Ucrania. AFP.

Decenas de civiles ucra­nianos se entrenaron ayer con el ejército de ese país en una zona antes ocu­pada por las fuerzas rusas en Bucha, una ciudad al noroeste de Kiev, que se convirtió en símbolo de las atrocidades atri­buidas a las tropas de Moscú. Los voluntarios, vestidos con ropa de color caqui y fusil en mano, participaron en ejer­cicios militares en un bosque invadido por el ejército ruso al inicio de la guerra.

Aún pueden observarse las huellas dejadas por las tropas de Moscú en la zona, llena de montículos de tierra, refugios y grandes agujeros. “Los rusos cavaron estos agujeros, 7.000 grandes agujeros para los tan­ques, los blindados, los camio­nes cisterna, es mucho, se esta­ban preparando para quedarse mucho tiempo”, dijo a la AFP Valentyn Kalashnyk, jefe del centro de prensa de las fuerzas de defensa territorial del ejér­cito ucraniano.

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Las fuerzas rusas invadieron Bucha el 27 de febrero, tres días después del inicio de su ofensiva en Ucrania. A inicios de abril, las tropas de Moscú se retiraron de la localidad, donde se descubrieron cien­tos de cadáveres de civiles, algunos con las manos atadas en las espaldas. El sargento Ticha, que prefiere no revelar su verdadero nombre, explica a la AFP que los ejercicios de las unidades de defensa territorial de Bucha pretenden preparar mejor a los habitantes en caso de que haya una nueva ofen­siva.

“Si los orcos (apodo dado a los soldados rusos en Ucrania) vuelven, Dios no lo quiera, podemos enfrentarnos a ellos, no como la primera vez. No estábamos preparados para ello”, señala.

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