Angela Merkel descubrió el domingo la devastación “surrealista” provocada por las inundaciones en Europa del Oeste, que dejaron al menos 190 muertos en Alemania y Bélgica, una cifra que seguirá aumentando porque todavía hay muchos desaparecidos. La canciller, con botas de montaña, tardó casi una hora en recorrer el pueblo de Schuld, cerca de Bonn, donde la crecida del río Ahr destruyó parte de la localidad. Esta zona de Renania-Palatinado, en el suroeste de Alemania, fue una de las regiones más afectadas, con 112 de los 159 muertos del país. En Bélgica murieron 31 personas.

Mostrando su emoción en varias ocasiones, Merkel habló con los residentes que lo han perdido todo, en la que ya es la mayor catástrofe natural de la historia reciente de Alemania. La canciller se encontraba en Washington en el momento de las mortíferas crecidas que tuvieron lugar durante la noche del miércoles al jueves. “Casi diría que a la lengua alemana le cuesta encontrar palabras para describir la devastación”, dijo Merkel, conmocionada al ver las carreteras y puentes derrumbados, las casas destruidas, los árboles arrancados y las montañas de escombros llenos de barro.

Dejanos tu comentario