• Kiev, Ucrania. AFP.

Estados Unidos rei­teró ayer domingo que Rusia podría inva­dir Ucrania “en cualquier momento” tras el fracaso de los últimos esfuerzos diplo­máticos, una situación que Alemania calificó de “crítica” y que quiere mejorar con sen­dos viajes de su jefe de gobierno a Kiev y Moscú. El sábado, el presidente Joe Biden man­tuvo una conversación tele­fónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, pero no le dio “motivos para el optimismo”.

Joe Biden el domingo tam­bién habló con su par ucra­niano, Volodimir Zelenski, y ambos acordaron insistir con la “diplomacia y la disuasión” ante Moscú.

El mismo día, Alemania, que estas últimas semanas ha sido criticada por Ucrania y varios socios occidentales por ser demasiado complaciente con Moscú, endureció su posicio­namiento.

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El día de su reelección, el jefe de Estado, Frank-Walter Steinmeier, estimó que Moscú tenía la “responsabilidad” del riesgo de una guerra en el este de Europa. Y el canciller Olaf Scholz, que viajará hoy lunes a Kiev y el martes a Moscú, con­sideró que la situación es “crí­tica” y “muy peligrosa”.

Y advirtió que las sanciones de los países occidentales contra Rusia tendrían efecto “inme­diato” en caso de incursión militar.

A Rusia le “importan una mierda” estas posibles san­ciones, reaccionó el embaja­dor ruso en Suecia, el veterano diplomático Viktor Tatarint­sev, al diario sueco Aftonbladet.

El contexto sigue siendo de extrema tensión, con más de 100.000 soldados rusos des­plegados en la frontera ucra­niana y en medio de manio­bras militares en el Mar Negro y Bielorrusia.

“AROMA A MÚNICH”

El ministro británico de Defensa, Ben Wallace, afirmó ayer domingo que había como un “aroma a Múnich” en los esfuer­zos diplomáticos para desescalar la crisis, en alusión al acuerdo que permitió a la Alema­nia nazi anexar los Sudetes en 1938, pero que fracasó a la hora de evitar una guerra. Esta declaración enfureció a Ucrania, que no deja de hacer llamados a la calma. “No es el mejor momento para ofender a nuestros socios en el mundo”, en un momento en el que “hay pánico por todas partes”, tanto en la pobla­ción como en los mercados financieros, reac­cionó el embajador ucraniano en el Reino Unido, Vadim Pristaiko.

Por otra parte, Rusia expresó su preocupación por la decisión de la Organización para la Segu­ridad y la Cooperación en Europa (OSCE) de “relocalizar” a parte de su personal radicado en Ucrania. Rusia acusa a la OSCE de seguir “la psi­cosis militar fomentada por Washington” y de ser utilizada “como una herramienta para una posible provocación”.

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