Ginebra, Suiza. AFP.

El mundo superó ayer las 200.000 muertes por el nuevo corona­virus, mientras que la OMS alertó sobre la entrega de “pasaportes inmunitarios” que pueden favorecer la pro­pagación de la pandemia, una idea propuesta por varios paí­ses para acompañar el des­confinamiento.

Según el último balance de la AFP, basado en cifras oficia­les, se han contabilizado más de 2.800.000 casos de conta­gio en 193 países o territorios, y la enfermedad de Covid-19 ha causado 200.736 muertes.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) echó por tie­rra las esperanzas de quienes apostaban por una eventual inmunidad de las personas que han padecido el Covid-19, en un momento en que algu­nos países realizarán prue­bas serológicas de cara al des­confinamiento.

“No hay ninguna prueba en este momento de que las personas que se curaron del Covid-19, y que tienen anti­cuerpos, estén inmunizadas frente a una segunda infec­ción”, dijo la OMS en un comunicado.

El mundo musulmán comenzó el mes del ayuno del Ramadán sin oraciones colectivas ni comidas com­partidas. La mayoría de los países musulmanes de Oriente Medio, África del Norte y Asia han cerrado las mezquitas y prohibido las reuniones familiares.

En Irán, donde la enfermedad mató a 5.650 personas según cifras oficiales, el mes del ayuno musulmán del Rama­dán empezó en medio del temor a un recrudecimiento de la epidemia, dos semanas después de la reapertura par­cial de los comercios.

Mohammad Mehdi Gouya, director del departamento de enfermedades infecciosas en el Ministerio de Salud, afirmó que había “indicios de un nuevo recrudecimiento” de los casos en algunas provincias.

En Pakistán (12.000 casos), la población salió a la calle masivamente, ignorando las advertencias oficiales.

CLAVELES EN LAS VENTANAS

Algunos países ya empe­zaron a suavizar las medi­das de cuarentena, pero los balances siguen reflejando una situación catastrófica: el Reino Unido superó el sábado los 20.000 fallecidos en hos­pitales. Esa cifra no tiene en cuenta los decesos ocurridos en residencias geriátricas donde, según representan­tes del sector, varios miles de ancianos habrían fallecido.

Sin embargo, muchas medi­das de desconfinamiento lle­van aparejadas normas refor­zadas de distanciamiento social, como en Sudáfrica (75 fallecidos), donde el confina­miento se empezará a suavi­zar el 1 de mayo, aunque el uso de mascarilla será obligatorio.

En algunas partes, el confi­namiento da lugar a protes­tas como en Berlín, donde ayer se congregaron unas 1.000 personas para mani­festarse contra la canciller, Angela Merkel, a la que acu­san de “prohibir la vida” con las medidas de cuarentena. La protesta, que ya se ha conver­tido en semanal, se saldó con 100 arrestos.

En Portugal, la cuarentena dejó ayer sábado imágenes inéditas de la celebración del 46º aniversario de la Revolu­ción de los Claveles. Cientos de ciudadanos se asomaron a las ventanas, con claveles rojos en la mano, cantando el himno nacional y “Grandola vila morena”, símbolo del golpe de Estado militar que puso fin a 48 años de dictadura fascista y 13 años de guerras coloniales, el 25 de abril de 1974.

En Europa, Italia, el país del continente más castigado por la pandemia, superaba ayer los 26.000 fallecidos, por delante de España (casi 23.000) y de Francia (más de 22.600).

A partir del 4 de mayo, Italia emprenderá una campaña de test serológicos en 150.000 personas a escala nacional para intentar averiguar más datos sobre la pandemia y así dar una mejor respuesta.

CONSECUENCIAS ECONÓMICAS

Mientras en Europa, la curva de contagios parece entrar en una fase descendente y en América Latina en una ascen­dente, la carrera por encon­trar el producto adecuado ya empezó en los laboratorios, con una media docena de ensa­yos clínicos, especialmente en Reino Unido y Alemania.

Al mismo tiempo, una catás­trofe oculta otra: cerca de 400.000 personas más podrían morir este año de paludismo por los proble­mas de distribución de mos­quiteros y de medicamen­tos que está ocasionando el coronavirus, alertó la OMS.

La pandemia además sigue devastando las economías, obligando a las autoridades a tratar de elaborar planes para incentivar la recupera­ción rápidamente.

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