Guayaquil, Ecuador. AFP.

La Policía de Ecuador detonó de manera controlada un dron cargado de explosivos que aterrizó en un gran complejo penitenciario de la ciudad portuaria de Guayaquil, escenario de cruentas masacres por enfrentamientos entre bandas narco. Un video difundido por el Ministerio de Interior muestra el momento en el que un cuerpo élite de la Policía explota a distancia el aparato, que aterrizó en el tejado de esta cárcel de máxima seguridad del país y que llevaba adherido un contenedor negro en la parte central. Tras el estallido, el techo del penal quedó semidestruido.

Un equipo de expertos “neutralizó el dron para desconectar la fuente de energía del artefacto explosivo”, escribió en la red social X (antes Twitter), el ministro Juan Zapata, junto a las imágenes. Los presos de la cárcel La Roca fueron “trasladados” para salvaguardarlos durante el proceso, añadió. No hubo víctimas ni heridos.

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Las prisiones de Ecuador se han transformado en centros de operaciones de las organizaciones narco y campos de batalla con choques que dejan más de 430 reclusos muertos desde febrero de 2021.

El dron había sido detectado en la noche, según las primeras fotografías difundidas por el Gobierno. En la mañana de ayer martes, el aparato seguía en el techo de la prisión y el personal de vigilancia no se encontraba en los alrededores del penal, constató un periodista de la AFP. En 2021 el organismo estatal a cargo de las prisiones (SNAI) reportó otro ataque con drones explosivos en ese complejo penitenciario de Guayaquil que incluye La Roca. Aunque no dejó víctimas, sí hubo daños en los techos.

Sumido en la violencia narco, Ecuador cerrará el 2023 con al menos 40 homicidios por cada 100.000 habitantes, un récord para la nación de 18,3 millones de habitantes. Desde 2018, esa tasa se ha cuadriplicado hasta trepar a 26.

Crisis carcelaria

En La Roca se encuentran algunos de los criminales más peligrosos de Ecuador. Allí están recluidos seis colombianos investigados por el asesinato a tiros del candidato presidencial Fernando Villavicencio en agosto.

También estuvo preso el ecuatoriano Adolfo Macías, alias Fito, un jefe criminal que había amenazado de muerte a Villavicencio poco antes de su asesinato. Tras el magnicidio fue trasladado de una cárcel de menor seguridad a La Roca, en medio de un gigantesco operativo. El viernes abandonó ese penal y fue llevado de nuevo a otra cárcel por una orden judicial.

El gobierno criticó duramente esta decisión por considerarla lesiva para la seguridad del país. Macías, de 43 años, lidera a la banda Los Choneros, que tiene un pie de fuerza de unos 8.000 hombres, según centros de investigación independientes. Aliados con carteles mexicanos y colombianos, esta organización compite con otra docena de grupos por el negocio del narcotráfico.

Las cárceles se han convertido en hogueras del crimen como “resultado de la ausencia estatal (...) cada vez más aguda y que ha hecho que parte de la población carcelaria esté en calidad de secuestro de bandas criminales, que tienen mucha influencia incluso política”, explicó a la AFP Billy Navarrete, director de la ONG Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos.

Desde mayo de 2021, cuando asumió el presidente Guillermo Lasso, la policía ha decomisado más de 500 toneladas de droga en Ecuador. A la par ha crecido la violencia en un país que hasta hace pocos años era una isla de paz en medio de Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína del mundo.

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