Alumnos de Arambé destacaron sus trabajos de Robótica en el stand del banco Basa de la 37° Expo Mariano Roque Alonso. La escuela pretende en un futuro próximo, abrir una academia de Robótica para alumnos que no pertenezcan a Arambé.

Diego Galeano, uno de los profesores comentó que la materia es enseñada en la institución educativa Arambé, desde hace dos años. En este proceso, llegaron a competir en el Mundial de Robótica.

“En el primer año no llegamos a clasificar. Pero en el segundo año sí llegamos al Mundial que se hizo en Kentucky, Estados Unidos, donde logramos el mejor posicionamiento de un equipo paraguayo hasta el momento. El puesto 26, entre casi 400 de la categoría, y 47 países del mundo”, precisó Galeano a La Nación.

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Los niños participan en las categorías de 8 a 10 años, de 10 a 13 años, de 14 a 15 y de 15 para adelante. “Para Arambé fue muy importante llegar a un puesto de esa índole entre potencias como China, Japón y demás países”, expresó.

Anunció que la escuela pretende abrir una academia de Robótica para alumnos que no pertenezcan a Arambé, por ellos la demostración al público en el predio ferial de la Expo.

Equipo de robótica de Arambé con docentes y directivos de Basa. Foto: Pánfilo Leguizamón.

Sobre Robótica

“Ellos sin darse cuenta aprenden muchas cosas. Al hacer un engranaje, tenés que hacer cálculos matemáticos, que te llevan a relacionar la distancia con otros engranajes, son aplicaciones de lo que se da en clase de Física, Matemática y Ciencias, y Diseño por sobre todo porque tenés que crear el robot. Aparte de diseñar digitalmente, tenés que hacer físicamente”, explicó Galeano.

Diego Galeano, uno de los profesores de Arambé. Foto: Pánfilo Leguizamón.

La competencia clasificatoria nacional para el Mundial, se hace en marzo de cada año, del cual participan cerca de cinco a seis colegios, pero antes ya se van seleccionando a los mejores robots en distintas competencias. Los robots deben adaptarse a todas las exigencias a nivel mundial.

Arambé

Por su parte, Gerthie Spiess, coordinador de Relaciones Públicas y Desarrollo de Fondos, de la Fundación Ramón T. Cartes, al cual pertenece la institución, expuso que el proyecto Arambé, también forma parte de la Responsabilidad Social del banco Basa.

Gerthie Spiess, coordinador de Relaciones Públicas y Desarrollo de Fondos de la Fundación Ramón T. Cartes. Foto: Pánfilo Leguizamón.

“Dos chicos son mundialistas, la menor tiene 10 años, está en quinto grado, con un año de Robótica ya fue al Mundial. Ellos tienen como materia, entonces aprenden jugando, haciendo. Y eso les lleva a otros niveles”, comentó Spiess.

Agregó que los chicos aprenden principios lógico-matemáticos muy avanzados. “En noveno grado ellos competían con universitarios”, significó.

Desarrollan creatividad y aprenden a solucionar problemas

Mencionó que Robótica tiene la particularidad de que no se trata de ser el más genio, sino que el más creativo. Tienen que superar desafíos ante los problemas y trabajar en equipo.

“En todas las ligas nacionales tienen que hacer una alianza con un equipo que no conocen. Entonces entre dos equipos tienen que ponerse de acuerdo sobre cómo llevar adelante el desafío, contra otros dos equipos que tampoco se conocen. Todo es cooperativo”, ejemplificó el representante de la Fundación.

Añadió que hay reglas que implican tener “don de gente”, como no exaltarse y decir malas palabras. Es decir, los chicos aprenden capacidades lógicas y buenos comportamientos para desenvolverse en la vida.

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