- AFP
Un lamento de 50.000 personas agolpadas en la plaza de San Pedro del Vaticano acompañó la columna de humo que emanaba de la pequeña chimenea de cobre ubicada en el tejado de la Capilla Sixtina donde ocurre todo el proceso.
No fue una sorpresa. La elección ya preveía más negociaciones y varias votaciones para llegar a un nombre de consenso entre los “bergoglistas” de Francisco y el ala más conservadora que criticó mucho el pontificado reformista del primer papa latinoamericano, enfocado en los pobres.
El primer escrutinio se conoció tres horas y cuarto después del “extra omnes”, la orden de “todos fuera” para que los “príncipes de la Iglesia” se encierren y den inicio a este ritual que data de la Edad Media.
EL CÓNCLAVE ACTUAL ES INCIERTO Y NO HAY CLAROS FAVORITOS
La Capilla Sixtina fue acondicionada con varias hileras de mesones con telas marrones y rojas, sobre las cuales estaba el nombre de cada elector.
“Me emociona, no importa que el humo sea negro, demuestra que el Espíritu Santo está trabajando”, dijo a AFP James Kleineck, un turista de 37 años de Texas. “Pronto habrá otras votaciones, tendremos nuestro papa”.
“No me sorprende, creo que va bien”, indicó por su parte Marcelo Castro, un religioso mexicano de 26 años.
La fumata negra estuvo precedida por la confusión en la plaza de San Pedro, cuando las pantallas que proyectaban la imagen de la chimenea se fueron a negro antes del esperado momento. Y el anochecer volvió complicado distinguir el color del humo en un primer momento.
“UN HOMBRE DE PUEBLO”
Los cardenales votarán a partir de hoy cuatro veces: dos por la mañana y dos por la tarde.
El decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, llamó en una misa previa al cónclave a “mantener la unidad de la Iglesia” de cara al momento “difícil, complejo y convulso” que enfrentará el futuro líder espiritual de 1.400 millones de católicos.
La Capilla Sixtina no será un espacio para discursos, debates y negociaciones. Los intercambios se darán durante las comidas o reuniones en la residencia Santa Marta y otras dependencias vaticanas.
Las elecciones de Benedicto XVI y Francisco tomaron dos días. La mayoría de los cardenales estima máximo tres; los más pesimistas, cinco.
“Francisco fue brillante, progresista, un hombre del pueblo”, estimó Catriona Hawe, una irlandesa de 60 años que viajó a Roma para celebrar su cumpleaños. “La Iglesia no se hará ningún favor si elige a alguien conservador”.
Francisco creó el 80 % de los cardenales que participan en el cónclave, el mayor y más internacional de la historia con prelados de unos 70 países.
Parolin figura entre los favoritos para relevar a Francisco, de quien fue su secretario de Estado por 12 años. El diario Il Messaggero incluye además en la “galaxia de papables” al italiano Pierbattista Pizzaballa, el húngaro Peter Erdo, el esrilanqués Malcolm Ranjith y al español Ángel Fernández Artime.
“Francisco fue brillante, progresista, un hombre del pueblo”, Catriona Hawe, turista irlandesa en Roma.
“Me emociona, no importa que el humo sea negro, demuestra que el Espíritu Santo está trabajando”,James Kleineck, turista norteamericano.
EL JURAMENTO
Los 133 cardenales electores –que tienen menos de 80 años– quedaron aislados del mundo, sin acceso a internet, teléfonos, televisión o la prensa, hasta que escojan un nuevo pontífice.Frente a los magníficos frescos de Miguel Ángel, los purpurados votan “en presencia de Dios” bajo solemne silencio. Cada cardenal escribe el nombre de su candidato, dobla la papeleta y la coloca en un plato de plata, que se usa para depositarla en una urna ubicada precisamente a nivel de la imagen del Juicio Final.Las papeletas se queman en una estufa con ayuda de químicospara dar el color del escrutinio. Antes del “extra omnes”, los cardenales juraron guardar secreto sobre el proceso y desempeñar “fielmente” el papel de pontífice si resulta electo por “disposición divina”.
SEPA MÁS
Paraguay, representado por primera vez
Por primera vez, Paraguay cuenta con representación en la elección de un sumo pontífice, esto a través de los cardenales Adalberto Martínez y Cristóbal López Romero. Ambos arzobispos (uno, de Asunción, y el otro, de Rabat, Marruecos) prestaron juramento solemne, en los instantes previos al cierre de las puertas de la Capilla Sixtina y el inicio del sufragio.