El emprendimiento tiene el propósito de aportar soluciones a través de alternativas de “mejores empaques”, a las problemáticas medioambientales del plástico común de un solo uso y de la basura orgánica en vertederos. Foto: Gentileza.
Primera fábrica de bioplástico inició sus operaciones
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Madre, una industria social de impacto medioambiental inició sus operaciones para la producción de bolsas compostables, como alternativa sustentable al problema de las bolsas de plástico.
La fundadora de la firma, María Nasta, explicó que el emprendimiento tiene el propósito de aportar soluciones a través de alternativas de “mejores empaques”, a las problemáticas medioambientales del plástico común de un solo uso y de la basura orgánica en vertederos.
“Este lunes realizamos un lanzamiento simbólico de los trabajos, sin embargo, desde hace días estamos con las pruebas de las máquinas para la producción de las bolsas”, explicó.
Agregó que unas 10 personas son las que actualmente ponen en funcionamiento todo lo que significa la producción y administración de la empresa.
Dijo además que las bolsas biodegradables y compostables son para comercios y para el hogar, de distintos tipos, entre ellas bolsas de basura para desechos orgánicos, tipo camisillas, tipo sobre y bolsa riñón.
María Nasta, fundadora de la firma "Madre". Foto: Gentileza.
“Las bolsas tienen la tecnología de biodegradarse a través del proceso de compostaje, en un periodo entre 90 a 180 días, reintegrándose a la tierra y nutriéndola. El bioplástico es a base de almidón y de aceites vegetales. Mientras que las bolsas de plástico común permanecen en el medioambiente contaminándolo por siglos”, afirmó.
Movimiento cultural de cambio
Para su lanzamiento, la firma presentó el movimiento de concientización y compromiso medioambiental: “Hecho Bolsa” y propuso para el próximo año convertir “Hechos” (desafíos medioambientales) en “Bolsas” (soluciones).
La empresa invitó a participar de este movimiento a todos los sectores, reconociendo la importancia del trabajo sinérgico y colaborativo hacia el cumplimiento de objetivos medioambientales y sociales en común, como son alcanzar un país y un mundo menos poluidos por el bienestar de todos.
La firma presentó el movimiento de concientización y compromiso medioambiental "Hecho Bolsa".
“Invitamos al público en general a sumarse reconociendo que su decisión de bolsa –como primer paso hacia el cambio- importa”, expresó la fundadora de la firma.
Cinco jóvenes de la parcialidad Ava Guaraní de Alto Paraná fueron beneficiados por el programa de inserción laboral para jóvenes desarrollado por la Itaipú Binacional. Foto: Gentileza.
Alto Paraná: jóvenes indígenas desarrollan su primera experiencia laboral
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Cinco jóvenes de la parcialidad Ava Guaraní de Alto Paraná fueron beneficiados por el programa de inserción laboral para jóvenes desarrollado por la Itaipú Binacional. Los mismos fueron designados para desempeñar funciones en el Vivero Forestal del Centro Ambiental, donde demuestran proactividad, compromiso y ganas de aprender, según declaraciones.
Mariela Duarte Benítez (23), Miguelina Vargas Vera (19), Pedro Pablo Benítez Ramírez (19), Leonardo Alfonso Martínez (29) y Roger Ramírez Rojas (19) son los aprendices que se adaptan satisfactoriamente a los trabajos de producción de plantines forestales y frutales nativos y exóticos, que desarrolla como principal actividad el vivero forestal de la binacional.
Estas cinco personas oriundas del distrito de Itakyry, están conociendo las diferentes técnicas de producción y cuidado de plantines de diferentes especies, con la idea de replicarlas en sus comunidades.
Jonathan Florentín, ingeniero agrónomo y encargado del vivero habló del buen desempeño que realizan los aprendices a su cargo, destacó que se están adaptando a los trabajos que realiza el vivero como la producción de semillas, huerto de plantas medicinales, producción de macetas, producción de plantas ornamentales y producción de tubetes ecológicos.
Jóvenes indígenas fueron ingresados al Programa de Inserción laboral de Itaipú. Foto: Gentileza.
Cada uno tiene tareas específicas que son guiadas y verificadas. El encargado del vivero los describió como “muy proactivos, con ganas de aprender y superarse constantemente”. Estos jóvenes fueron destinados en este sector para adquirir experiencia laboral, atendiendo a que en su mayoría estudian o estudiarán carreras relacionadas a la agronomía.
“La idea al ubicarlos en este sector es que ellos repliquen lo que aprenden en sus comunidades y también de poder convertir esto como una actividad económica; por ejemplo, para que puedan hacer producción de plantas forestales para la venta, además de la producción de plantas ornamentales, muy requeridas para trabajos de jardinería. Se busca que aprendan un oficio que les ayude en su vida laboral y en el futuro de su comunidad”, refirió Florentín.
Leonardo Alfonso Martínez es uno de los jóvenes indígenas destinados como aprendices del vivero forestal, él agradeció la oportunidad y manifestó que mediante esta experiencia se encuentra conociendo innovadoras técnicas en el cuidado de las plantas que antes desconocía y que es –al igual que para sus compañeros– un desafío esta gran experiencia.
Aunque se observa una tendencia incipiente a la desaceleración de casos en relación a la semana anterior, la cifra de hospitalizaciones e ingresos a terapia es creciente. Foto: Pánfilo Leguizamón.
COVID-19: se habla de récord desfavorable en primera semana del 2021
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Aunque se observa una tendencia incipiente a la desaceleración de casos en relación a la semana anterior, la cifra de hospitalizaciones e ingresos a terapia es creciente.
Distintos indicadores epidemiológicos hablan de un reporte de récord desfavorable en la primera semana del año, por lo que adherirse a las medidas sanitarias es esencial para reducir la cifra de contagios del virus pandémico.
Desde la Dirección General de Vigilancia de la Salud (DGVS) registran que el reporte semanal de COVID-19 en Paraguay muestra que el promedio de casos nuevos por día señala un nuevo máximo en contraste a semanas anteriores al 2020. En ese sentido, indicaron que se registraron en promedio 1.112 casos diarios en el 95% del intervalo de confianza. La tendencia en cuanto a casos nuevos en la semana transcurrida (cambio porcentual) es creciente con relación a las semanas previas.
Señalan que el tiempo de duplicación de casos confirmados es de 100 días. Foto: Ilustrativa.
Según un informe, Asunción es una de las localidades con más casos nuevos en las últimas semanas, seguida de los departamentos de Central, Cordillera, Caaguazú y Canindeyú. Mientras que los tres departamentos con mejores indicadores epidemiológicos son Boquerón, San Pedro y Concepción.
Lo que se espera
Explicaron que el tiempo de duplicación de casos confirmados es de 100 días, mostrando una tendencia incipiente a acelerarse en relación a la semana anterior. De mantenerse el ritmo actual, en febrero se espera alcanzar un total aproximado de 130.000 casos confirmados.
Por otra parte, indicadores señalan que el tiempo de duplicación del total de muertes es de 100 días, evidenciando una tendencia de desaceleración al compararse con semanas previas. De mantenerse la tendencia actual, se espera alcanzar cerca de 2.700 muertes en total por COVID-19 en febrero.
En cuanto a hospitalizaciones, las internaciones en la semana transcurrida reportan un nuevo máximo diario de 732 en contraste a las semanas anteriores al año anterior. Así también las internaciones en unidades de terapia intensiva (UTI) contabilizan un nuevo máximo de 184 casos.
Transmisibilidad y positividad
Igualmente, mencionaron que la transmisibilidad (Rt) o promedio de contagios por infectados detectados se encuentra en torno a la unidad. El indicador en cuestión muestra una tendencia creciente en contraste a la semana previa.
En lo que respecta a la tasa de positividad diaria, el promedio es de 36% en el intervalo de confianza superior. Los valores observados indican que aproximadamente 1 de cada 3 pruebas realizadas es positiva y el promedio de muestras procesadas por día se mantiene en valores estadísticamente cercanos a 3.000 pruebas diarias.
Este domingo Toni Roberto evoca al populoso Barrio Obrero a partir de las “Leyendas” escritas sobre el legendario club Cerro Porteño.
UN PREÁMBULO CAMINO A “LEYENDAS DEL CLUB CERRO PORTEÑO”
Hoy decidí “peregrinar” en el silencio de la siesta de un día cualquiera de enero del 2021 en plena pandemia al legendario Barrio Obrero. El sol pega fuerte, yo tratando de captar sus rincones. El camino, atravesar las primeras proyectadas de Asunción, enfilando al sur de la ciudad hacia la Avenida Quinta y sus calles perpendiculares que llevan al “infinito sur” de la ciudad, un “sueño urbanístico” de los primeros años 30 del legendario intendente Guggiari.
Sus calles “cuadriculadas milimétricamente” hasta “encontrarme con el encuentro” de anchas y arboladas avenidas que hacen música en el paisaje, mientras camino, recuerdo que estoy en el “barrio de los clubes”, ahí al este de sus límites están Atlántida, Sol de América, Nacional y Cerro Porteño, en el centro el Fomento y en sus periferias el Cnel. Escurra y el Pdte. Hayes, una especie de “supermercado de los clubes”, tal vez esta sea una de las principales características de esta marcada “sureña identidad asuncena”.
“LEYENDAS” DEL CLUB CERRO PORTEÑO
Siempre hay un motivo que me lleva a algún punto de la ciudad y en este caso es de nuevo un libro, titulado “Leyendas”, un proyecto de la Fundación Cerro Porteño, con coloridas ilustraciones de Roberto Goiriz, e historias contadas de manera amena por Mario Rubén Álvarez. Más allá de lo futbolístico el trabajo de rescate de esta historia tiene un sentido transversal, si bien es la memoria del club en ocho capítulos, se trata también de los momentos históricos en los que se desarrollan, siendo lo cultural un punto importante.
El Club Cerro Porteño, cuyo nombre deviene de la victoriosa batalla librada en 1811 contra la invasión porteña que hizo surgir lo mejor del espíritu nacional, que nace en 1912 en una época de turbulencias políticas paraguayas, de enfrentamientos, tiene uno de sus momentos más llamativos con la creación de su bandera por doña Susy Núñez: “La elección de los colores que constituirían la identidad del club a lo largo del tiempo fue una tarea difícil y complicada. Los participantes del debate no lograban llegar a un acuerdo y las discusiones carecían del fruto esperado. Esa circunstancia hizo que interviniera una madre que propuso que la camiseta –y la bandera por lo tanto– fueran los colores de los dos partidos tradicionales del Paraguay permanentemente enfrentados”, escribe Mario Rubén Álvarez. Así nacen los colores del club, de la unión de las banderas de los partidos Liberal y Colorado, como un acto de concordia nacional.
“En su recorrido por distintos puntos de la ciudad el club Cerro Porteño desde su creación estuvo primero y hasta 1914 en la zona de la capilla San Juan, en las cercanías de la avenida Perú (antiguamente denominada Salinares) y España, luego pasó a la Quinta Escobar hasta 1924, año que se muda a lo que hoy es la iglesia del Perpetuo de Socorro hasta 1934 pasando luego al estadio Adriano Irala y desde 1970 al estadio Pablo Rojas”, nos cuenta Víctor González Acosta, presidente de la fundación.
NUEVOS PAISAJES EN LOS RELATOS DE VIEJAS HISTORIAS
La manera de contar la historia es un elemento clave para que los jóvenes se interesen en la memoria de sus barrios, de la ciudad en que viven. Es esa nueva manera de relatar, más amena y con tan buenas ilustraciones de Goiriz, que me llevan a recordar también a los antiguos vecinos que conocí en este populoso Barrio Obrero, entre ellos al gran pintor y dibujante don Luis Toranzos que vivía en el límite norte de este barrio; a la pianista y profesora de música Margarita Dolsa en la zona del viejo hospital de Barrio Obrero; o al Dr. Vallese, conocido veterinario de la Avenida Quinta; o a Elida Miquel, una de las primeras odontólogas de Asunción que habitara hacia el límite este del barrio; o a la Dra. Olinda Massare, sólo por recordar a algunos de sus antiguos habitantes.
La variopinta arquitectura barrial nos habla también de la convivencia en las diferencias, desde aquellas viejas casas de ladrillos vistos que se hicieron en la época del intendente Guggiari, una de ellas la de la familia Rusconi u otra de grandes corredores como la de los Moreschi sobre la poética “Avenida Yegros”, pasando por “eclécticas edificaciones” o en otros casos “transformadas arquitecturas” a través de las décadas, que hacen la identidad barrial de este populoso barrio asunceno.
OSVALDO DOMÍNGUEZ SOBRE ABRAHAM ZAPAG
Hace apenas un mes falleció el Dr. Abraham Zapag Bazás, ex presidente de Cerro Porteño, y el olimpista Osvaldo Domínguez Dibb le dedicó unas palabras que nos enseñan que más allá de la confrontación deportiva está la amistad, el respeto y la confraternidad entre paraguayos, de ellas rescato algunos detalles:
“En la cancha y por 90 minutos éramos adversarios enconados, pero siempre leales. Fuera de la cancha ‘Ito’ y yo éramos grandes amigos, de aquellos que se tienen respeto y admiración mutua”.
Sigue diciendo Domínguez Dibb: “Nuestros padres cruzaron medio mundo, procedentes de Siria, para buscar un futuro para sus hijos y su descendencia. Los dos crecimos en un ambiente de trabajo, de familia, donde no tenían cabida ni la haraganería ni las distracciones inútiles. Aquellos laboriosos inmigrantes árabes apenas se permitían descansos y tanto ‘Ito’ como yo honramos ese legado de esfuerzo y dedicación a lo largo de nuestras vidas”.
PALABRAS QUE EVOCAN RECUERDOS DE OÍDOS
Estas palabras del ex presidente del Olimpia sobre lo que fuera la convivencia armoniosa en la diferencia de “adversarios futbolísticos” me llevó a recordar una historia contada de oídos por mi madre y sus hermanos sobre el “Comité Olimpista en Barrio Obrero”, un testimonio de tolerancia en la diferencia de vecinos, que quedaba a principios de los años 60 en la calle 14 de Mayo y Cuarta Proyectada, ahí en la zona de los límites entre los barrios Tacumbú, Obrero y General Díaz, del cual mi abuelo era miembro junto con otros habitantes de sus alrededores como el Gral. Juan A. Cáceres.
Siguiendo este pensamiento hoy podemos decir que más allá del futbol, más allá de las diferencias en Barrio Obrero está antes que nada la práctica de la convivencia barrial entre todos sus habitantes para hacer mejores ciudadanos y construir la memoria colectiva en paz, siguiendo la histórica propuesta de doña Susy de Núñez hace más de 100 años, de unir los colores de adversarios políticos y que hoy me inspira escribir “Un viaje al sur de las proyectadas asuncenas” en estos “Cuadernos de barrio”.