Ulán Bator, Mongolia. AFP.
El papa Francisco llamó a los católicos chinos a ser “buenos ciudadanos” al final de una misa durante su visita a Mongolia, un desplazamiento que aprovechó para buscar una mejora de los vínculos entre el Vaticano y China. El jesuita argentino –acompañado del obispo de Honk Kong, Stephen Chow, y del arzobispo emérito, cardenal John Tong Hon– envió un “caluroso saludo al noble pueblo chino”.
“A los católicos chinos, les pido que sean buenos cristianos y buenos ciudadanos”, dijo el papa de 86 años, en una declaración al margen de sus discursos oficiales. Con este primer viaje papal a Mongolia, un país de Asia central entre Rusia y China, Francisco buscó dos objetivos: llegar a una región aislada donde el catolicismo es muy minoritario y aprovechar la cercanía geográfica con China para mejorar las relaciones con Pekín.
Francisco ofició ayer domingo una misa en un estadio de hockey sobre hielo de la capital, Ulán Bator, para mostrar su apoyo a la pequeña comunidad de 1.400 católicos de Mongolia, un país mayoritariamente budista de tres millones de habitantes.
El papa fue recibido por una multitud entusiasta y recorrió el estadio en un pequeño vehículo escoltado por el misionero italiano Giorgio Marengo, que con 49 años es el cardenal más joven del mundo y ejerce como representante de la prefectura apostólica de Ulán Bator. Después, avanzó hacia el escenario en silla de ruedas para presidir la liturgia bajo una gigantesca cruz de madera colocada especialmente para la ceremonia. El final de la misa gritó la palabra gracias en mongol “¡bayarlalaa!”.