Las cadenas de televisión estadounidenses se preparan para una velada electoral sin precedentes y sin duda larga, complicada por la amplitud del voto por correo y la desconfianza creciente hacia los medios, con el riesgo de declarar demasiado temprano un ganador.

En cabeza de todos los canales está la noche del 7 de noviembre del 2000 y las volteretas que hicieron falta tras el anuncio prematuro de una victoria demócrata en el estado decisivo de Florida. Toda una pesadilla de credibilidad. Como en cada elección, la presión recaerá en los “decision desks”, equipos de estadísticos y analistas armados por cada cadena importante y que alimentan la transmisión en pantalla de las estimaciones y los resultados.

IMPOSIBLE CERTEZA

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Esos equipos han tenido por tradición apoyarse sobre encuestas de boca de urna para proyectar un ganador con certeza. Pero “ya no es posible”, anticipa Costas Panagopoulos, presidente del departamento de ciencias políticas de la Northeastern University y miembro del equipo de la mesa de decisiones de NBC News. Porque según la mayoría de las estimaciones, al menos la mitad de los votantes se habrá expresado antes del día de la elección contra alrededor de 14% en el 2000.

La votación por correo o anticipada en persona, que ganaba popularidad antes de la pandemia, se ha acelerado en el complicado escenario sanitario de Estados Unidos.

El conteo de esos votos, dependiendo de los estados, puede ser más complejo y tomar más tiempo que los emitidos directamente en las urnas. “En algunos casos pueden ser días o semanas, según lo que vimos en las primarias”, dice Joe Lenski, director general de Edison Research, que suministra datos a los canales ABC, CBS, NBC y CNN sondeos, proyecciones y conteos, materia prima de sus “decision desks”.

Lenski, que tendrá a 3.000 personas movilizadas el 3 de noviembre, recuerda que muchos estados, incluyendo los estados clave de Wisconsin y Pensilvania, tienen prohibido legalmente comenzar a hacer el escrutinio de los votos anticipados antes del día de las elecciones.

“¿Declararán los medios estadounidenses al ganador correcto la noche de la elección? No cuenten con ello”, escribieron en una columna en The Guardian varios ex presidentes de la American Political Science Association. “A pesar de la incertidumbre ligada a un gran número de votos por correo, los medios van a competir entre ellos para declarar un resultado y atraer la atención de los televidentes la noche de la elección”, alertan. “No estamos compitiendo”, dijo Sam Feist, jefe de la oficina de CNN en Washington, durante una mesa redonda. “Sería contraproducente para todos nosotros. Sabemos que tenemos que esperar a que salgan los resultados”. “No todas las elecciones tienen los resultados la noche de las elecciones, incluso en tiempos normales”, advierte Lenski, que recuerda que en el 2004, George Bush fue declarado ganador el día después de las elecciones.

“Este año”, dijo, “se necesitará aún más paciencia”.

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