Estados Unidos. AFP.
El riesgo de una crisis de la deuda en los países en desarrollo va en aumento, advirtió esta semana el Banco Mundial (BM), que llama a los acreedores a favorecer las reestructuraciones de pasivos antes de que sea demasiado tarde. El Fondo Monetario Internacional (FMI) lo advirtió y el Banco Mundial (BM) lo confirma: más del 60% de los países en desarrollo está a punto de sumergirse, si no lo están ya, en una crisis de la deuda.
Y es que los países más pobres y los emergentes podrían verse imposibilitados de honrar sus obligaciones si ocurre una recesión global y el crecimiento económico se debilita en los próximos años, asegura el BM.
Durante la última década, el endeudamiento de los países en desarrollo se ha duplicado con creces, hasta alcanzar los 9 billones de dólares en el 2021, y probablemente más en el 2022, según el informe anual del BM sobre la deuda internacional, publicado el martes.
Existen múltiples razones que explican esta situación: depreciación de monedas frente al dólar (la divisa en la que suele contraerse deuda), subidas de las tasas de interés que encarecen los créditos, así como de los precios de la energía, de los alimentos y de los fertilizantes, que agotan las reservas de divisas. “Para los países en desarrollo, el panorama es sombrío, tanto a corto como a mediano plazo”, declaró el presidente del Banco Mundial, David Malpass, en rueda de prensa.
“El acceso a la electricidad, los fertilizantes, los alimentos y el capital seguirá siendo limitado durante un período prolongado”, añadió. Esto empeora las dificultades de los países más pobres, que ya gastan más del 10% de sus ingresos anuales en pagar la deuda. Además, la institución financiera está preocupada por el riesgo de que se agoten sus opciones de refinanciación.