Dubái, Emiratos Árabes Unidos. AFP.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) degradó las previsiones de crecimiento de Oriente Medio a su nivel más bajo en 50 años, a causa del “doble choque” de la caída del precio del petróleo y de la pandemia de covid-19. Excepto en Irán, la crisis sanitaria en Oriente Medio causó relativamente pocas víctimas, según los expertos, pero las consecuencias económicas del confinamiento y de la desaceleración mundial de la economía son importantes. Las economías de Oriente Medio y de África del Norte se contraerán, de media, un 5,7% este año, con caídas de hasta el 13% en los países en guerra, indicó el FMI en una actualización de sus perspectivas económicas regionales. Esta proyección es la más baja en 50 años, según datos del Banco Mundial, y llega después de un año de un crecimiento modesto. “Se trata de un retroceso considerable que agravará los desafíos económicos y humanitarios existentes y aumentará los niveles de pobreza, ya altos”, subrayó el FMI, que agregó que los “disturbios sociales podrían verse reavivados por el levantamiento de las medidas de confinamiento”.

MÁS INESTABILIDAD

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Las economías de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Kuwait, Omán y Catar, los seis países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), golpeados por la caída del precio del petróleo, deberían contraerse un 7,1%, es decir, un 4,4% más que en las previsiones de abril. “La región enfrenta una crisis sin precedentes. Un doble choque que ha afectado al normal funcionamiento de sus economías durante el confinamiento”, declaró a la AFP Jihad Azour, director del departamento Oriente Medio y Asia Central del FMI.

Los países del Golfo fueron de los más estrictos del mundo a la hora de tomar medidas contra el covid-19, lo que repercutió en la mayoría de sus actividades económicas. Con la desaceleración de la economía mundial, el precio del petróleo perdió alrededor de dos tercios de su valor.

LOS MÁS AFECTADOS DE LA REGIÓN

Los países exportadores de petróleo de la región deberían perder unos 270.000 millones de dólares de ingresos, “lo que es una gran bajada”, declaró Azour. Pero los más afectados en la región serán, según el FMI, los países “frágiles o en situación de conflicto”, cuyas economías podrían contraerse hasta un 13%. El PIB per capita en esos países inestables podría pasar de 2.900 dólares en el 2018-2019 a 2.000 dólares este año. Según Azour, las pérdidas de empleo, el agravamiento de la pobreza y las desigualdades podrían provocar o acentuar la inestabilidad de la región.

En este sentido, Líbano e Irak ya se han visto sacudidos por movimientos antigubernamentales. Las pérdidas de puestos de trabajo “se añadirán a un nivel de paro ya alto, en particular entre los jóvenes”, agregó Azour.

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