Perú. AFP.

Cientos de manifestantes se congregaban ayer en los accesos a Lima para asistir a una marcha que prometían “será la más grande” y “con todas las sangres”, según los organizadores de las protestas que piden la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y cierre del Congreso.

La protesta, también denominada paro nacional, es convocada por gremios campesinos, organizaciones civiles y gremios estudiantiles de las regiones del sur andino Cusco y Puno, y de las regiones más postergadas en Perú, así como de Lima.

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“Hoy salimos todas las sangres”, dice el llamado del Bloque Universitario, para otra jornada de manifestaciones contra el Gobierno y el Congreso peruano, cargadas de reivindicaciones indígenas y reproches desde las zonas del país más ricas en gas, minería y tierras agrícolas que, sin embargo, viven en la pobreza con lo mínimo en derechos sociales, sobre todo en educación y salud.

La nueva protesta se realizó un día después de que el Congreso bloqueara hasta agosto cualquier debate para adelantar las elecciones generales, una decisión que tuvo en vilo a una parte del país la última semana y que luego de cuatro proyectos de ley rechazados en siete días, terminaron archivando el tema.

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