A casi un año de cumplirse el primer aniversario de la guerra entre Israel y Hamás, una enviada especial de Nación Media recorrió el corazón mismo del horror, en los kibutz israelíes ubicados a metros de la Franja de Gaza.

  • Por Cinthia Mora
  • Enviada Especial a Israel

En un vecindario de pequeñas casas blan­cas, donde antes del 7 de octubre vivían más de 100 niños y muchos jóve­nes, Kfar Aza es un kibutz (una especie de villa comu­nitaria), ubicado a 1,2 kiló­metros de la Franja de Gaza. Este lugar fue escenario de la barbarie. Uno de los luga­res donde más saña tuvieron los terroristas que atacaron a los habitantes del sur israelí. Allí, en la masacre del 7 de octubre asesinaron a 62 per­sonas y 19 fueron secuestra­das. Es aquí también donde residía David Schwartzman con su esposa Orly. David es la única víctima paraguaya de este suceso.

El 7 de octubre es un punto de inflexión en este largo conflicto. Muchos aquí en Israel dicen que es difícil llegar un acuerdo de paz. La sociedad está profunda­mente dividida y llena de dolor. Un dolor que no per­mite ver más allá.

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El kibutz fue uno de los tantos que decenas de terroristas atacaron el 7 de octubre del 2023.FOTO: CINTHIA MORA

Antes de la guerra, en ese lugar vivían más de 100 niños, junto con muchos jóvenes, en un vecindario de pequeñas casas blancas muy cerca de los portones que dividen al territorio hebreo de la Franja de Gaza. Algunas de las casas fueron quemadas, otras saqueadas y las personas que allí vivían fueron asesinadas, violadas y otras secuestradas.

Los carteles en cada pequeña casa describen quién fue ase­sinado: “Nitzan Libstein fue brutalmente asesinado en esta casa”; “Ofir Shoshani fue brutalmente asesinado en esta casa”.

En el lugar mataron a 69 personas y secuestraron a otras 19.FOTO: CINTHIA MORA

LA CASA DE SIVANI

En un extremo del grupo de hogares juveniles hay una casa con un cartel que la familia erigió después del 7 de octubre: “La casa de Sivani”, en memoria de Sivan Elkabets y NaorHasidim.

“Soy la madre de Sivan. Sos­tengo un cuaderno cerca de mí. Le escribo a mi hija por­que la echo de menos. Des­pués de todo, la necesito, porque siento que no pude mantenerla a salvo”, dice el cartel. Describe la historia del 7 de octubre y el asesi­nato de Sivan y Naor. “Ven, mira, puedes tomar fotos y recordar para siempre lo que hicieron los monstruos el 7 de octubre de 2023″, se lee en el cartel ubicado frente a lo que quedó de la casa.

La casa de Sivan es una de las pocas que están abiertas a los visitantes. Cada fami­lia decide por sí misma cómo preservar el hogar y si per­mite o no el ingreso de visi­tantes.

Los agujeros de bala están por todas partes en la casa de Sivan, como si los pro­yectiles se rociaran solo para destruirla. El lugar hoy es un símbolo que busca perpetuar la memo­ria y recordarle al mundo que el terrorismo no reco­noce límites.

Ese día los terroristas comenzaron atacar a las 6:30 y el ejército llegó recién después de 12 horas.FOTO: CINTHIA MORA

La vida en Kfar Aza se detuvo. Solo se escucha el sonido de los pájaros y de un dron del ejército que vigila el lugar. Y a lo lejos, pero tan cerca se escuchan los soni­dos de la guerra que retum­ban en Gaza.

VÍCTIMA PARAGUAYA

Kfar Aza es también tris­temente evocada porque allí se produjo la única víc­tima paraguaya de la masa­cre del 7 de octubre. David Schwartzman vivía con su esposa Orly en este kibutz, donde llegó luego de emi­grar desde Paraguay. El compatriota asesinado llevaba más de 40 años viviendo en Israel, donde tuvo dos hijos, pero que ya no vivían con él, porque ya habían formado sus respec­tivas familias y emigraron a otras zonas del país.

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