La Organización Mundial de la Salud (OMS), criticada por países como EEUU debido a su presunto apoyo a China en la actual crisis sanitaria, inauguró ayer una de sus asambleas anuales más complicadas, consagrada casi íntegramente a reforzar la coordinación global contra la pandemia de covid-19. Su director general, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, defendió ayer la gestión de la organización asegurando que “hizo sonar rápidamente la alarma” frente a la pandemia, y añadió que la crisis dejó “cruelmente a la luz” las divisiones geopolíticas. “La OMS es irreemplazable y necesita más recursos. Los países del Norte no podrán acabar con el covid-19 si los países del Sur no logran controlarla”, advirtió. Prometió una investigación “independiente” sobre la respuesta al brote “lo más pronto posible en el momento apropiado”. “Lanzaré una evaluación independiente lo más pronto posible en el momento apropiado para examinar las experiencias y lecciones aprendidas y formular recomendaciones con vistas a mejorar el estado de preparación a la escala nacional y mundial”, afirmó el jefe de la OMS. La asamblea, que prosigue hoy, se lleva a cabo por primera vez de forma virtual debido a las limitaciones que la propia pandemia ha impuesto a los viajes y los eventos de masas, por lo que representantes de los 194 Estados miembros, entre ellos varios líderes estatales, intervienen por videoconferencia. Como primer orador estuvo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

EN LA MIRA

La reunión anual llega en un momento en el que la OMS atrae una atención mundial casi inédita en sus 72 años de historia, por su papel coordinador y asesor en una pandemia que afecta a 4,5 millones de personas en el mundo y ha causado más de 300.000 muertos, algo que también la ha convertido en blanco de numerosas críticas. Procedentes sobre todo de EEUU, aunque también desde gobiernos como el australiano o el alemán, muchas críticas se dirigen al director general de la OMS, acusado de haber confiado en exceso en la información que aportó China en las primeras semanas de la crisis, a principios de año. Esas críticas llevaron en abril al presidente estadounidense, Donald Trump, a congelar la contribución de su país a la OMS, que supone aproximadamente un 15 % del presupuesto total del organismo: EEUU, el país con más casos de covid-19 en el mundo, 1,5 millones, es tradicionalmente el principal donante.

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FRACASO

El “fracaso” de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la pandemia de covid-19 ha costado “muchas vidas”, aseguró el secretario de Salud estadounidense, Alex Azar, en el primer día de la asamblea anual de la organización este lunes. “Seamos francos sobre una de las principales razones de que la epidemia haya escapado a nuestro control: esta organización fracasó en obtener las informaciones que necesitaba el mundo y su fracaso ha costado muchas vidas”, declaró.

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