Brasilia, Brasil. AFP.
Casi ocho meses después de su primer caso, Brasil superará este fin de semana la barrera de los 150.000 fallecidos por la pandemia de covid-19, que retrocede lentamente a la par que la población acelera el retorno a una riesgosa “normalidad”. Brasil, con 212 millones de habitantes, acumula 149.639 óbitos y 5.055.888 contagios, según cifras del Ministerio de Salud del viernes. El gigante sudamericano es el segundo país con más muertes después de Estados Unidos, que suma más de 212.000 víctimas del nuevo coronavirus. Tras el primer caso el 26 de febrero y la primera muerte el 16 de marzo, el país vio subir los números hasta pasar por un plató de 1.000 muertes diarias durante casi dos meses, que comenzó a ceder en agosto (932) y en setiembre (752). Y en los primeros nueve días de octubre cayó a 630. El promedio de infecciones diarias bajó de 40.659 en julio a 30.000 en setiembre y a 27.200 en lo que va de octubre.
MESETA PROLONGADA
Pero los especialistas sostienen que Brasil experimenta una meseta prolongada con números todavía en niveles altos, a diferencia de los países europeos y asiáticos que tras el auge de la pandemia vieron una caída más pronunciada de casos y muertes. “Llegamos a tener 55.000 casos por día, pero continuamos con 27.000. Sí, se puede decir que bajó más del 50%, pero es como si bajaras del Himalaya a Los Alpes, es decir continúas en una montaña”, dijo a la AFP el investigador de la Sociedad Brasileña de Infectología José David Urbáez. “Después de que las muertes caigan a 600, todavía hay un camino enorme por delante, con muchas pérdidas”, agregó.
SIN PLAN NACIONAL
Esta meseta continuada coincide con la reapertura de más actividades no esenciales, que según los investigadores se realiza sin coordinación nacional ni una vigilancia epidemiológica adecuada, lo cual se suma a la inobservancia por parte de la población de las medidas preventivas. “Es casi imposible no retomar las actividades” en un país en el que desde marzo se destruyeron más de 10 millones de empleos, dijo el investigador Christovam Barcellos, del prestigioso instituto científico Fiocruz. “El comercio y algunas industrias son importantes, pero eso debería hacerse con mucho cuidado. Desgraciadamente, Brasil no tiene una coordinación nacional en esa reanudación de las actividades”, añadió en declaraciones a la AFP.
Desde el inicio de la pandemia, el presidente Jair Bolsonaro se enfrenta a gobernadores y alcaldes, con amplia autonomía en temas de salud. Bolsonaro negó la gravedad de la pandemia e impulsó el retorno a la normalidad para evitar el colapso de la economía. Los gobernadores y alcaldes aplicaron en cambio medidas de aislamiento social, pero desde hace unos meses autorizan más actividades, como el turismo local, el retorno a clases y la apertura de bares y restaurantes.
ARGENTINA: CUARENTENA HASTA EL 25
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció la prórroga del aislamiento obligatorio hasta el 25 de octubre con fuertes restricciones de la circulación en departamentos de 18 provincias, en una jornada con récord de 515 fallecidos y 15.009 nuevos contagios de covid-19.
En la capital argentina, en cambio, donde hay “un lento y sostenido descenso de casos”, el alcalde Horacio Rodríguez Larreta anunció nuevas medidas de flexibilización del confinamiento con paulatina reapertura de las escuelas, cerradas desde marzo.
“Tenemos que restringir la circulación, no quiere decir parar el aparato productivo, la economía”, afirmó Fernández, rodeado de tres gobernadores. En las cinco últimas semanas, los casos se trasladaron fuertemente a las provincias, con varios departamentos con más del 80% de las camas de terapia intensiva ocupadas.