Estados Unidos anun­ció el sábado que envió 2,5 millones de vacu­nas contra el covid-19 a Tai­wán, que vive un aumento de infecciones pese a haber ges­tionado con éxito la pande­mia durante mucho tiempo, lo que podría provocar la ira de Pekín. “Nuestra dona­ción de 2,5 millones de dosis de vacunas está de camino a Taiwán, cuya asociación sani­taria con Estados Unidos ha salvado vidas aquí, y en todo el mundo”, anunció en Twitter el portavoz de la diplomacia estadounidense, Ned Price. Es el triple de lo que prometió una delegación de senadores estadounidenses que visitó la isla a principios de junio.

Taiwán, que está excluido de la Organización Mundial de la Salud (OMS), había sido elo­giado en el extranjero por la eficacia de su respuesta inicial a la pandemia, con muy pocos contagios el año pasado. Sin embargo, la isla de 23 millo­nes de habitantes enfrenta un importante rebrote del virus y acusa a China de obstaculi­zar sus esfuerzos por obtener inmunizantes. Las tensiones entre Pekín y Taipéi aumen­taron considerablemente durante el mandato del ex presidente estadounidense Donald Trump, quien dio prioridad al fortalecimiento de las relaciones con Taiwán, incluida la venta de armas, pese a que en 1979 Washing­ton rompió sus relaciones con Taipéi, que se convirtieron en informales tras reconocer a la República Popular.

El pasado abril, el gobierno de Joe Biden reafirmó su apoyo a la isla durante una reunión que mantuvieron en Taipéi tres ex altos cargos estadou­nidenses con la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen, a la que Pekín respondió con maniobras militares en la zona.

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Taiwán se considera un terri­torio soberano con gobierno y un sistema político propios bajo el nombre de República de China desde el final de la guerra civil entre nacionalis­tas y comunistas en 1949, pero Pekín mantiene que es una provincia rebelde e insiste en que retorne a lo que deno­mina patria común. La cifra de aviones militares chinos que se adentran en la ADIZ taiwanesa ha aumentado en los últimos meses –hasta en seis ocasiones en el último mes, según la agencia CNA–, y las últimas incursiones se producen después de que el G7 (el grupo de los países más desarrollados) mencionase en una declaración “la preser­vación de la estabilidad en el estrecho de Taiwán” como una de sus prioridades.

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