su capacidad de superar los desafíos internos y externos.
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Diversificación económica es la clave de Paraguay para evitar caídas, señalan
Durante el 2022 la agricultura paraguaya experimentó una contracción importante que afectó a cultivos de granos, especialmente a la soja. Esto tuvo un impacto grande en las industrias procesadoras causando escasez de materia prima. Sin embargo, Paraguay fue resiliente a esta situación y evitó una caída de su producto interno bruto (PIB), recordó a La Nación/Nación Media el economista Jorge Garicoche.
Al respecto, explicó que esto tiene que ver con que nuestra economía ya viene sorteando dificultades externas e internas porque inició con una leve diversificación de sectores, para no depender de rubros como la soja, que al depender del clima, puede desequilibrar perspectivas y proyecciones financieras.
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“Desde hace una década, Paraguay viene diversificando levemente su economía. Esto generó una mayor resiliencia, algo muy destacado para recibir el grado de inversión. Creo que el ejemplo más claro se dio en 2022, cuando la caída del sector primario fue muy importante, en especial en los rubros tradicionales. Sin embargo, el PIB del país no cayó, lo que demuestra que otros sectores vienen reemplazando ese comportamiento y participan cada vez con más fuerza en la exportación”, precisó.
Reiteró que si bien la agricultura sigue siendo un actor relevante en el país, hoy no lo es todo. Sostuvo que el sector secundario, especialmente la industria manufacturera, está ganando mucho espacio y la maquila está desempacando un rol importante. Incluso la construcción, que está creciendo y recuperándose rápidamente.
“Por otro lado, el movimiento comercial también está favoreciendo a esta diversificación. La menor diferencia entre el tipo de cambio oficial y el fijado por el gobierno argentino, pudo menguar el contrabando, lo cuál también promovió el comercio formal”, destacó.
Finalmente, aseguró que aunque se ha logrado avanzar, queda mucho por hacer, porque el crecimiento es importante y demuestra que estamos por buen camino. Garicoche expresó que tenemos desafíos por delante y no estamos en condiciones para “confiarnos”.
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PIB
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el PIB de Paraguay crecerá un 3,8 % en 2025, mismo ritmo que en 2024. Será el segundo país en liderar el crecimiento regional. Por su parte, el Banco Mundial proyecta un crecimiento mas reservado del 3,6 % para nuestro país este año, mientras que el Banco Central del Paraguay (BCP) estima que el PIB crecerá en torno al 4 %.
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Paraguay podría ser un ganador indirecto en el conflicto comercial entre China y Estados Unidos
La situación arancelaria entre China y Estados Unidos, de mantenerse hasta el cuarto trimestre de este año, podría beneficiar a los commodities de Sudamérica, cuyos precios serían más competitivos que los del país del norte. En ese marco, visualizan a Paraguay como “ganador indirecto” ya que su producción de soja se exporta para trituración y se espera que ingresen mayores divisas una vez que se mejore la navegabilidad de los ríos.
La economista Adriana Guillén explicó a la 1000 AM que los commodities de Brasil y Argentina, y de forma indirecta los de Paraguay, pueden resultar beneficiados si el intercambio de aranceles entre Estados y China llega hasta el cuarto trimestre de 2025, porque en ese periodo el país norteamericano comienza su época de cosecha de soja y maíz.
“Si las restricciones comerciales se mantienen hasta el cuarto trimestre de este año, época en que EE. UU. cosecha soja y maíz, Sudamérica tendría una ventaja mucho más grande para poder ofrecer sus productos como alternativa”, explicó la economista, haciendo alusión a que el mercado chino optaría por precios más competitivos.
Guillén explicó que en este contexto, los principales beneficiados serán Brasil, por sus proyecciones de cosecha récord en soja, y Argentina por su producción de maíz, y que Paraguay ganaría de forma indirecta por su oferta de granos para triturar.
“Si vamos a hablar de Argentina, Brasil y Paraguay; Brasil es el primer beneficiado, segundo Argentina y Paraguay un ganador indirecto porque lo que hace es exportar para triturar, entonces Paraguay está en espera. Actualmente está teniendo problemas para la salida a nivel fluvial, ahora podría salir y generar mayores ingresos de divisas al país”, sostuvo.
Igualmente, mencionó que estas ventajas eventuales no se limitarían solo a la soja sino también a productos como la carne y el maíz, ejemplificando que tras los aranceles de Estados Unidos, amplió sus pedidos de granos a Brasil y reanudó su importación de aves de Argentina.
Guillén explicó también que el sorgo es un producto que tiene a China como su mayor comprador y que también se vería afectado por la situación arancelaria con Estados Unidos, abriendo oportunidades para otros países.
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Disgregación física de productos planteada por la Unión Europea preocupa a productores locales
Productores de oleaginosas manifestaron su preocupación con respecto a la resolución de la Unión Europea sobre la trazabilidad total de productos agrícolas, que exige además una segregación física de los productos, que implicaría que las cargas de distintos productores no puedan mezclarse durante la recolección o el almacenamiento. Recuerdan que la producción de granos en el país se realiza de forma colectiva.
El director ejecutivo de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), Hugo Pastore, explicó a la 1330 AM, que observan con preocupación la disposición de la Unión Europea referente a la trazabilidad, que comenzará a regir próximamente. Afirman que los distintos sectores trabajaron en una plataforma tecnológica para cumplir con las exigencias del bloque, pero la disgregación de productos descoloca a los productores.
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Detalló que una delegación paraguaya compuesta por Capeco, la Unión de Gremios de la Producción (UGP), la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), viajó a Bruselas, Bélgica, para presentar los avances de la plataforma. Pastore señaló que obtuvieron buena recepción aunque sin garantías de que los planteamientos de Paraguay sean incorporados.
Pastore recordó que la producción de soja en Paraguay es un esfuerzo colectivo, principalmente para los pequeños productores, por lo que consideran tal aspecto de la normativa como un obstáculo estructural para la producción nacional. Además, hizo hincapié en que en los últimos 20 años la producción colaboró en la reducción de la pobreza, que pasó de un 50 % a poco más del 20 %, a través de la integración de productores a la cadena de valor.
“La producción y comercialización de granos no funciona de esa manera. En el mundo, las instalaciones, los silos de acopio, los puertos, las industrias, están diseñados como para que precisamente la producción de uno y otro productor se mezclen”, sostuvo.
El representante de Capeco explicó que Brasil y Argentina tienen condiciones similares, por lo que no descartó la posibilidad de un pronunciamiento conjunto sobre esta medida de la Unión Europea.