El Banco Basa llevó a cabo de manera exitosa su segunda edición de Basanomics Digital, que tuvo como exponentes a Carlos Fernández Valdovinos y Santiago Peña, quienes compartieron su análisis sobre el impacto económico generado a nivel nacional e internacional a consecuencia de la pandemia del COVID-19.

Entre las principales conclusiones, manifestaron que la caída del Producto Interno Bruto (PIB) para este año se mantendrá en 3%. Reiteraron que hasta ahora la caída de la actividad económica tuvo su peor momento en abril, aunque Peña precisó que la recuperación no se está dando de manera homogénea.

“Hay sectores que siguen en crisis al 100%, tenemos que acercarnos a mirar cada uno de los sectores. El comercio de frontera es el que más difícil está pasando. El cierre que hoy determinó el Gobierno empeora la situación; tenemos que trabajar y ver cómo se sale de esta situación. Todas las ciudades están sufriendo demasiado”, dijo.

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Señaló además que en las siguientes fases de recuperación se debe tener más en cuenta a las microempresas antes que a las macroempresas, exponiendo que la agricultura y ganadería han sostenido a la economía hasta ahora.

“Nuestras proyecciones no cambian a lo que habíamos visto en abril. La caída estará en torno al 3% del PIB, esperamos que el déficit fiscal esté en el 6% y que no sea mayor a eso. Cuidando el gasto público y cuidando esos recursos limitados se puede llegar a fin de año. El dólar llegará finalmente a 7.000 guaraníes por unidad”, manifestó.

Al inicio de la disertación, Fernández Valdovinos indicó que la ponencia fue definida como ”Fase 2, la reconstrucción”.

“Han habido muchos cambios económicos y sociales no solamente en Paraguay, sino en el mundo. Estamos en una etapa de reconstrucción de la economía y las políticas públicas, ya que durante estos últimos meses las políticas fiscal y monetaria han cruzado la luz roja. Debemos recomponer esas situaciones,” sostuvo.

Sobre la economía local, explicó que este será la peor recesión de los últimos 70 años. “Si calculamos el costo del estancamiento, más la recesión del 2020, son casi 8.000 millones de dólares. Si a eso le sumamos el costo de esta recesión es de 18.000 millones de dólares y eso que prevemos una fuerte recuperación para el año 2021 y 2022 que si no se da, podría aumentar a 20.000 millones de dólares. Tenemos una parada súbita de la producción”, dijo.

Añadió que otro obstáculo es que este colapso está diseminado a todos los sectores, menos el agrícola. “Probablemente tendremos la mayor producción de soja. El gran impacto que se tiene se ve en el consumo con una caída cerca al 20%. La gente no puede salir, no puede consumir y si tiene suerte no perdió el trabajo e incluso prefiere tener niveles de liquidez por cualquier cosa. Todo el impacto se está sintiendo, principalmente en el segundo trimestre del año, el cual afectó a todas las ramas de actividad,” indicó.

Valdovinos agregó que estamos volviendo a la normalidad, pero estamos lejos de la normalidad que había antes de la pandemia.

“Hay un parate en muchos lugares, se ha revertido el peor momento, pero aún falta mucho. El nuevo normal indica un nivel de movilidad menor a lo que era antes. Muchos sectores no van a volver a ver su normalidad que tenían antes de la pandemia. Lo peor ya pasó, ahora estamos saliendo, los créditos bancarios se están comenzando a recuperar, así como las recaudaciones tributarias. Somos conscientes de que hay sectores que continúan y van a seguir golpeados. La recuperación total va a llevar su tiempo, esto va a llevar entre 18 o 24 meses”, aseguró.

Efecto mundial COVID-19

“Los efectos de la pandemia lo definimos como “Rápido y furioso” sobre la economía mundial y local. Por lo general, en un año normal las correcciones son mínimas, con poco margen en los pronósticos; mientras en un año anormal de pandemia la corrección ha sido radical y fuerte. En un corto periodo de tiempo, a inicios de año, se estimaba que la economía iba a crecer un 3,3%, lo mismo ocurría en términos regionales. Se tenía que el 2020 iba a ser un año de recuperación, las correcciones fueron ad-brutas donde ya se habla de una contracción económica mundial, la cual retrocede casi un 5%. En todas las diferentes regiones se va a tener una retracción”, expresó Fernández Valdovinos.

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América Latina

“Los últimos números refrescan los pronósticos, todos los países de la región tuvieron un colapso de la actividad económica en abril. La caída de Paraguay, que era del 13,9%, no está alejada de la caída que se observó en otros países de la región. Representa una nueva década perdida porque básicamente en el 2025 recuperaría su nivel de PIB per cápita que era observado en el 2015. Eso y más la pandemia básicamente vamos a tener que el ingreso per cápita estará por debajo del 2015, el cual tendrá un fuerte impacto en los niveles de pobreza”, analizó.

Los vecinos

Los profesionales analizaron la situación de los países vecinos en cuanto a Argentina, manifestaron: “El nuevo gobierno puso mucho énfasis en la renegociación de su deuda y hasta el momento no ha llegado a un acuerdo. Eso implica que está ausente de los mercados de los capitales; entonces los esfuerzos por luchar contra la pandemia no pueden hacerse por mayor endeudamiento y con nuevos impuestos. Básicamente imprime más dinero para salvaguardar la situación. Preocupa de la Argentina que tengamos niveles insostenibles de inflación”.

En cuanto a Brasil, dijeron que “las cosas no están bien, la consolidación fiscal que había empezado Bolsonaro ha parado por causa de la pandemia. El déficit podría llegar a más del 15% del PIB, el problema es de dónde financiar su mayor deuda pública. Veremos cómo Brasil termina saliendo de este problema de su elevado nivel de deuda pública”.

Depreciación de las monedas

“El dólar se ha disparado con relación a las monedas regionales. La excepción ha sido Paraguay, ya que mantuvo mucho tiempo estable su tipo de cambio, pero se encuentra retrasado con relación a otros países. En Paraguay seguimos en subida cuando el resto ya está de bajada”, expresó Valdovinos.

En la segunda parte de la disertación, Santiago Peña comenzó diciendo que el momento más difícil fue abril y que debemos aprender de los errores de los demás países de la región para obtener mejores resultados en la recuperación.

“Nos encontramos este 2020 a comienzos de año con mucho optimismo, pero nos enfrentamos a la pandemia. La política fiscal seria y política monetaria que tomó el BCP fueron medidas acertadas y que permitieron que los niveles de inflación sigan bajos. El BCP ha tomado medidas muy prudentes. Esto es principalmente el resultado de los trabajos que se ha hecho a lo largo de los años, que permitió flexibilizar la liquidez a la banca para prestar a la gente. La política monetaria que utiliza la tasa de interés, el BCP redujo en varias oportunidades, la cual llegó a niveles que nunca habíamos visto. Hoy Paraguay tiene las tasas más bajas en la región”, sostuvo.

Agregó que otro elemento que se mira mucho en la economía paraguaya es el dólar, que genera mucho nerviosismo. “Esta pandemia tiene un impacto a nivel global, el dólar se ha fortalecido desde enero de este año y vemos que el guaraní perdió valor cerca del 7,41%,. Cuando vemos en el contexto regional, la devaluación de Paraguay ha sido menor”, finalizó.

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