Chile. AFP.

La derecha chilena, triunfante en el plebiscito que enterró el proyecto de Constitución progresista, se tensiona desde ayer entre un sector moderado que se abre a seguir el proceso constituyente, y otro más extremo que rechaza realizar reformas sociales. Tras el contundente triunfo de “Rechazo” a la nueva Constitución por más de 20 puntos frente al “Apruebo”, algunos partidos de derecha reafirmaron su intención de apoyar las reformas que comprometieron durante la campaña electoral.

“Nosotros cumplimos nuestros compromisos y vamos a refrendar la voluntad de que el proceso constituyente continúa”, dijo Javier Macaya, senador y presidente del ultracoservador partido Unión Demócrata Independiente (UDI). Bajo el lema “rechazar para reformar”, partidarios de esta opción se comprometieron en avanzar en enmiendas a la actual Carta Magna heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) o apoyar un nuevo proceso constitucional, aunque no han sido tajantes en cómo este se realizaría.

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La opción de reformas choca sin embargo con la posición más dura del ultraderechista Partido Republicano del ex candidato a la presidencia José Antonio Kast, quien celebró haber “derrotado una propuesta constitucional que le hacía mucho daño a la patria y a todos los chilenos”. La nueva Constitución “intentó de manera inexplicable refundar nuestro querido país. Con su voto, millones de chilenos le han cerrado la puerta a este proceso constituyente que ha fracasado”, afirmó.

“La derecha queda tensionada entre los sectores más moderados, que han comprometido cambios y reformas, y la posibilidad de continuar un camino de nueva Constitución, y los sectores más extremos, que creo no están dispuestos para ese cambio”, manifestó, por su parte, Cecilia Osorio, académica de la facultad de gobierno de la Universidad de Chile.

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