París, Francia, AFP.

Las consecuencias psíqui­cas del confinamiento que sufren cerca de 4.500 millo­nes de personas en el planeta preocupa a los profesionales de la salud mental, que piden que se dé más atención a este problema.

“Se esperaba una prolon­gación del confinamiento, pero la noticia va a decepcio­nar profundamente a mucha gente”, dice Linda Bauld, pro­fesora de salud pública de la Universidad de Edimburgo, tras el anuncio, el jueves último, de la prolongación tres semanas más del “lock­down” en Gran Bretaña.

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“Las consecuencias indirectas se acumulan”, prosigue, antes de recordar que “recientes estu­dios muestran un aumento pre­ocupante de la ansiedad y de la depresión” en la población en general. La constatación se repite en todos los países some­tidos a esta medida drástica, que las sociedades modernas habían olvidado.

En Francia, un consorcio de unidades de investigación, entre ellas la Escuela de Altos Estudios de Salud Pública, inició el COCONEL (COco­ronavirus y COnfinamiento Estudio Longitudinal) con un millar de personas. Un estudio longitudinal es una investigación que observa durante muchos años al mismo grupo de personas.

Al término de la segunda fase, que salió el 8 de abril, antes del anuncio de la prolongación de otro mes del confinamiento en vigor desde el 17 de marzo en Francia, “el 37% de los inves­tigados presentaban indicios de angustia psicológica”, sin variación notable con la pri­mera fase publicada en marzo.

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