China. AFP.
Las autoridades chinas ordenaron ayer confinar la ciudad de Changchun, de 9 millones de habitantes, en el noreste del país. Los habitantes de esta ciudad tendrán que permanecer en sus casas y solo una persona por hogar podrá salir del domicilio una vez cada dos días por razones de peso, indicó la alcaldía de Changchun, que prevé someter a pruebas de detección al covid a toda la población.
Se trata del confinamiento de mayor magnitud anunciado por China desde del impuesto en la metrópolis de Xi’an (norte), cuando 13 millones de habitantes fueron puestos en cuarentena a finales del año pasado, por un mes. El ayuntamiento ordenó el cierre de escuelas y comercios y del transporte público. Está prohibido salir de la localidad, que registró centenares de casos en los últimos días. Changchun, la ciudad de “la eterna primavera”, es la capital de la provincia de Jilin, fronteriza con Corea del Norte.
China, donde se detectó inicialmente el virus, a finales del 2019, atajó rápidamente la epidemia en la primavera del 2020 adoptando unas medidas de confinamiento muy estrictas que afectaron a ciudades enteras. El gigante asiático logró así controlar el avance de los contagios en gran medida, y ha reportado un balance oficial de poco más de 100.000 casos –4.636 de los cuales, letales– en dos años. Pero la variante Ómicron ha provocado brotes localizados. Este viernes se habían registrado 1.369 casos en 24 horas, según datos del ministerio de Salud.
Se trata de una cifra que sigue siendo muy baja comparada con las del resto del mundo, pero que es la más alta registrada por China desde la primera fase de la epidemia (a principios del 2020). De este total, las autoridades censaron 158 casos importados y 814 casos asintomáticos que forman parte de un recuento separado.
HONG KONG, FUERA DE CONTROL
El pico epidémico se produce mientras en Hong Kong (sur) los contagios están fuera de control, con los hospitales desbordados de pacientes y la población local desvalijando supermercados, presa del pánico, ante el temor a un confinamiento.
Allí, el 73% de los refugiados y solicitantes de asilo tienen “graves” dificultades para alimentarse, pues no pudieron comprar comida entre fines de febrero y principios de marzo, según un estudio publicado este viernes por la organización Refugee Concern Network (RCN). Un científico chino de alto nivel declaró la semana pasada que el país debería intentar vivir con el virus y que las autoridades podrían abandonar su estrategia de “covid cero” en “un futuro próximo”.