La Paz, Bolivia. AFP.
El ministro de Salud de Bolivia fue detenido este miércoles por la compra sobrevalorada de ventiladores españoles para pacientes con coronavirus, y luego fue destituido por la presidenta Jeanine Áñez, quien enfrenta el mayor escándalo de corrupción de sus seis meses de gobierno.
El destituido ministro Marcelo Navajas “se encuentra en calidad de aprehendido en dependencias de la FELCC (Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen) de la ciudad de La Paz”, dijo el comandante de la unidad, coronel Iván Rojas.
El funcionario fue detenido y removido de su cargo un día después de que Áñez ordenara investigar la compra de ventiladores en España por “posible corrupción” en medio de una ola de críticas hacia su gobierno. Una viceministra del sector, Eidy Roca, asumió la titularidad de manera interina.
Otros dos funcionarios sanitarios también fueron detenidos por la policía.
Además, fueron convocados a declarar ante los investigadores bolivianos dos empleados del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que financió los casi cinco millones de dólares para la compra de 179 ventiladores.
El escándalo se destapó el pasado fin de semana con el reclamo de los médicos de cuidados intensivos, que denunciaron que las máquinas no eran adecuadas para las unidades de terapia intensiva de los hospitales bolivianos. Luego surgieron los informes de que se había pagado sobreprecio.
La prensa local informó que Bolivia había adquirido los equipos de manufactura española a un precio unitario de 27.683 dólares, pero luego se conoció que la empresa los ofrece por entre 9.500 euros y 11.000 euros (10.312 dólares a 11.941 dólares). Otra empresa hispana ofició de intermediaria.
Áñez precisó este miércoles en Twitter que “el contrato investigado por sobreprecio por los respiradores era de 4.773.600 dólares” y que el país alcanzó a desembolsar 2.028.780 dólares, por lo que ordenó que “no se pague un centavo más” por los equipos. La presidenta derechista dijo además que asumía el “compromiso” de “recuperar el dinero de los bolivianos”.
Áñez “decidió apartar al ministro de Salud” para “evitar cualquier interferencia en el trabajo de la justicia”, dijo la jefa de la cartera de Comunicación, Isabel Fernández.
El escándalo se produce en medio de una expansión del covid-19 que hasta la fecha ha contagiado a cerca de 4.500 personas y provocado unos 190 decesos en Bolivia, nación que permanece bajo cuarentena y con sus fronteras cerradas desde el pasado 17 de marzo y hasta fin de este mes.
Brasil: Récord de muertos en 24 horas
Río de Janeiro, Brasil. AFP.
En 24 horas, Brasil registró 1.179 muertes por coronavirus, la peor cifra diaria desde el comienzo de la pandemia, que ha dejado hasta ahora 17.971 fallecidos en el país y más de 271.000 contagiados, según las cifras oficiales.
Brasil, donde viven 210 millones de personas, es el país más afectado de la región y el tercero más castigado del mundo en número de contagios después de Estados Unidos y Rusia. Sin embargo, la realidad podría ser mucho peor, ya que los expertos señalan que los números reales podrían ser hasta 15 veces superiores debido a la escasez de test de diagnóstico.
El pico de la pandemia está previsto para inicios de junio en el país, que ya registra más de la mitad de los más de 30.000 muertos en América Latina y el Caribe.
San Pablo, el estado más rico y poblado de Brasil, es el epicentro de la enfermedad, con 65.995 casos y 5.147 muertos. Le sigue Río de Janeiro, con 3.079 decesos y 27.805 contagios.
En estados del norte y el noreste, como Ceará, Amazonas y Pernambuco, la propagación de la enfermedad provoca situaciones dramáticas y asfixia los sistemas de salud. Pese a esta situación, el presidente Jair Bolsonaro sigue oponiéndose a las medidas de cuarentena y aislamiento social implementadas en varios estados y ciudades del país.
En pocas semanas, dos ministros de Salud han dejado el cargo por diferencias sobre la gestión de la pandemia con Bolsonaro. En este momento, el ministerio de Salud está dirigido por el general Eduardo Pazuello.
Bolsonaro, que demerita al virus como una “gripecita”, considera que una paralización de la economía de Brasil podría causar un daño mayor que la propia epidemia.