• Roma, Italia.

Más de un millón de personas asistieron ayer domingo a una misa en Roma presidida por el papa León XIV en el último día del llamado Jubileo de los Jóvenes, que ha reunido durante una semana a par­ticipantes de todo el mundo.

“Aspiren a cosas grandes, a la santidad, allí donde estén. No se conformen”, dijo León XIV en su homilía.

La misa se celebró en un gran explanada en las afueras de la ciudad, al igual que el resto de celebraciones de este jubileo juvenil, unos de los momen­tos destacados del Año Santo, que atrajo a medio millón de jóvenes a Roma.

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El sábado por la noche, antes de una vigilia nocturna enca­bezada con el pontífice, los organizadores confirma­ron la asistencia de 800.000 personas en el enorme espa­cio al aire libre habilitado en el distrito de Tor Vergata, en las afueras de la capital italiana. Y este domingo, el Vaticano anunció que la cifra había aumentado a un millón de asistentes.

La mayoría de los presentes durmieron en el suelo, en tien­das de campaña, sacos de dor­mir o colchonetas, esperando la misa bajo un cielo soleado.

El papa de 69 años también evocó en sus palabras el sen­tido de la felicidad. “¿Cuál es el verdadero sabor de la vida? ¿Qué es lo que nos libera de los pantanos del sinsentido, del aburrimiento y de la medio­cridad?”, se interrogó.

Tampoco quiso olvidar a los peregrinos que viajaron a Roma desde regiones devas­tadas por la guerra. “Estamos más cerca que nunca de los jóvenes que sufren los males más graves, causados por otros seres humanos”, dijo en la oración del Ángelus.

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