Washington, Estados Unidos. AFP.

Designada por Donald Trump, Aileen Cannon ahora tendrá que juzgarlo. La magistrada, elegida para supervisar el juicio penal federal del expresidente, tendrá una gran influencia en el procedimiento, lo que genera controversia.

“Juzgar a alguien que te dio tu trabajo sería difícil para todos”, dice Wendy Schiller, profesora de política pública en la Universidad de Brown.

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Y cuando el imputado no para de gritar al presentarse como víctima de una “persecución”, “eso le indica al juez que está bajo vigilancia”, agrega la experta a la AFP.

¿Será capaz Aileen Cannon de resistir estas presiones? Quienes quieren ver condenado a Trump por su mal manejo de los secretos de la Casa Blanca lo dudan. En primer lugar, porque tiene poca experiencia como magistrada.

Trump le otorgó un puesto vitalicio como jueza federal justo antes de su derrota en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020.

En ese momento, Cannon solo tenía 38 años, tras haber pasado tres años en un bufete de abogados y siete en las oficinas de un fiscal federal de Florida. Desde que asumió el cargo, solo ha supervisado cuatro juicios penales, que nunca han durado más de tres días, según señala Thomas Holbrook, profesor de ciencias políticas en Wisconsin.

En segundo lugar, porque es “una jueza muy conservadora”, señala el profesor.


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