Dos días y tres noches por las costas uruguayas. Lugares emblemáticos, secretos, historia, arte y buena mesa. Un recorrido de reconocimiento para tomar nota. Por Natalia Santos (natalia. santos@gruponacion.com.py).
De la “Mansa” a la “Brava” rompen las olas sobre la península de Punta del Este, en el sitio en que el Río de la Plata muere para volverse Atlántico. Llegar de noche al exclusivo balneario en el que emergen los dedos en la playa, es una invitación a probar lo más sofisticado. ¿Una opción ineludible? Enjoy Punta del Este que con varios restaurantes, bares y su gran casino tiene lo necesario para empezar el viaje con nivel.
Si se busca algún lugar más sencillo para hospedarse se puede encontrar una 'buena estrella” en el camino. A metros de la avenida 22 (la famosa Gorlero) está “Bonne Etoile”. Tiene todo lo que se precisa (WiFi, habitaciones equipadas con frigobar) y un desayuno con chocolate caliente casero que puede despertar una sonrisa hasta en el amanecer más lluvioso.
Amarrados en el Puerto Nuestra Señora de la Candelaria, los navíos se mueven con el oleaje. Las ondulaciones del Puente de la Barra, el mar y la lluvia pueden regalar imágenes bellísimas, antesala de un símbolo que se halla a algunos kilómetros: Casapueblo.
El inmenso blanco de ese barco de tierra que alguna vez fue apenas una pequeña casita de madera se eleva en Punta Ballena. El artista Carlos Páez Vilaró entregó al sol una suerte de templo, una “escultura habitable”.
El museo taller permite percibir al inquieto creador que conoció a Picasso y a Dalí. Las obras muestran el alma de alguien que podía pasar de un leprocomio a Cannes, pintar, construir, tocar el tambor al ritmo del candombe y tener la fe suficiente para creer que “el Milagro de los Andes” le devolvería a su hijo Carlos tras 72 días de incertidumbre. Todavía hay varios gatos por todas partes, como los que alguna vez retozaron en su regazo y se colaron en los colores de su imaginación.
De un soñador a otro, la carretera 10 lleva hasta otro nombre místico: Francisco Piria. La mente detrás de Piriápolis tenía ascendencia genovesa, fue criado por un tío sacerdote jesuita y era un iniciado en los mistéricos caminos de la alquimia.
El balneario de las siete colinas está ordenado de tal forma que recuerda al árbol de la Vida de la Cábala. Tiene su castillo, su rambla, sus antiguos hoteles y sus fuentes: la de la Virgen (una Stella Maris que también podría ser el Sagrado Corazón de Jesús), la de Venus (en la que dando una vuelta en el sentido contrario al del reloj se puede abandonar simbólicamente las cargas que no corresponden llevar sobre los hombros) y la del Toro. Hasta esta última -que recuerda a Eleusis- se llega después de ascender 33 escalones, el número que no puede ser reducido, el de los 33 Orientales, el del orden de Fibonacci, el de los masones, el de la edad de Cristo, el que representa al maestro.
En las alturas de este poblado tan lleno de símbolos, en el cerro San Antonio, está el restaurante Meridiano 58. El viento sopla a favor mientras se disfruta de una memorable paella, que en fechas especiales puede alimentar a toda una fiesta.
A una hora veintisiete minutos por la Carretera 9 está Rocha -cuya punta está iluminada por el faro del Cabo Santa María (nombre dado por los pescadores)- que por su forma, la gente decidió dar a conocer como La Paloma.
Lagunas y mares, tierra y pastizales ponen sus notas sobre el mantel nocturno. A un paseo de distancia de la marea está Las Rocas. El restó -cuya pizarra muestra con un hashtag que ofrece los mejores sabores de la región- combina en su servicio de eventos platos propios y otros creados por Naranja Lima y Garcia’s Bar. Además de sus sabores, Rocha (como otros puntos turísticos de Uruguay devuelven a los turistas paraguayos de 22 puntos porcentuales del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
Dormir, tal vez soñar... es posible en Proa Sur La Paloma, un establecimiento pensado para dar refugio a quienes gustan de la intimidad. Una piscina cubierta y climatizada se suma al sauna ideal para relajarse antes del desayuno previo al avistamiento de ballenas, que este año llegan en grupos.
A solo 13 minutos, en el kilómetro 228 por la misma ruta 10, artesanía y bahías rocosas ponen colores a las playas de La Pedrera, que es un destino elegido por los más jóvenes. Deportes acuáticos, cabalgatas y turismo aventura para los visitantes que quieran hacer su propio andar.
A algo más de una hora, para unir Rocha y Maldonado está el circular Puente Laguna Garzón, en José Ignacio. Aves, casas flotantes, canoas y pesca del día hacen de la zona un “jardín secreto” entre aguas. Allí La Balsa, un parador con la elegancia de lo simple rescata la embarcación que servía para cruzar antes de que Rafael Viñoli diseñara la rotonda sobre la laguna. ¿El gran atractivo? El arte que le pone Fernando Plada a su cocina de autor y la calidez en la atención que brinda su esposa Claudia. En los altos del restaurante & lodge, tres habitaciones que meten la brisa marina dentro del corazón.
Agenda de datos útiles
Punta del Este
Enjoy Punta del Este. Parada 4 Playa Mansa, Rambla Claudio Williman, 20100 Punta del Este, Maldonado, Uruguay. https://www.enjoy.cl/puntadeleste/
Bonne Etoile Hotel. Calle 20 casi 25, Punta del Este. www.hotelbonneetoile.com
Punta Ballena
Museo Taller Casapueblo. Punta Ballena. Maldonado. www.casapueblo.com.uy
Piriápolis
Castillo de Pira. Ruta 37 Km. 7, 20200 Piriápolis, Uruguay. https://www.welcomeuruguay.com/piriapolis/castillo-piria.html
Restaurante Meridiano 58. https://meridiano58.negocio.site/
Rocha
Proa sur. Avda. Nicolás Solari esq. Del Faro. La Paloma, Rocha. www.uyhoteles.com/proasur
Turismo Rocha: turismorocha.gub.uy
José Ignacio
La Balsa. Restaurante & Lodge. Ruta 10 km 191. A la entrada hay 4 banderas azules y blancas. https://www.facebook.com/paradorlabalsa/