Rennes, Francia. AFP.
Tres personas fueron detenidas en Francia y otras tres serán entregadas a la justicia francesa tras su arresto en Portugal, en el marco de una investigación sobre una red de tráfico de cocaína procedente de Brasil, informó una fuente judicial.
La investigación se abrió el 26 de mayo de 2022 en La Rochelle, una ciudad situada en la costa atlántica de Francia, después de que la aduana descubriera tres fardos con 124,28 kg de cocaína en el depósito de agua de un buque, anunció el fiscal de Rennes (oeste), Philippe Astruc, en un comunicado.
El navío, de bandera libia, transportaba pulpa de celulosa procedente de Brasil para fabricar papel, precisó.
La investigación permitió revelar “la llegada a Francia, al puerto de la Rochelle, de otros dos buques procedentes de Brasil que también cargaban cocaína, antes de que atracara el ‘Great Sea’”, continuó.
El ministerio público informó que “la gestión de la logística” se hacía a nivel europeo para “alimentar filiales de distribución en Francia y en Portugal”. “La mercancía incautada estaba destinada al mercado francés”, detalló.
Seis personas fueron detenidas el 12 de diciembre: dos en Marsella (sur), una en Niza (sur) y tres en Lisboa (Portugal). Otro sospechoso, originario de Marsella y detenido por otros hechos, deberá comparecer ante un juez. El comunicado señala que las investigaciones permitieron incautar a “varios relojes y vehículos de lujo, así como municiones de armas de categorías B y C” en Marsella. En Lisboa, los investigadores encontraron 125.000 euros (unos 137.000 dólares) en metálico en una casa, un vehículo de gran valor y un barco. Los detenidos en Francia, de entre 20 a 42 años, tienen la nacionalidad de ese país.
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El Ciclón va a Brasil en busca de la punta
El plantel de Cerro Porteño viaja esta siesta, luego del almuerzo, en vuelo chárter, rumbo a Río de Janeiro, donde enfrentará mañana, en el estadio Maracaná, a Fluminense, buscando la victoria que lo deposite en la punta de grupo A de la Copa Libertadores.
Ayer la plantilla azulgrana entrenó realizando trabajos regenerativos y mañana, a la tarde, está en planes una movilización en Río en escenario a ser confirmado.
El que no integra la delegación es Fabrizio Peralta, quien se encuentra suspendido por un encuentro a consecuencia de acumulación de tarjetas amarillas. Frente a Alianza Lima recibió su tercer cartón amarillo y en su reemplazo jugaría Jorge Morel, quien frente a los peruanos recién ingresó en la complementaria. Otro que se encuentra inhabilitado es Wilder Viera, pero para el torneo Apertura, ya que llegó a su quinta tarjeta amarilla frente a Olimpia y estará ausente ante Sol de América, por la 18.ª ronda.
El probable equipo frente a Fluminense sería así: Jean Fernandes; Alan Benítez, Javier Báez, Eduardo Brock y Santiago Arzamendia; Juan Manuel Iturbe, Robert Piris da Motta, Jorge Morel y Cecilio Domínguez; Federico Carrizo y Diego Churín.
EN ZONA DE DESCENSO
Fluminense ingresó en zona de descenso en el Brasileirão, luego de la derrota frente a São Paulo 2-1 en la 6.ª fecha. Frente a Cerro, el cuadro brasileño no podrá contar con sus dos centrales, Manoel, lesionado en el muslo derecho. y Felipe Melo, suspendido por acumulación de amonestaciones.
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Más lluvias provocan temor en el inundado sur de Brasil
- Porto Alegre, Brasil. AFP
Una nueva ráfaga de lluvias torrenciales cayó el fin de semana sobre el sur de Brasil, en donde inundaciones históricas ya dejan más de 130 muertos, complicó las labores de emergencia y sembró temores de nuevos desastres.
“Muchas personas ven la lluvia y están traumatizadas. Notamos el susto de la gente. Sabemos que cuando llueve el agua termina aumentando aún más”, dijo a la AFP Enio Posti, bombero de Porto Alegre, capital del estado de Río Grande do Sul, en gran parte todavía inundada.
Las crecidas de ríos provocadas por los volúmenes históricos de agua que cayeron desde finales de abril en este estado agrícola dejan un saldo total de 136 fallecidos, 806 heridos y 125 desaparecidos, según Defensa Civil. Más de dos millones de personas han sido afectadas por la catástrofe, que expertos de la ONU y el Gobierno brasileño vinculan al cambio climático y al fenómeno de El Niño.
De acuerdo con el último balance de Defensa Civil, más de 537.000 personas fueron desalojadas de sus casas y otras 81.000 están en refugios. Además, unas 92.000 viviendas resultaron dañadas o destruidas, según la Confederación Brasileña de Municipios.
Las autoridades están en alerta desde que las lluvias volvieron con fuerza el viernes a Porto Alegre y a otras áreas ya afectadas del estado, y multiplican los mensajes a la población de no regresar a los lugares en riesgo. En las anegadas calles del barrio de São João, muchos voluntarios y bomberos seguían trabajando bajo la copiosa lluvia. Casi dos toneladas de alimentos y enseres han sido distribuidos por el gobierno federal.
El suministro de agua limpia sigue interrumpido en la capital estatal. Camiones cisterna cruzan permanentemente por doquier aprovisionando albergues, hoteles y otros edificios.
El Gobierno de Brasil prometió el jueves desbloquear unos 10.000 millones de dólares para la reconstrucción de Río Grande do Sul, que atraviesa la peor catástrofe climática de su historia.
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Brasil no estaba preparado para desastre en el sur, admite Lula
Nuevas crecidas de ríos y lagos prolongaron este lunes el drama de la población del sur de Brasil, a donde el presidente Luiz Inácio Lula da Silva viajará de nuevo el miércoles tras reconocer que las autoridades “no estaban preparadas” para una catástrofe así.
Las cifras de víctimas del desastre climático que golpea el pujante estado de Rio Grande do Sul volvieron a aumentar este lunes, con 147 muertos, 127 desaparecidos y 806 heridos, así como 600.000 personas que debieron abandonar sus hogares, según Defensa Civil.
Lula suspendió una visita oficial a Chile, inicialmente prevista para el 17 y 18 de mayo, ante la necesidad de “monitorear” la emergencia, según la Presidencia y anunció que volverá el miércoles al estado por tercera vez en pocos días. “Es una catástrofe para cuya magnitud no estábamos preparados”, dijo el mandatario, durante una reunión con su ministro de Finanzas, Fernando Haddad, y el gobernador del estado, Eduardo Leite.
A pesar de una disminución de las lluvias, Leite urgió a los evacuados a no regresar a las viviendas, en especial en la capital Porto Alegre y sus alrededores, donde el río Guaíba puede alcanzar un nuevo récord. “No es momento de volver a las casas todavía en las zonas de riesgo”.
La cota de este río, en cuyas riberas se ubican varias ciudades devastadas, superó los cinco metros por primera vez desde el jueves y sigue en ascenso debido a las lluvias del fin de semana. Según Defensa Civil, podría superar el pico histórico de 5,35 metros que alcanzó el 5 de mayo.
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Ayuda para volver a empezar
Ante el ascenso del Guaíba, la alcaldía de Porto Alegre levantó una barrera con enormes sacos de arena en una avenida del centro para intentar evitar que la crecida llegue a una estación de bombeo de agua, lo que puede empeorar el ya precario suministro del servicio a una treintena de barrios de la ciudad.
Habitantes del barrio Harmonia en Canoas, a las afueras de Porto Alegre, sacaban pertenencias de sus viviendas ante la subida de las aguas. “El agua nunca bajó. Se inundó en octubre y ahora también. Esta vez perdí todo”, dijo a la AFP el albañil Alcedir Alves, de 58 años.
Más de 77.000 personas se hallan en albergues montados en escuelas, clubes deportivos y otros establecimientos tras el desastre, que expertos y el gobierno brasileño vinculan al cambio climático y al fenómeno El Niño.
La situación de los evacuados se complicará con la llegada de un frente frío, según alertó el lunes la agencia meteorológica MetSul. Las autoridades trabajan para distribuir suministros y donaciones venidas de todo el país y el exterior. Las familias más afectadas recibirán 2.000 reales (unos 400 dólares) para que empiecen a “reconstruir sus vidas”, dijo Leite.
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Indígenas afectados
Lula anunció una propuesta, que debe aprobar el Congreso, para suspender por 36 meses los pagos de la deuda de Rio Grande do Sul con el Estado brasileño, y que según el gobernador se había convertido en un “torniquete insoportable” ante la tragedia. La vida en Rio Grande do Sul está absolutamente alterada, con casi 360.000 estudiantes sin clases y la atención de la salud volcada en hospitales de campaña.
Importantes autovías y carreteras continúan total o parcialmente cortadas, mientras que el aeropuerto internacional de la ciudad de Porto Alegre sigue bajo agua. Las lluvias e inundaciones sin precedentes afectaron directamente al menos a 80 comunidades indígenas, algunas de forma extremadamente grave, según el Consejo Indigenista Misionario de Brasil.
Efectos en Argentina
El flujo de las aguas en el sur de Brasil impactó en otros países de la Cuenca del Plata. Unas 600 personas fueron evacuadas en la provincia argentina de Entre Ríos (noreste) debido a las inundaciones por la crecida del río Uruguay, reportaron autoridades.
Habitantes de la zona ribereña de Concordia (430 km al noreste de Buenos Aires) fueron trasladados a centros de asistencia o domicilios particulares, informó la alcaldía. En Concordia, el alcalde Francisco Azcué, reportó este lunes que el pico de la creciente se espera para el martes y pidió “calma” a la población.
“Estamos en 13,55 metros (de cota) y según el pronóstico de los ingenieros de la represa podría llegar a 13,70 metros hoy (lunes) y 13,90 mañana martes. Obviamente vamos a tener más evacuados”, explicó el funcionario en declaraciones a radio Mitre.
Fuente: AFP
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Brasil: las inundaciones podrían ser peores aun con nuevas lluvias
- AFP
Una nueva ráfaga de lluvias torrenciales cayó el fin de semana sobre el sur de Brasil, en donde inundaciones históricas ya dejan más de 130 muertos, lo que complicaba las labores de emergencia y sembraba temores de nuevos desastres.
“Muchas personas ven la lluvia y están traumatizadas. Notamos el susto de la gente. Sabemos que cuando llueve el agua termina aumentando aún más”, dijo a la AFP Enio Posti, bombero de Porto Alegre, capital del estado Río Grande do Sul, en gran parte todavía inundada. Las crecidas de ríos provocadas por los volúmenes históricos de agua que cayeron desde finales de abril en este estado agrícola dejan un saldo total de 136 fallecidos, 806 heridos y 125 desaparecidos, según Defensa Civil.
Más de dos millones de personas han sido afectadas por la catástrofe, que expertos de la ONU y el Gobierno brasileño vinculan al cambio climático y al fenómeno de El Niño. De acuerdo con el último balance de Defensa Civil, más de 537.000 personas fueron desalojadas de sus casas y otras 81.000 están en refugios. Además, unas 92.000 viviendas resultaron dañadas o destruidas, según la Confederación Brasileña de Municipios.
Las autoridades están en alerta desde que las lluvias volvieron con fuerza el viernes a Porto Alegre y a otras áreas ya afectadas del estado, y multiplican los mensajes a la población de no regresar a los lugares en riesgo. “Yo estaba empapado. Ellos me recibieron bien y me dieron ropa. Ahora estoy bien”, dijo a la AFP Everton Machado, un habitante de 36 años, tras ser rescatado por un bote mientras iba en búsqueda de sus padres. En las anegadas calles del barrio de São João, muchos voluntarios y bomberos seguían trabajando bajo la copiosa lluvia, observaron periodistas de la AFP. Equipados con motos de agua o botes inflables, llevaban la ayuda a los afectados. También recibían mascotas que sus dueños no pueden cuidar.