COMENTARIO

Por RICARDO RIVAS, periodista, Twitter: @RtrivasRivas

El director regional para América Latina y el Caribe del PNUD (Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas) y secretario general adjunto de la ONU, Luis Felipe López-Calva, prevé que como consecuencia de la pandemia SARS-COV-2 “cerca de 30 millones de personas, en la región, volverán a caer en la pobreza después de un período de reducción durante 15 años”. Precisa que la mayor afectación se verificará “en niveles sociales muy, muy bajos” a los que el Banco Mundial llama “de pobreza extrema” y proyecta que, cuando la emergencia finalice, “en el África subsahariana habrá cerca de 24 millones de personas que habrán caído en ese nivel”.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

López-Calva, que concedió una entrevista a los participantes del curso en línea “Periodismo en la pandemia. Cubriendo covid-19” que desarrolla el Centro Knigth para el Periodismo en las Américas de la Universidad de Texas con la UNESCO, advirtió, como preocupación, que en la informalidad laboral regional “las mujeres están especialmente sobrerrepresentadas” por lo que “se convierten en un grupo altamente vulnerable”.

Aclaró que los impactos socioeconómicos del covid-19 “son diferentes entre las regiones”, justificó “el control de la pandemia, debido a la incertidumbre, a la magnitud y (la necesidad de ubicar dónde están) los principales puntos calientes de contagio” y, señaló, que eso es lo que “conduce a un cierre completo” de la economía. “La emergencia sanitaria, básicamente, se convierte en el elemento más importante” en el inicio de la crisis en la que “luego, se detiene la economía”.

El director regional López-Calva afirma que, por esas medidas, “la economía se contrae”; detalla que “en muchos casos, todo el gasto se contrae, por lo que las empresas empiezan a tener problemas de liquidez, no pueden pagar los salarios y, eventualmente, tienen que despedir a la gente que (en consecuencia) deja de recibir sus salarios”. Describe que, “los grandes grupos de población que se ven afectados muy duramente por estas situaciones”, se encuentran “en países de ingresos medios y bajos donde, por ejemplo, tenemos seguro de desempleo o mecanismos muy limitados para proteger a esas personas”. Ante ello, “los gobiernos son reactivos”, rechazan medidas proteccionistas, “pero (aun así, desde los organismos multilaterales) tratamos de transferir ingresos”, porque “el principal impacto (de las medidas impuestas por el coronavirus) tiene que ver con el empobrecimiento monetario”.

Advierte que “en América Latina, si se toman las líneas nacionales de pobreza (previas a la emergencia) se prevé que cerca de 30 millones de personas volverán a caer” en esa categoría después de un período de reducción (en ese indicador) durante 15 años”. Especialmente, “en niveles sociales muy, muy bajos (que son los que) el Banco Mundial llama (de) pobreza extrema que (perciben) US$ 1,9 dólares diarios por persona”. Ejemplifica y revela que “en el África subsahariana habrá cerca de 24 millones de personas que caigan en ese nivel de pobreza extrema” y sentencia que “ese es el principal impacto de la primera (etapa) en la (lucha contra la) pandemia”.

El segundo impacto será porque “los sistemas educativos también están cerrados”. Es un problema porque “en muchos casos (podrán acceder los estudiantes a las) tecnologías (educativas) en línea, pero en muchos países (algunos) grupos (sociales) no tienen acceso” a esas herramientas por lo que habrá “una segunda (etapa) de impacto en la capacidad (en tanto posibilidad) de individuos, niños, jóvenes para continuar (con) su educación”. Coincide con “quienes sostienen que (la pandemia) conduciría a la deserción escolar (porque, en esta situación) la gente, los niños, los jóvenes se desaniman y pueden abandonar”, pero, “aunque todavía no lo sabemos exactamente, el segundo gran impacto será (en) la educación (sobre lo que se categoriza como) el capital humano de las sociedades”.

Para determinar el tercero de los impactos de las medidas para enfrentar el covid-19, López-Calva propone “investigar las quiebras y a las empresas que no tienen la capacidad de pagar sus préstamos”. Eso permitirá establecer “un gran impacto en el sector financiero” lo que hará evidente que “la pandemia está afectando realmente a las economías y a los individuos con mucha dureza”.

Apoyado en el Banco Mundial, el economista reporta que, en lo que hace a “impactos económicos Europa se ve afectada, (aunque) no con un efecto grande porque tiene (herramientas sociales) como el seguro de desempleo”. Puntualiza que con “los países de renta media, en América Latina y el Caribe” donde “no (se) consolidan las sociedades de clase media”, no es aconsejable afirmar por “analogía” que tienen “una clase media fuerte”. En muchos de ellos hay “grandes sectores de población vulnerables, enclavadas en la informalidad en la que mucha gente depende de su capacidad diaria para salir y generar algún ingreso”.

Recuerda que esos “países no tienen derecho a recibir financiación en condiciones favorables” y explica que, por ello, “todas las respuestas (de) los bancos, (del) FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial son para aliviar la deuda, principalmente, de los países de bajos ingresos y los menos desarrollados”. Esa imposibilidad de asistencia, que impide resolver las carencias fiscales que tienen aquellos países que tratan de “proteger a las personas, de transferirle efectivo, de proteger a las empresas dando líneas de crédito, de proporcionar liquidez (tiene) impacto en su capacidad fiscal en términos de financiación”. Adelanta, con preocupación, que el cuarto impacto será “una situación fiscal muy grave para los países de ingresos medianos, porque definitivamente se quedarán sin capacidad de respuesta fiscal. En términos de la situación macroeconómica, se verán gravemente afectados si esta crisis dura mucho tiempo”.


Dejanos tu comentario