Roma. EUROPA PRESS

El cardenal polaco Konrad Krajewski, que ocupa desde el 3 de agosto del 2013 el cargo de limosnero pontificio y encargado de cumplir las obras de caridad en nombre del Papa, viajará por tercera vez a Ucrania como enviado del Pontífice para celebrar con los fieles del país la Semana Santa. Esta vez viajará hasta Kiev, capital del país, que hasta hace pocos días estaba completamente asediada por el ejército ruso y donde la gente se vio obligada a abandonar sus casas y permanecer bajo tierra, en refugios antiaéreos o en el metro, para protegerse de las bombas. Las batallas se han trasladado ahora al oeste del país, en la región del Donbass, y esa zona resulta en este momento algo más tranquila, según las últimas informaciones.

Hasta la capital ucraniana, donde se concentra la sede gubernamental del país, viajó el viernes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von de Leyen, que anunció un paquete de ayudas económicas para armas de 1.500 millones de euros.

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Krajewski llevará otra ambulancia medicalizada que dejará en Ucrania para atender a los heridos, como ya hiciera hace poco más de diez días. A mediados de marzo, el cardenal polaco llegó a la ciudad ucraniana de Lviv (Leópolis), en el oeste, para poner en marcha una operación humanitaria en el país.

El Papa ha mostrado en diversas ocasiones su intención de viajar a Ucrania. Durante la rueda de prensa en el vuelo de regreso de Malta a Roma, el Pontífice admitió que no sabía si podría realizarse el viaje o si es realmente conveniente hacerlo en este momento. Si bien dejó claro que la diplomacia de la Santa Sede está haciendo todo el posible por frenar la guerra, reconoció que hay asuntos que no pueden ser públicos. “Lo he dicho con sinceridad, que tenía en mente ir, que mi disponibilidad está siempre; no existe el no, yo estoy dispuesto –dijo el Papa–. Está todo en el aire”.

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