Jerusalén, Indefinido. AFP.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y sus rivales apuraban este viernes los últimos momentos de la campaña electoral, inmersos en una especie de competición por representar a la “verdadera” derecha y en medio de una intensa campaña de vacunación. Las del martes 23 de marzo serán las cuartas elecciones legislativas en menos de dos años, y quizá las más extrañas que se han celebrado en Israel.

Gracias a una ambiciosa campaña de vacunación, que permitió que casi el 50% de la población (alrededor de dos tercios del electorado) haya recibido ya las dos dosis de la vacuna, el país empezó a desconfinarse, pero los candidatos no pudieron organizar mítines electorales a causa de las medidas sanitarias.

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Los líderes políticos hicieron campaña en actos por videoconferencia, en redes sociales y en las radios locales y limitaron el acceso de la prensa en los pocos eventos realizados con los electores.

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