Washington, Estados Unidos. AFP.

“La frontera está cerrada”: A la defensiva y señalado por haber provo­cado la llegada de miles de migrantes, el gobierno de Joe Biden se empleaba el domingo en todos los frentes para tra­tar de tranquilizar sobre su capacidad para manejar la primera gran crisis de su pre­sidencia.

El mandatario de Estados Unidos fue elegido especial­mente por su promesa de cerrar el complicado capítulo de la pandemia y de la crisis económica que ha generado.

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Pero apenas dos meses des­pués de su llegada a la Casa Blanca, a Biden le acusan los republicanos, y también algunos demócratas, de haber creado un efecto llamada en la frontera con México que ha derivado en una crisis migra­toria a la que no quiere lla­mar por su nombre. “Esta­mos expulsando a familias, estamos expulsando a adul­tos solos”, afirmó el domingo el jefe del Departamento de Seguridad Interior (DHS), Alejandro Mayorkas, quien se ha multiplicado para repe­tir este mensaje en cuatro cadenas estadounidenses. “La frontera está cerrada”, insistió.

Primer latino a cargo de la política migratoria estadou­nidense, Mayorkas, recono­ció a mitad de marzo que se preveía la llegada de un flujo histórico de migrantes, el más importante en 20 años, a la frontera entre México y Estados Unidos. El diri­gente está en el centro de las críticas por su mensaje a los migrantes de Centroamérica de que “no es el momento” de venir a Estados Unidos, ya que la nueva administra­ción está reconstruyendo el sistema migratorio “des­mantelado” por el ex presi­dente Donald Trump. “Es muy irresponsable”, valoró el domingo el diputado repu­blicano de Texas Michael McCaul en la cadena ABC, estimando que sus declara­ciones habían dado la impre­sión a los migrantes de que eran bienvenidos. “Crearon una crisis”, añadió.

MENORES, SOLOS

Legisladores demócratas de este estado fronterizo lamen­taron también el mensaje del gobierno.

Y varios migrantes pregun­tados por la AFP a su llegada a Estados Unidos contesta­ron que, en parte, viajaron por la promesa de Biden de implementar una política más “humana”.

La administración demó­crata intenta rectificar ahora su mensaje y evita hablar de una “crisis” refi­riéndose únicamente a “pro­blemas en la frontera”.

“Puedo decir claramente: no vengan”, lanzó el martes el presidente a quienes estén pensando en emprender viaje.

Además de la llegada de migran­tes, la suerte de los menores solos ocupa el centro de la polémica.

Biden se comprometió a ter­minar con “una vergüenza moral y nacional” heredada de su predecesor, refirién­dose a la separación de miles de familias de migrantes de las que centenares no han logrado reunirse todavía.

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