Reino Unido. AFP
La reina Isabel II, jefa de Estado del Reino Unido y 14 países de la Commonwealth, falleció ayer a los 96 años tras siete décadas de reinado en los que capeó numerosas crisis de una monarquía que ahora abre un nuevo capítulo. Su hijo Carlos, de 73 años, se convirtió automáticamente en el nuevo monarca. “La reina murió en paz en Balmoral esta tarde. El rey y la reina consorte permanecerán en Balmoral esta noche y regresarán a Londres mañana”, informó el Palacio de Buckingham en un comunicado
El deterioro de la salud de Isabel II se aceleró en los últimos días. El martes había recibido al primer ministro dimisionario, Boris Johnson, y a su sucesora, Liz Truss, en su castillo escocés de Balmoral, renunciando por primera vez en su largo mandato a celebrar este acto protocolario en Londres, para evitar un viaje de 800 km.
Dos días después, la casa real anunciaba que sus médicos estaban “preocupados por la salud de su majestad y recomendaron que permanezca bajo vigilancia médica” en Balmoral, a donde inmediatamente viajaron sus hijos y nietos. La reina, que pese a su avanzada edad, mantenía hasta entonces una muy apretada agenda, empezó a preocupar al país cuando el pasado 20 de octubre, tras cancelar un viaje oficial a Irlanda del Norte y “aceptar a regañadientes el consejo médico de guardar reposo”, pasó una noche hospitalizada para someterse a unas pruebas médicas cuya naturaleza nunca se precisó.
Desde entonces la reina tuvo que renunciar a eventos como la conferencia de la ONU sobre el clima, en noviembre del 2021 (COP26) en Glasgow, sus habituales festejos de Navidad, o el tradicional discurso del trono con que cada año inauguraba la nueva sesión parlamentaria, una de sus funciones constitucionales más importantes que dejó a cargo de Carlos.
LA DECANA DE LOS MONARCAS
Entregada a su cargo con cuerpo y alma, Isabel II, que consideraba que “eres tan viejo como te sientes”, había capeado la pandemia, la devastadora muerte de su marido Felipe –fallecido en abril del 2021 con casi 100 años– y las diversas crisis de la familia real. Entre ellas, el “Megxit”, el exilio de Enrique y Meghan a Estados Unidos, desde donde acusaron a la realeza de ser insolidaria y racista, cuestiones que la soberana prometió tratar “en privado”.
Nacida en Londres el 21 de abril de 1926, “Lilibet”, como la llamaba su familia, no estaba inicialmente destinada a ser reina. Pero el rumbo de su vida cambió tras la abdicación, por amor a una estadounidense divorciada, de su tío Eduardo VIII en 1936.
Isabel II accedió al trono con solo 25 años, al morir su padre, Jorge VI, en febrero de 1952. Pero tuvo que esperar a junio del año siguiente para ser coronada como cuadragésima soberana de Inglaterra desde Guillermo I el Conquistador en 1066, en la primera y única ceremonia de coronación británica televisada hasta ahora.
Casada a los 21 años con su primo lejano Felipe Mountbatten, hijo del príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca, la reina tuvo cuatro hijos: Carlos, el heredero del trono nacido en 1948; Ana, nacida en 1950; Andrés, en 1960; y Eduardo en 1964, que le dieron ocho nietos y doce bisnietos.
Una “estadista de dignidad inigualable”
Líderes de todo el mundo emitieron sus condolencias y alabaron la figura de Isabel II.
Estados Unidos. AFP.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, rindió homenaje ayer a la difunta reina Isabel II, una “estadista de dignidad y constancia inigualables”, y dijo que espera trabajar con su hijo, el rey Carlos III, con quien mantiene una “estrecha amistad”. “La reina Isabel II fue una estadista con una dignidad y constancia inigualables que profundizó la alianza fundamental entre el Reino Unido y Estados Unidos”, afirmó Biden en un comunicado.
“Ella ayudó a que nuestra relación fuera especial”, añadió. Contó que la conoció en 1982 cuando era senador de Estados Unidos y la vio por última vez en junio del 2021 durante su primer viaje al extranjero como presidente.
Por su parte, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, decretó ayer tres días de luto oficial luego del fallecimiento de la reina Isabel II, a quien definió como “una reina para todos”. “Con gran pesar y conmoción, Brasil recibe la noticia del fallecimiento de su majestad la reina Isabel II, una mujer extraordinaria y singular, cuyo ejemplo de liderazgo, de humildad y de amor a la patria seguirá inspirándonos a nosotros y al mundo entero hasta el final de los tiempos”, escribió el mandatario ultraderechista en Twitter.
El presidente ruso, Vladimir Putin, rindió ayer homenaje a la reina Isabel II, fallecida a los 96 años, y ofreció sus condolencias a su hijo, el rey Carlos III. “Durante muchas décadas, Isabel II disfrutó con razón del amor y el respeto de sus súbditos, así como de la autoridad en la escena mundial”, dijo Putin en un comunicado emitido por el Kremlin.
Entre la princesa Diana, James Bond y Queen
AFP
A lo largo de su reinado, Isabel II se esforzó por mantener el prestigio de la monarquía. Cuando en 1997 murió trágicamente la princesa Diana, divorciada desde hacía unos años del príncipe Carlos, los británicos, conmocionados, criticaron su frialdad. Pero los Windsor aprendieron de sus errores y recobraron poco a poco la credibilidad, demostrando su capacidad para la renovación dentro de la continuidad con la suntuosa boda del príncipe Guillermo, primogénito de Carlos y Diana, con la joven plebeya Catalina y posteriormente la de su hermano Enrique con la actriz estadounidense Meghan Markle.
Cuando Isabel celebró su jubileo de diamante en 2012, su popularidad volvía a ser alta. La apoteosis llegó cuando se prestó a interpretarse a sí misma junto al actor Daniel Craig como James Bond en un cortometraje rodado para la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres. Durante su jubileo de platino, en junio, volvió a mostrar su sentido del humor con un video en que apareció tomando el té con el célebre osito de animación Paddington y golpeando con sus cucharillas de plata las tazas de porcelana al ritmo de “We Will Rock You” de Queen.