En su tradicional bendición Urbi et Orbi del día de Navidad, el papa Francisco recordó a los fieles congregados en la plaza de San Pedro que “en este tiempo de pandemia (…) se pone a prueba nuestra capacidad de relaciones sociales, se refuerza la tendencia a cerrarse, a valerse por uno mismo, a renunciar a salir, a encontrarse, a colaborar”. “También en el ámbito internacional existe el riesgo de no querer dialogar, el riesgo de que la complejidad de la crisis induzca a elegir atajos, en vez de los caminos más lentos del diálogo”, añadió el sumo pontífice, al tiempo de hacer un llamado al diálogo.

Así también, el líder de la Iglesia católica recordó las zonas del mundo azotadas por conflictos y también abordó las consecuencias económicas y sociales de la crisis sanitaria por la pandemia del covid-19, que ensombrece la Navidad por segundo año consecutivo.

El papa Francisco pidió que no se permita “que se propaguen en Ucrania las metástasis de un conflicto gangrenoso”, por las tensiones entre Kiev y Moscú, que hacen temer una escalada militar. Igualmente, recordó las tragedias “olvidadas” del conflicto en Yemen y Siria, que “ha provocado muchas víctimas y un número incalculable de refugiados”.

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REDESCUBRIR

En la Nochebuena, el papa celebró la misa de Navidad en la basílica San Pedro de Roma junto a 2.000 fieles con mascarilla, e invitó a los cristianos a “redescubrir las pequeñas cosas de la vida”. En la ciudad de Belén, en los territorios ocupados palestinos, apenas unos pocos cientos de personas se reunieron a pesar del frío en la plaza del Pesebre, el lugar donde, según la tradición cristiana, nació Jesús de Nazaret, para seguir un desfile de scouts palestinos.

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