AFP.

El presidente de Bra­sil, Luiz Inácio Lula da Silva, destituyó al comandante del Ejército, Júlio César de Arruda, informaron fuentes de las Fuerzas Arma­das a la AFP, casi dos semanas después de los ataques a las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia. Arruda había asumido el cargo inte­rinamente en diciembre, días antes del fin del gobierno del ultraderechista Jair Bolso­naro, y fue confirmado por la administración de Lula que asumió el 1 de enero. Será reemplazado por el coman­dante militar del sureste (San Pablo), Tomás Ribeiro Paiva, según GloboNews.

Arruda se reunió el viernes con Lula en el palacio presi­dencial Planalto, junto a los comandantes de las fuerzas armadas y el ministro de la Defensa. Los comandantes no hablaron a la salida del primer encuentro de la cúpula mili­tar con el mandatario después de la asonada del 8 de enero, cuando miles de simpatizan­tes del ex presidente Bolso­naro invadieron y saquearon las sedes de los poderes públi­cos. Sin embargo, el ministro de Defensa, José Múcio, dijo no ver participación directa del sector castrense en la revuelta.

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Lula dijo estar conven­cido de que hubo complici­dad interna en la asonada en Brasilia, por la cual más de 2.000 personas fueron detenidas. El mandatario de izquierda anunció una “revisión profunda” de su entorno próximo en el palacio presi­dencial para privilegiar fun­cionarios de carrera civiles en vez de militares.

La relación con las Fuerzas Armadas es para Lula uno de sus mayores desafíos inme­diatos, según analistas que destacan la amplia presen­cia castrense en la gestión de Bolsonaro, un ex capitán del Ejército, como una señal de afinidad.

El general Tomás Ribeiro Paiva dijo el miércoles en un discurso durante una cere­monia castrense en San Pablo que los militares “continuarán garantizando la democracia”.­

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