• Ciudad del Vaticano, Santa Sede. AFP.

El papa Francisco, hos­pitalizado desde hace 20 días por una doble neumonía, vivió ayer un mar­tes tranquilo, sin nuevas cri­sis, pero el jesuita argentino de 88 años pasó la noche con una mascarilla para ayudarle a respirar.

“Las condiciones clínicas del Santo Padre durante la jor­nada de ayer se mantuvie­ron estables” y “su pronós­tico sigue siendo reservado”, reza el informe médico difun­dido en la noche por el Vati­cano. La última recaída se produjo el lunes. Tras dos días con estado “estable”, sufrió “dos episodios de insuficien­cia respiratoria aguda”, según el parte médico difundido ese día por la Santa Sede.

Pero, ayer, “no tuvo episo­dios de insuficiencia respi­ratoria ni broncoespasmo”, siguió sin fiebre y consciente en todo momento, precisó el Vaticano.

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Durante toda la jornada de ayer el papa pasó de usar la mascari­lla que le administraba oxígeno a una cánula nasal, pero para dormir retomó la mascarilla, informaron.

Esta hospitalización, la cuarta y más larga desde 2021, genera preocupación por los problemas previos que debilitaron la salud de Jorge Bergoglio en los últimos años: operaciones en el colon y el abdomen, y dificultades para caminar.

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