París, Francia | AFP

La intención de Estados Unidos de acabar con el acuerdo nuclear iraní del 2015 ha supuesto una ruptura sin precedentes entre Washington y sus principales aliados europeos, que perdurará si Donald Trump es reelegido. El anuncio de Estados Unidos de restablecer las sanciones de la ONU contra Irán fue juzgado sin valor legal por los países europeos, con el apoyo de Pekín, Moscú y Teherán.

Aunque esta es de gran calado, ya se han producido otras divergencias transatlánticas anteriormente, como por ejemplo durante la invasión de Irak (2003). Pero en ese caso, Estados Unidos tenía en contra sobre todo a Francia, no a Reino Unido. “Es la primera vez que los británicos se oponen de forma tan frontal a Estados Unidos sobre un tema considerado esencial para la diplomacia estadounidense”, afirma Pascal Boniface, director de Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS). El Reino Unido se ha mantenido en sus principios “pese a los pedidos cada vez más insistentes de Estados Unidos”, y teniendo en cuenta el distanciamiento cada vez más importante con Europa debido al Brexit, añade.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

VACÍO JURÍDICO

La posición de Estados Unidos ha sumido a la ONU en un vacío jurídico inédito, justo cuando empieza este martes su Asamblea General anual que quiere hacer hincapié en el multilateralismo. En el tema iraní, Washington se enfrenta desde hace más de dos años a un frente unido formado por Londres, París y Berlín, que temen por su seguridad con la proliferación nuclear. Este desacuerdo sobre Irán, iniciado por el presidente Donald Trump, es el punto crítico de un largo declive de las relaciones entre Estados Unidos y sus más viejos aliados europeos. Desde hace tres años, las divergencias han surgido en torno a otros temas importantes, como la cuestión climática, Jerusalén como capital de Israel o la OTAN.

Dejanos tu comentario