Venezuela. AFP.
Rocío San Miguel se preparaba para salir de viaje por el principal aeropuerto de Venezuela cuando fue arrestada. Sus abogados señalan que hasta ahora no la han podido representar en una causa en su contra por “terrorismo”. Su arresto fue seguido por el de cinco de sus familiares, incluida su hija y su expareja, un militar retirado, también acusado de estar vinculado en una supuesta conspiración para asesinar al presidente Nicolás Maduro. Esto es lo que se sabe del caso, seguido con “preocupación” por la oficina de Derechos Humanos de la ONU, así como por el Gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea. San Miguel, de 57 años, tiene nacionalidad venezolana y española.
Al momento de su detención se encontraba con su hija Miranda, quien pudo avisar a sus allegados que funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) habían detenido a su madre. La Fiscalía la vincula con “Brazalete blanco”, un presunto complot para atacar una base militar en Táchira, estado fronterizo con Colombia, y posteriormente a Maduro. Maduro, que suele denunciar planes para derrocarlo, dijo que su gobierno neutralizó cinco “conspiraciones” en 2023.