Europa Press.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) han advertido ayer de una crisis alimentaria generalizada en el marco de los constantes conflictos mundiales, la pandemia de la covid-19, el cambio climático y la invasión rusa a Ucrania. “Estamos profundamente preocupados por los impactos combinados de las crisis superpuestas al poner en peligro la capacidad de las personas para producir y acceder a los alimentos, empujando a millones más a niveles extremos de inseguridad alimentaria aguda”, ha indicado el director general de la FAO, Qu Dongyu.

Así, ha expresado que existe una “carrera contrarreloj” para ayudar a los agricultores de los países más afectados, mientras que, por su parte, el director ejecutivo del PMA, David Beasley, ha señalado que se avecina “una tormenta perfecta” que dañará a “los más pobres de los pobres” y abrumará a “millones de familias que, hasta ahora, habían mantenido la cabeza a flote”.

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Por países, Etiopía, Nigeria, Sudán del Sur y Yemen siguen en máxima alerta como puntos críticos con condiciones catastróficas, mientras que Afganistán y Somalia entran en la categoría de catástrofe, según datos del último informe. Esto implica que hasta 750.000 personas se enfrentan a condiciones de hambre y muerte desastrosas, siendo al menos 400.000 de la región etíope de Tigray, el número más alto registrado en un país desde la hambruna en Somalia en el 2011.

Además, el informe alerta de las sequías en África oriental –en Somalia, Etiopía, Kenia o Sudán del Sur– y prevé lluvias por encima de la media y un riesgo de inundaciones localizadas en el Sahel, una temporada de huracanes más intensa en el Caribe y lluvias por debajo

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