- AFP.
Las familias de las víctimas de la gigantesca explosión en el puerto de Beirut exigieron justicia ayer lunes con motivo del quinto aniversario de la tragedia, mientras el presidente libanés Joseph Aoun prometió perseguir a los responsables.
El 4 de agosto de 2020, una de las mayores explosiones no nucleares de la historia devastó barrios enteros de la capital libanesa, causando más de 220 muertos y 6.500 heridos.
La explosión fue provocada por un incendio en un almacén donde había guardadas, sin medidas de seguridad y a pesar de las repetidas advertencias dirigidas a la administración, toneladas de nitrato de amonio utilizado como fertilizante.
Cientos de personas se manifestaron por la tarde, portando carteles con lemas como “No hay compromiso con la justicia” o “El crimen del 4 de agosto no es un accidente”. En el puerto, los silos de trigo destruidos siguen en pie, en medio de grúas y contenedores.
Georgette Khoury, de 68 años, vino a honrar la memoria de tres de sus seres queridos. “Han pasado cinco años, pero tengo la impresión de que la explosión acaba de ocurrir. Es una herida abierta en el corazón de cada libanés”. “Exigimos justicia; si no se hace aquí, se hará allá arriba”, añade.
En una gran pantalla, los rostros y nombres de las víctimas fueron proyectados bajo los aplausos de la multitud.
“A cualquier responsable político, de seguridad o judicial implicado, les decimos que la verdad terminará saliendo a la luz”, declaró en un discurso la abogada Cécile Roukoz, hablando en nombre de las familias de las víctimas.