Para que la industria de la carne pueda ganar mayor terreno internacional, debe cada vez más adaptarse a las exigencias que los principales mercados requieren, y uno de los caminos para lograrlo es la trazabilidad de la producción, que ya dejó de ser una opción y pasó a ser más bien una obligación.

Es lo que menciona el director de la multinacional Control Union, Víctor Medina, ya que todo productor necesita conocer si está produciendo efectivamente, si cumple con los términos sanitarios y si existe una mejora en el manejo y bienestar animal.

“La intención de realizar un seguimiento de la producción de forma cronológica desde el nacimiento hasta la faena mediante la trazabilidad, permite generar información, y a partir de ahí ver si el animal está mejorando en qué, cómo y cuánto, lo que nos permitirá llegar a una toma de decisiones más acertadas”, expresó.

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Existen dos tipos de trazabilidad. La primera sería la doméstica o casera, mediante marcas a fuego o el uso de caravanas numeradas de manera simple, que son sistemas que limitan el seguimiento eficiente, ya que se necesitan registros adicionales, pero su utilización ya constituye un avance. Y la segunda sería una tecnológica, compuesta de dispositivos que puedan absorber más información como la detección de qué animal es y seguidamente ver cómo se puede progresar en los registros de manejos, sanitación, reproducción, producción, etc.

Paraguay cuenta con dos sistemas oficiales, el SIGOR (Sistema de Gestión de Oficinas Regionales), que es administrado por el Servicio Nacional de Salud y Calidad Animal (Senacsa) y permite obtener toda la información grupal del movimiento de los animales desde su origen a destino. Y el SITRAP (Sistema de Trazabilidad del Paraguay), el cual se basa en una cooperación entre Senacsa y el sector privado que permite adquirir la información individual de los animales de los establecimientos, desde el origen y el movimiento, así como datos sobre sanitación y nutrición animal de los establecimientos que se encuentran inscriptos en el sistema.

La trazabilidad en la producción de ganado garantiza calidad y excelencia

Evidencias

Cabe resaltar que en el reciente informe de Senacsa, se resalta justamente un aumento en la cantidad de faenas, en un 10,5% durante el primer trimestre de este 2020 con 443.259, frente a los mismos meses del 2019 cuando fue de 401.145 cabezas de ganado. Lo que refieren también una mejora en la calidad productiva, con lo que el país puede alegar ofrecer una de las mejores carnes de res del mundo.

Esto, ya que la práctica de la trazabilidad ofrece garantías al cumplimiento de la sanidad animal, por lo que su implementación se tornó necesaria, permitiendo la diferenciación de productos de calidad, lo que redunda en mayores probabilidades para ganar más mercados estrictos y de mayor valor.

Actualmente los principales mercados para la proteína roja nacional son Rusia pese a que tener inhabilitado a varios frigoríficos, Chile, Israel, Taiwán, Brasil, Vietnam, Kuwait, Uruguay entre otros.

Medina acotó que a más de sobresalir en excelencia, el país debe demostrar con la evidencia de los registros y garantizar tal excelencia de la carne que tanto se destaca. En cuanto a la idea que la trazabilidad representa un alto costo, hizo un llamado de atención al efecto; “¿El costo de la seguridad de lo que comemos qué valor tiene?, el país consume una parte significativa de lo que se produce y es importante que el consumidor conozca de dónde viene y cómo fue producido dicho alimento. En definitiva es lo que voy a servir en la mesa y compartir con mi familia”, sentenció.

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