Grecia | AFP

El papa Francisco denunció ayer el “naufragio de la civilización” que abandona a los migrantes, en un discurso en el campo de refugiados de Lesbos, cinco años después de su primera visita a esta isla griega, emblema de la crisis migratoria. El Mediterráneo “está convirtiéndose en un cementerio frío sin lápidas [...] Se lo ruego, ¡detengamos este naufragio de la civilización!”, lanzó el sumo pontífice ante los migrantes, en el segundo día de su visita a Grecia.

En el campamento de Mavrovouni, que sigue albergando a unos 2.200 solicitantes de asilo en condiciones muy difíciles, fue cálidamente acogido por los migrantes, que se congregaron entre los contenedores y las tiendas de campaña del lugar. El pontífice argentino saludó y bendijo a las familias presentes, entre ellas numerosos niños. “Welcome!”, “We love you!”, se podía escuchar.

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Francisco abrazó a un niño, y se dirigió a un grupo de refugiados. “Intento ayudarlos”, les dijo. Luego, bajo una tienda de campaña, el papa, visiblemente emocionado, escuchó los cantos alegres de una coral de exiliados y lamentó que el Mediterráneo, “cuna de tantas civilizaciones” sea hoy “como un espejo de la muerte”. Mavrovouni es una estructura construida precipitadamente en una antigua zona de tiro del ejército tras el incendio del campo de Moria, en setiembre del 2020. Este insalubre campamento de migrantes era el más grande de Europa.

“MARE MORTUUM”

“No permitamos que el ‘mare nostrum’ se transforme en un desolador ‘mare mortuum’ (...), no dejemos que este mar de recuerdos se convierta en el mar del olvido” exhortó en presencia de varios responsables religiosos, la presidenta griega, Katerina Sakellaropoulou, el vicepresidente europeo, Margaritis Schinas, y el ministro griego de Migración, Notis Mitarachi. Tema principal de su pontificado, la causa de los refugiados sigue siendo la piedra angular de este 35º viaje del papa.

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